Reseña: RAGE, un proyecto ambicioso que fracasó

En la generación del Xbox 360 y PS3, Id Software buscó reclamar su trono en los FPS con RAGE. Desafortunadamente no fue así.

Escrito por Diego Sandoval

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Luego de la salida de John Romero de Id Software tras el desarrollo del primer Quake, el estudio se quedó sin una de las mentes creativas más importantes que tenían. En ese entonces el programador jefe, John Carmack tomó la batuta del estudio para sus siguientes proyectos. En los años siguientes saldría Quake 2, Quake 3, DOOM 3, y Return to Castle Wolfenstein que fue desarrollado por otro estudio.

Sin embargo, en los tres primeros casos, se notaba que algo había cambiado en la forma de trabajar en Id Software. De 1997 a 2004, surgieron múltiples propuestas que cambiaron la forma de ver a los FPS, las que lograron eclipsar al estudio en varios aspectos. Esto se acentuó mucho más luego del lanzamiento de DOOM 3 y la llegada de la séptima generación de consolas.

John Romero y John Carmack en sus mejores momentos.

La nueva administración de John Carmack no supo adaptarse a los nuevos tiempos. Él quería mantener una plantilla pequeña en el estudio y mantener un norte muy fijado en el aspecto creativo de un proyecto. Por ejemplo, la decisión de que Quake 3 fuera un juego exclusivamente multiplayer vino de Carmack.

Con una nueva generación, era necesario mostrar que Id Software seguía siendo relevante. Por lo que Carmack y compañía necesitaban hacer un juego que marcará un antes y un después como lo hizo sus anteriores obras. RAGE sería su carta fuerte, pero desafortunadamente no salió como esperaban. 

Historia  

RAGE, estrenado en el año 2011, nos transporta a un mundo postapocalíptico que fue devastado hace muchos años por un meteorito. Un selecto grupo se refugió en unos bunkers llamados Arcas, con la esperanza de salvar al mundo luego de la catástrofe. Nuestro protagonista despierta dentro de un arca, topándose con un mundo poblado de bandidos, mutantes, y una facción paramilitar llamada La Autoridad. El deber de él es impartir justicia en este mundo moribundo.  

Si esta premisa se siente genérica y poco inspirada, es porque lo es. Es más, el juego, en sus primeros instantes, pareciera que no tiene guion, y todo lo que hacemos son tareas, sin conexión argumental alguna con otra. Pero, llegando a la mitad, ya tenemos una misión clara a realizar y unos villanos a enfrentar.

Los inicios de RAGE

Nuestro protagonista es mudo, fiel a la tradición de varios FPS para sumergirnos en su propuesta. Los personajes secundarios no son carismáticos y solo están ahí para darnos un trabajo a cumplir. Ni siquiera La Autoridad, que vendrían a ser los villanos principales, tiene algún líder que nos haga desear combatir. Ni siquiera sabemos cuales son sus verdaderas intenciones, ni el por qué quieren controlar el yermo.  

A Id Software le interesa más la jugabilidad por sobre la narrativa, es cierto. El problema es que en RAGE se siente que trataron de hacer un universo fresco y rico en historia. Incluso hicieron, con Dark Horse, diversos cómics y novelas que complementaban la trama del juego. Pero todo eso no se nota en el programa.

Sin entrar en spoilers (aunque los spoilers en este juego es lo de menos), el final es muy anticlimático y para nada satisfactorio

Jugabilidad

El estudio optó por mecánicas de disparo que usaba la competencia, como lo es apuntar con la mirilla de las armas y usar coberturas. Esto se mezcló con la forma que Id Software visionaba los tiroteos. En RAGE no hay límite para portar armas, la salud no es regenerativa, y hay peleas contra jefes.

Un elemento diferenciador es la posibilidad de usar unas cuchillas voladoras llamadas Wingstick. Lo interesante de esta arma es que podemos lanzarla en cualquier momento, incluso antes de recargar un arma, lo cual funciona para mantenernos al filo del combate y no verse desprotegido cuando hay que recargar. 

Al principio, contamos con poco arsenal, pero a medida que se avanza habrán más armas y distintos tipos de munición, los que dotan de más variedad a los combates. Lo mismo se puede decir de los enemigos, que al principio se sienten muy básicos, pero luego la variedad aumenta. 

En los enemigos tenemos a varios grupos de bandidos que atacan de forma distinta. Con los soldados de La Autoridad se debe usar un tipo de munición específico para enfrentarlos, mientras que con los mutantes, que atacan cuerpo a cuerpo, se debe ser muy agresivo.  

http://youtu.be/8R_RDH5_yiU
Uno de los mejores momentos del juego.

El ritmo del juego tiene a veces sus momentos. El principio es lento, pero cuando llegamos a una ciudadela llena de mutantes, es donde vemos el estilo de Id Software en estado puro, ya que esa confrontación se siente muy al estilo de DOOM y Quake. De ahí el juego empieza, de a poco, a agarrar vuelo, pero luego la experiencia se desinfla de nuevo. 

Las peleas contra jefes son decepcionantes. La única que salva, es una contra un mutante gigante que es muy divertida, pero el resto no tiene las mismas cuotas de calidad.

Otro error de RAGE es que el juego se vendía como un concepto nuevo; libertad en videojuegos. Pero si lo comparamos con juegos de ese entonces como GTA IV, Far Cry 2, Assassin’s Creed, o Skyrim, que salío ese mismo año, sale perdiendo. El título segmenta sus ciudades y misiones en áreas separadas con tiempos de carga, mientras el yermo no es un entorno grande. No hay una sensación de querer explorar el mundo, porque toda experiencia está guiada, y tampoco hay una recompensa por conocer nuevas localizaciones. 

Toda la exploración del yermo la haremos con vehículos a lo Mad Max, y en varios momentos tendremos enfrentamientos motorizados con los bandidos. A decir verdad, la conducción se siente muy pulida, así como los combates a bordo del auto. 

El juego cuenta con varias misiones secundarias que van de ir a un punto específico a matar a un enemigo o encontrar un objeto. No son misiones variadas, pero son bien recompensadas por lo menos. Otras son participar en carreras en el yermo, que ayudan a la diversión de la obra. Digamos que es un extra que se agradece.

El juego cumple con su objetivo de ser un FPS entretenido como los de antes, pero falla en varios apartados. 

La difícil distinción de RAGE 

A nivel de arte, el juego sale mal parado. Si uno ve una imagen del juego sin saber que es RAGE, lo primero que viene a la mente es que es de Mad Max. Precisamente esa es la falencia del juego; su dirección de arte es muy genérica. Lo único que distingue es el diseño de los mutantes, que tienen una identidad visual muy propia de las bestias que diseña el estudio. 

El tema es que juegos postapocalípticos como Fallout saben distinguirse visualmente resaltando algo cómo su retrofuturismo o figuras icónicas como el Vault Boy y las servoarmaduras de la hermandad los metales. En RAGE tienes que escarbar mucho para encontrar ese elemento diferenciador. 

Es un juego que luce bien

Carmack creó un nuevo motor gráfico, el Id Tech 5. Este motor usa una nueva tecnología que permite usar mega texturas que permiten texturizar terrenos grandes con una sola imagen o darle más detalles a los modelos del juego. El tema es que el peso del juego aumenta exponencialmente en gigas. Al motor le faltaba optimización en su lanzamiento, generando muchos problemas a la comunidad.

A pesar de eso, el juego tiene un buen manejo de las luces y el contraste en sus escenario y personajes. Gráficamente cumple bien, así como las animaciones de los personajes en general.

Concluyendo 

Esta reseña sonará muy pesimista, pero la verdad RAGE no es un mal juego,. Aunque tampoco uno que sea un referente en el género. Es una experiencia que divierte un rato, pero después no se recuerda tanto.  

Podríamos decir que el pecado del juego es precisamente que se desarrolló con una mentalidad muy de los noventa, una mentalidad en la que solo bastaba que el juego tuviera un mundo postapocalíptico como Mad Max y nada más para triunfar. Si RAGE hubiera salido en esas fechas, hubiéramos estado hablando de un juego redondo.  

El DOOM 4 que trabajaba Id Software en ese tiempo

Cabe recalcar, que RAGE estuvo 7 años en desarrollo, en esos años el juego pasó por varios problemas cómo una falta de financiación, la cual llevó a John Carmack vender el estudio a Bethesda. Tampoco ayudó el tema de la pequeña plantilla de trabajadores en Id Software, que ralentizó el desarrollo. Para colmo, a la par de este título, estaban desarrollado un DOOM 4 que sería cancelado para dar pie al DOOM 2016 que conocemos. 

Todo esto se vio en el resultado final, sobre todo en la versión de PC que tuvo varios problemas de optimización, y eso para, un juego de Id Software es inaudito. RAGE fracasó en ventas y pasó sin pena ni gloria. A pesar de esto, igual es una experiencia que vale la pena revisar para entender esta etapa por la que estaba pasando el estudio. Aparte el juego está muy barato en Steam.


Sin embargo, luego de varios cambios que ocurrieron en Id Software y el éxito que cosecharon con DOOM 2016 y Wolfenstein: The New Order. Motivaron a Bethesda a darle luz verde a una secuela de RAGE ¿Fue un éxito? Pues eso se verá después.