Tras trece años hemos visto nacer, expandirse y gobernar al UCM (Universo cinematográfico de Marvel) con alguna que otra peripecia en su camino. Hemos contemplado cómo otras empresas han intentado emular su fórmula para los superhéroes , pero a pesar de sus esfuerzos Marvel Studios sigue teniendo la corona.
Uno de los factores predominantes para su triunfo, ha sido la planificación de que cada personaje desde el inicio pertenezca a un universo compartido, respetando el status quo. La presente mecánica ha solidificado al UCM, pero a su vez ha coartado la libertad creativa que puede tener un director al enfrentarse a un nuevo proyecto.
Cuando se debe llevar cabo la tarea de realizar una película, el resultado en pantalla se ve irremediablemente afectado por el paradigma que sostiene el studio a cargo. Y es que, a fin de que los niños arrastren a sus padres para hacer la fila frente a nuevo estreno, para después salir a arrasar con todo el merchandising; ha determinado que cada adaptación se vuelva un producto en masa que carece de novedad e identidad. El terreno de lo family friendly ha estancado la propuesta.
Quienes tambien necesitamos.El contraataque
A un paso del abismo es donde personajes como Deadpool, The Punisher y Daredevil pueden ser el refresco que el UCM necesita en la presente fase 4. Por un lado, al ver la exitosa adaptación del Sr. Pool bajo las manos de Fox y, por otro, la aceptación que obtuvieron las series The Punisher y Daredevil realizadas por Netflix. Siendo esta última alabada como una de las mejores adaptaciones televisivas de un superhéroe, de alguna forma se podría considerar la apertura hacia un nuevo canon.
Así como la década de los 80’s significó un cambio cultural para el cómic con llegada de hombres como Frank Miller, que decidieron cruzar la barrera de lo establecido, embarcándose en historias más crudas y violentas; empujando a los héroes hacia dilemas morales y éticos. Ahora la pantalla verde tiene la disposición de adentrase en páramos más profundos.
Renacimiento.
El hombre sin miedo.
Un mal necesario
Frente a la tendencia de polarizar la caracterización del héroe y el villano, se encuentra la fuerza opositora, el antihéroe. La respuesta para la construcción del personaje que pretende liberarse de las ataduras que los arquetipos clásicos conllevan.
Desde la sátira que emplea Deadpool al romper la cuarta pared para burlarse de lo cursi que pueden ser los superhéroes, hasta la frialdad sin escrúpulos con la imparte castigo The Punisher. El cuestionable atractivo por quien es juez y verdugo.
Desde los rincones de Hell’s Kitchen, Daredevil que sigue cumpliendo los estándares del superhéroe, puede entregar las capas que componen la motivación, el compromiso y el sacrificio del justiciero. La lucha interna entre la fe cristiana y el poder de entregar justicia con sus manos, entre intervenir dentro de la ley como abogado y ser el Diablo guardián que custodia las calles de New York. La complejidad de la máscara.
La cosecha de la Fase 4
Tal vez la presente propuesta sea una realidad, luego de que Disney se apoderara de Fox, y de que recuperara también a todos los Defenders y a The Punisher de las manos de Netflix. Su pronta inclusión al UCM en la Fase 4 o en la siguiente parece inminente.
Como es debido los rumores no se hacen esperar: desde que el actor Charlie Cox interpretaría a Matt Murdock participando en la siguiente película de Spider-Man: No Way Home (casi confirmado), desde que ya estaría en mente la tercera parte de Deadpool manteniendo la clasificación R, y de que Disney tendría el plan de utilizar la plataforma Hulu, otra de sus propiedades, como el panteón idóneo para que vuelvan a la pantalla los héroes callejeros, siendo Frank Castle y el Diablo de Hell’s Kitchen los caballitos de batalla para la audiencia adulta.
Fuera de toda especulación, sin duda la sumatoria de este tipo de personajes podría expandir el abanico de posibilidades, como entregar el espacio para que protagonicen sus propias batallas sin la mordaza de la censura y a la vez compartir pantalla con los nuevos Vengadores en producciones a gran escala con la adecuación correspondiente.