Reseña: La muerte de Wolverine. ¿Una acertada jugada editorial?

El año 2014, Marvel Cómics dio muerte a uno de sus personajes icónicos: Wolverine. Pero, ¿fue realmente una jugada acertada? ¡Averiguémoslo!

Escrito por Yerko Soto

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Décadas han pasado… el cuerpo y la mente se resienten. Logan poco a poco se convierte en un humano ordinario. El descanso nunca ha sido opción; pero no precisamente por decisión propia, sino más bien forzada por otros. Los enemigos de toda la vida vuelven incansablemente y el rumor se ha expandido por el globo: “Wolverine está perdiendo su factor curativo”.

Como es bien sabido, Logan ha vivido muchísimo más que cualquier humano común. Ha pasado por épocas completas, sobrevivido a ataques nucleares, a quemaduras hasta llegar la desintregación, han experimentado con él cientos de veces y ni hablar de cuántas veces le han borrado la memoria. Sin embargo, siempre ha salido victorioso debido al milagroso factor curativo. Pero, ¿qué es Logan sin este factor?

En el año 2014, la «casa de las ideas» tomó una enorme decisión editorial: eliminar a uno de sus personajes iconos de los Hombres X. A cargo estuvo Charles Soule (guión), mientras que en el magistral arte estuvo el mítico Steve McNiven (Civil War, Oldman Logan).

¿De qué van estos 4 números (Death of Wolverine, #01 – #04)? Pues bien, prepárense para entrar en el final de la vida de este personaje.

Columbia británica, ahora

Hordas de enemigos no dejan de llegar, incansables, dando caza a aquel ser que en su momento fue prácticamente inmortal. Alguien ha puesto precio a su cabeza y, sin su factor curativo, se cree que es una presa fácil. Nada más alejado de la verdad.

Años de entrenamiento han convertido a Logan en un arma viviente. Pocos son los que pueden enfrentarse cara a cara con él, aun con su poder mutante extinguiéndose. Por su parte, ni Tony Stark, Hank McCoy e incluso Reed Richards encuentran solución alguna para restaurar su poder y la recomendación es la misma: alejarse de los problemas.

Lamentablemente, Logan no es de muchos amigos y los enemigos sobran. No puede estar eternamente aguantando y destripando a cada ser que le dé caza; es menester encontrar a quien puso precio por su captura y terminar de una vez este sanguinario circo.

Tras enfrentarse a enemigos poderosos, se va mostrando parte de su pasado. Vemos a enemigos imprevistos, como Nuke (Daredevil de Frank Miller) y Dientes de Sable, para poco a poco ir develando quién está detrás de todas estas maquinaciones.

Aliados llegarán a salvar el día como es habitual y serán, de cierta manera, un gran apoyo y complemento en el transcurso de este arco. Finalmente, la naturaleza de Logan lo llevará a resolver sus problemas en solitario, no sin antes hacer un recorrido por sucesos cruciales de su vida.

El desenlace se acerca y aquel personaje que hace tantos años jugó y experimentó con Wolverine, vuelve aparecer. ¿Qué hará el mutante? ¿Podrá enfrentar a este misterioso personaje? ¿Qué estaba tramando?

Opinión personal

Soule hace un buen trabajo en el guión y es notorio un estudio previo del personaje: ahonda en su vida, recupera eventos, enemigos y aliados que son importantes para Wolverine, generando un interés genuino sobre cómo acabará la aventura.

La historia es rápida de leer y es impresionante que en tan sólo 4 números se haya planteado el deceso de Logan. Si bien hubo una preparación previa que anunciaba su muerte en todo el universo Marvel, el arco en sí es extremadamente preciso y directo, no se anda con rodeos y va al grano.

Por su parte, McNiven sigue siendo tan espectacular como siempre. El arte es precioso y logra plenamente un enlace único con sus dibujos. Sientes el dolor, la angustia y la ira en carne propia a través del personaje. El dibujante de Oldman Logan da un despliegue asombroso en cada hoja, demostrando así que es el artista perfecto para Wolverine.

Algo excepcional que logró este arco fue demostrar que la editorial pudo “sobrevivir” sin este icono. Durante 4 largos años mantuvo sepultado al pequeño peludo, permitiendo que X-23 creciera y se convierta en su reemplazo.

Sin embargo, es bien sabido que en Marvel… no, más bien en los cómics en general, nunca se puede enterrar definitivamente a un personaje. Tras años de un pseudo olvido, se vio la presencia de Logan en otras entregas de la editorial, preparando lo que sería su “regreso de la muerte”.

Esta fue una de las grandes jugadas de Marvel en el último tiempo, que recibió opiniones dividas entre los fanáticos, atrayendo no obstante a muchos lectores. Quizás el evento no estuvo al nivel de lo que fue la Muerte de Superman (1992), pero definitivamente fue un paso no menor para la «casa de las ideas».

Más allá de la calidad que pueda llegar a tener, es una obra que merece ser leída y, como recomendación, si eres fanático del personaje, es un tomo que debes tener. Si no, puedes pasar de él y leer quizá la versión digital. Es un arco bien narrado, pero nada del otro mundo. Por su parte, las ilustraciones son de un nivel excepcional.

¡Hasta la próxima!