8 voces: la antología de ciencia ficción LGTBQ+ de Sietch

Sietch Ediciones publicó 8 voces, una antología de ciencia ficción LGTBQ+ variada y significativa dentro del panorama literario actual

Escrito por Ktlean

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A finales del año 2020, Sietch Ediciones publicó un libro que significaba una propuesta interesante dentro del panorama literario actual. Luego de una convocatoria abierta viralizada a través de sus redes sociales, 8 voces vio la luz como lo que había prometido ser desde un inicio: una antología literaria con autores y temáticas LGTBQ+.

Tal como anuncia su título, 8 autores fueron escogidos para presentar a los electores el mismo número de relatos, todos editados bajo la mano de Jean Véliz D´Angelo. Centrados en el género de la ciencia ficción en su gran mayoría, pero con rasgos de otros géneros como el terror y la fantasía, los ocho cuentos construyen un tomo ameno y variado de leer.

¿Qué podremos encontrar en las 127 páginas de 8 voces? Esta nota intentará responder esa pregunta.

Los cuentos

Un aspecto que vale la pena destacar de esta antología es que, a pesar de su variedad, todos los relatos que la componen tienen rasgos similares, comenzando por el género (cosa esperable), pero también en cuanto a extensión y calidad. Más allá de los gustos de cada lector, no hay ningún relato que despunte (para bien o para mal) de forma excesiva de los demás.

También hay algunas temáticas que se repiten, como las alusiones al COVID-19 y las realidades distópicas. Pero todos tienen algo interesante que contarnos.

El tomo comienza con el relato titulado Robots caballeros – Robotinas señoritas, una historia de androides y también de identidad de género. Para exponernos esto último, el autor, Cristian Mateluna, se centra en el robot ayudante de una drag queen venida a menos que comienza a cuestionarse una de las tantas configuraciones que lo definen: que los robots son hombres y las robotinas mujeres.

El segundo cuento, Lacónico de Eduardo Soto Fernández, un hombre deja a su pareja, a quien nunca le ha dicho «te amo», en Concepción y viaja para dar una conferencia. Lejos de su casa, comienza una nevada, que es solo uno de los tantos trastornos climáticos que de pronto está sufriendo el país. En una lucha por sobrevivir y volver junto al hombre que ama, el protagonista viajará como pueda de vuelta a Concepción.

El tercer relato de la antología, titulado En algún lugar cerca del fin del mundo y escrito por Clau Bovary, conocemos a Elisa, una joven tatuadora que sobrevive el día a día en un Chile que nunca logró levantarse después del Estallido Social y la pandemia. Al anochecer y conocedora del nivel de delincuencia imperante en su barrio, rescata a una muchacha de unos hombres que la agreden. El encuentro demostrará tener el potencial de cambiarle la vida a ambas.

El tomo continúa con PREHUBATI (Ida sin retorno), de Andrés Cuevas. En este relato el mundo está reconfigurado hasta tal punto que la gente ya no vive en la superficie del planeta, sino bajo tierra en Parques separados unos de otros. Algunos de ellos son solo para personas heterosexuales, algunos permiten a los bisexuales y los hay también solo destinado a los homosexuales. Jesten y Tarland son dos jóvenes que se conocen desde los 12 años, edad en la que comienzan una relación.

De pronto toda su vida es perfecta: viven juntos en el mismo Parque, donde pueden sacar a relucir su verdadero y vivir su amor sin límites. Pero por motivos económicos, pronto deben entrar al comercio sexual imperante en el lugar. Eso tendrá efectos negativos su relación y marcará el viaje vital de ambos, pero en especial de Jesten, que es quien nos cuenta la historia.

El quinto relato de 8 voces es Infección cadavérica, de Donald McLeod. En esta historia más cercana al terror que a la ciencia ficción, nos muestra a un niño que sufre una extraña afección: cuando suda, expele un hedor insoportable para los demás. Esto alcanzará su clímax cuando conozca a un compañero algo mayor, hacia quien sentirá una fuerte atracción. Qué provocará en ese otro muchacho la cercanía con el protagonista, es algo que el lector tendrá que descubrir.

El siguiente cuento es Helena, de Jordan Estay Aguilera. Transcurre en un Chile donde José Antonio Kast es el presidente y las personas LGTBQ+ son considerados como «desviados» y por lo mismo se les persigue y se les encierra en centros de conversión. Helena es transgénero, pero hasta el regreso de su padre al fundo que ella dirige, vive su identidad abiertamente. Cuando es enviada a uno de estos centros de conversión, exploramos mejor su verdadero poder y descubrimos el gran secreto que guarda la sociedad.

El penúltimo relato es Futuro reciclado, de Eva Van Kreimmer, una historia centrada en la labor de dos mujeres, Rain y Rina, que buscan la manera de salvar al mundo del desastre ecológico al que se precipita.

El libro termina con el cuento La máquina asexual, de Rodrigo Torres Quezada. Tal como ocurre en el primer relato de la antología, se explora algo tan complejo (e invisibilizado por lo general) como la asexualidad desde el punto de vista de un robot.

La propuesta

Si a alguien no le quedaba claro qué buscaba conseguir Sietch Ediciones con esta antología, basta leer el prólogo escrito por Jean Véliz D´Angelo para salir de toda duda. Porque sí, en una mirada superficial, la sociedad ha tenido una apertura general tanto hacia las personas como a las temáticas LGTBQ+. Insuficiente, claro, primero porque la homofobia y todas sus formas no está erradicada ni en Chile ni en el resto del mundo, y segundo porque la sola idea de que la sociedad tenga que «aceptar» algo tan natural habla bastante de cuánto estaba y está mal en dicha sociedad.

Lo peor es que lo mismo que sucede en las calles o en las redes sociales, se replica en los ambientes artísticos. En este caso, el literario. Voces acalladas, personas invisibilizadas, temáticas tachadas de «polémicas». Es por eso que esta antología es tan necesaria, porque el buen arte debería impulsar a la sociedad hacia el camino correcto, no al revés.

En palabras de la misma Jean Véliz:

Históricamente la diversidad sexual y de género ha sido un tema tabú y los protagonistas hemos sufrido la discriminación directa o pasiva de una sociedad coservadora. Ese tabú se ha ido derribando, en pequeña o gran medida, gracias a las múltiples expresiones de arte que nos permiten sacar la voz y mostrarnos tal y como somos.

8 voces, página 7

Iniciativas como esta deben replicarse, para que llegue el momento en que sea tan normal leer a autores y temáticas LGTBQ+ como lo es leer a hombres blancos heterosexuales. Hasta entonces, se agradecerán y destacarán obras como 8 voces por su aporte a la visibilidad y a la normalización de estas realidades.