La ficción está llena de historias sobre el fin del mundo. Ya sea un final que afecte solo a la humanidad (por alguna enfermedad que diezme a la población, por un conflicto bélico de gran envergadura, etc.) o uno que afecte también al planeta, a veces hasta hacerlo desaparecer o imposibilitando que siga siendo habitado, hay todo tipo de subgénero en la ciencia ficción sobre tramas apocalípticas y/o post-apocalípticas.
En medio de eso, los meteoritos que impactan la Tierra tienen su merecido espacio. Actualmente no están tan de moda, desplazados por los apocalipsis zombis o los mega terremotos, pero han dejado un par de películas que fácilmente se pueden catalogar de clásicos, como son Impacto profundo y Armageddon.
Lo interesante de los meteoritos es que, por muy apoteósicos que puedan ser los fines de mundos retratados en las películas antes citadas, lo cierto es que son sucesos muy comunes. Caen muchos meteoritos a la tierra, pero casi siempre tienen un tamaño tan pequeño que no provocan más que un breve comentario en la prensa local. Hay algunos eventos de mayor envergadura, como lo ocurrido en Tunguska en 1908, o el meteorito que tuvo relación con la extinción de los dinosaurios, pero son excepciones.
Así, los hay que ya han caído, y también los que caerán. Entre estos últimos destaca el asteroide 99942, también llamado Apofis y que es el punto de partida (además de lo que le da su título) para el libro que compete a esta nota.
Escrito por J. P Cifuentes Palma y publicado por Sietch Ediciones, 99942 tiene la estructura de un tomo de relatos, pero a medida que se avanza en la lectura se percibe claramente un vínculo claro entre todos los cuentos. Giran en torno al impacto del asteroide 99942 el 13 de abril de 2036, evento anticipado por los científicos, pero que en este tomo ocurre de verdad.
¿Desde qué perspectiva se aborda este fin del mundo? ¿Qué despierta el fin en los personajes de 99942?
Los cuentos
A lo largo de un total de 99 páginas y 14 relatos, 99942 puede confundir un poco al principio. Cuando uno lee el primero de los cuentos, titulado Está linda la noche en Terra, y luego pasa al siguiente, La marcha sin fin, se convence de que se trata nada más y nada menos de lo que anticipa la sinopsis en la contratapa: un libro de cuentos. Sí, ambos cuentos y los que vienen a continuación, tratan sobre el fin del mundo, pero más allá de eso no hay vínculo.
Está linda la noche en Terra relata dicho fin desde la perspectiva lejana de M´onh, un venusiano que sueña con irse junto a sus hermanas al planeta Tierra, mientras que La marcha sin fin es una mirada posterior al colapso de la civilización terrestre a través de un hombre que le cuenta lo sucedido a un androide. No ocurren en el mismo planeta, no continúan la historia del mismo personaje e incluso el fin de la tierra no parece deberse a los mismos motivos.
Pero poco a poco, relato a relato, uno va notando la relación. Si se es un lector atento y curioso, para ese punto quizás ya se conozca el significado del título numérico del libro y la anticipación de ese meteorito que posiblemente impacte la Tierra en abril de 2036. Si es así, el tercer cuento de inmediato disparará las alarmas, al llamarse Ese día de abril y hacer referencia clara a un evento que trastoca la vida del protagonista y también de sus pares.
Desde ahí en adelante, el fin será descrito desde diferentes perspectivas. A veces se nos describirá una situación que sucede poco antes del impacto del meteorito y que queda detenida por este (El hedor antes del impacto, Los diminutos hombres, Aproximaciones a Terra Dos); otros mostrarán el después, el cómo la sociedad tuvo que reconfigurarse tras ese fin que no fue tan definitivo después de todo (Suenan otra vez las sirenas a las 7 PM, Halaluyah, Golpearé tu rostro hasta desmayarme).
En medio de eso, comienzan a aparecer los Shuk´tars, seres extraterrestres que forman parte del universo literario creado por J. P. Cifuentes. Vieron la luz en el 2019, con el poemario de ciencia ficción titulado Sacsayhuamán: El exilio de los Shuk´tars y ahora, pueblan gran parte de los escritos del autor, ya sean cuentos aparecidos en antologías (como lo que ocurre con su relato en Pacífica, crónicas atemporales de la guerra) o este libro.
Acá los Shuk´tars salen poco a poco de su anonimato en la tierra, por lo general para demostrar lo peor de los humanos. Porque como buena historia de ciencia ficción y sobre el fin del mundo, 99942 nos demuestra que lo peor no es el meteorito. Lo peor es la gente que, en situaciones de crisis, muestra su verdadera cara.