El asesino del Trauco: mitología, misterio y ciencia ficción

Un nuevo título se añade a la colección Vintage Pulp, de Sietch Ediciones: El asesino del Trauco, de la autora Eva Van Kreimmer.

Escrito por Ktlean

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Mucho hemos hablado en Comiqueros de la colección Vintage Pulp, uno de los mayores aciertos y aportes de Sietch Ediciones al panorama del género fantástico. Dicha colección, compuesta a día de hoy por diez títulos, busca recuperar el formato de las antiguas publicaciones pulp (como puede deducirse por su nombre), de la mano de autores de cierto renombre en la ciencia ficción, la fantasía y el terror producidos en nuestro país y del mundo.

Pero Vintage Pulp adolecía de algo: presencia femenina. No contaba con ninguna autora en su catálogo… hasta ahora.

El asesino del Trauco, escrito por Eva Van Kreimmer (autora de Sybille y con cuentos presentes en las antologías 8 Voces, Carnívoras, Claroscuras y Deathward) se transforma en el décimo título de la colección y el primero escrito por una mujer.

Disponible para su venta en el sitio web de Sietch Ediciones

¿De qué se trata? ¿A qué género (o géneros) pertenece? A continuación responderemos estas preguntas.

La historia

Es el año 2412. El país, Chile. La localidad, Chiloé.

Nuestro protagonista es el detective de la Policía de Investigaciones, Mauricio López, quien es enviado a una de las tantas islas del archipiélago: Caguach. Allí ha sido hallado el cuerpo de un hombre que al parecer nadie más conoce, con una contundente herida en el pecho. Eso y la forma distintiva en que terminan sus piernas (en muñones, los pies completamente ausentes) es lo único que el investigador posee como pista.

A partir de ahí comienza su búsqueda, en la que tendrá un gran obstáculo: el silencio. Nadie en Caguach parece saber nada; o, más bien, ninguno de sus habitantes quiere decir nada. Solo una anciana, con aparentes problemas mentales, está dispuesta a afirmar que sabe quién es el muerto. El Trauco, dice; el hombre que han asesinado era el Trauco.

Lo viejo y lo nuevo

Aquellos asiduos al género policial (no importa el formato o el medio en que prefieran disfrutarlo) podrán notar de inmediato un regusto clásico en El asesino del Trauco. No es solo el hecho de que haya un asesinato que resolver, sino la forma en que comienza el libro y en cómo se estructura.

El inicio es frontal, abrupto incluso. Leemos un breve informativo sobre el crimen que nos sitúa en un lugar, en una época y, por supuesto, en el misterio mismo. Poco después se nos presenta a Mauricio, de quien no sabemos nada más que lo básico: su nombre, su profesión y el rol que cumplirá en la historia. No hace falta más, porque este el tipo de novela policial donde al detective lo descubrimos, lo conocemos, mientras él descubre la verdad.

Así vemos que es solitario, que no tiene precisamente don de gentes, pero que es muy comprometido con su trabajo. No importa que día a día se frustre por la falta de pruebas, seguirá adelante.

Lo del paso de los días es otro aspecto donde esta novela se siente clásica o al menos conocida. Cada capítulo representa un día, siete en total (así como en Se7en, del director David Fincher). El paso del tiempo depende del avance de la investigación. Empezamos cuando se desata el misterio y terminaremos cuando este se resuelva.

Pero hay un rasgo que hace de esta historia no un simple policial, y es cuando nos damos cuenta que además de una novela de misterio pertenece al género de la ciencia ficción. Estamos en el año 2412, muchas cosas han cambiado, aunque nos parezca, hasta cierto punto, cercano. Envían gente al espacio y hay colonias en otros planetas. Pero no por eso han dejado de mandar a detectives a investigar casos de homicidio, aunque sus herramientas sean más avanzadas que las que existen hoy en día.

Se siente ajeno y próximo. Es en esa dicotomía donde se mueve El asesino del Trauco, en la fina línea que divide lo viejo de lo nuevo, el pasado del futuro. Porque estamos en Chiloé; más aún, estamos en una de sus tantas islas, y allí el tiempo no pasa como en el resto del país. Allí hay problemas de señal, la gente sigue viviendo como antaño y, al parecer, aún se cree en mitos que en el contexto de Mauricio López se sienten aún más añejos que ahora, en el 2020.

Opinión personal

Me parece que El asesino del Trauco cumple su propósito de entregar un buen misterio. Este se plantea de forma correcta y se desarrolla con un ritmo que al principio uno puede sentir lento (sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de páginas, que no superar las 115), pero al llegar al final todo ese progreso recibe una recompensa. Un misterio clásico por donde los haya, que destaca por la mezcla de elementos y de géneros.

Sin duda uno de los mejores títulos de esta colección para quien escribe esta reseña. Lo que hace desear que Eva Van Kreimmer se repita el plato y que, por supuesto, más autoras se le unan en el futuro.