Batman: Birth of the Demon, el “año uno” de Ra’s Al Ghul

Dennis O'Neil y Norm Breyfogle crearon un cómic increíble en 1992: Birth of the Demon, narrando perfectamente el origen de Ra's Al Ghul.

Escrito por Yerko Soto

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Años e incluso décadas han pasado desde que uno de los villanos principales del hombre murciélago, Ra’s Al Ghul, apareció entre sus páginas (Batman # 232), mostrándolo como un ecoterrorista que buscaba el equilibrio entre la Tierra y la humanidad. Sin embargo, va más allá, creyendo que este equilibrio sólo se logrará erradicando a la raza humana que tanto daño le ha causado a este planeta.

Con esta premisa en mente es como siempre se nos ha mostrado al padre de Talia, amor en su momento del multimillonario Bruce Wayne (con quien, por cierto, tuvo un hijo, Damian Wayne, el quinto Robin), es decir, siempre con apariciones extremistas y planes perfectamente desarrollados para eliminar a los humanos que, como es de esperar, Batman desbarata una y otra vez.

Si bien conocemos a grandes rasgos las andanzas de Ra’s Al Ghul y sus relaciones familiares, es algo desconocido el pasado milenario que tiene este gran personaje, interpretado en el cine por el magnifico Liam Neeson. Es entonces que nos preguntamos: ¿cuál será el verdadero original de este villano? Pues bien, el cómic Birth of the Demon, que hace no mucho fue parte de la colección de Novelas Gráficas DC Salvat, siendo exactamente el número 28 de la colección, nos da un interesante punto de vista sobre el origen del personaje. ¡Vamos allá!

Batman se encuentra viajando por el mundo en búsqueda de las famosas Fosas de Lázaro (usadas para revivir a los muertos) con el fin de destruirlas para así, por fin, poder derrotar definitivamente a su eterno rival. Sin embargo, las cosas no marchan cómo esperaba y por azares del destino termina cayendo en residuos tóxicos (y no, no se convierte en Joker).

Como era de esperar, a Bruce parece poco importarle o afectarle a primera vista este “pequeño” problema (vamos, es THE BATMAN, o sea) y prosigue con su incansable búsqueda que lo lleva finalmente a encontrarse de bruces (ja! bruces, Bruce… Okey…) con su antiguo amor: Talia Al Ghul, la asesina más letal (y sexy) del mundo.

En este punto (que básicamente son las primeras 2 páginas del cómic) nos enteramos que Ra’s al Ghul está en las últimas, el hijo del demonio necesita con suma urgencia una de sus fosas (las que Batman ha ido destruyendo por todo el mundo) para mantener su inmortalidad. Su frágil condición lo vuelve una presa fácil, por lo que Talia lo releva para rescatar una de las últimas fosas de las garras de Batman y así salvar a su malévolo padre.

El encuentro es intenso debido a los eventos previos (detallados en Son of the Demon y Bride of the Demon, parte 1 del coleccionable DC Salvat), sin embargo, se mantiene una tranquilidad inexplicable entre Talia y “El detective”, quienes con una conversación dan desarrollo inicial a esta magnífica historia.

Todo comienza hace más de 600 años en lo que podríamos llamar como “antiguo Egipto”. Salimb, el sultán de su propio reino, tiene entre sus más acertados “esclavos” a un excepcional médico, quien gracias a su sabiduría y conocimiento ha tomado un papel muy relevante entre las altas alcurnias de la ciudad. Por otro lado, está el hijo del sultán, un desgraciado arrogante a quien poco le importa nadie y que en el cómic logran desarrollarlo de tal manera que, por lo bajo, lograrás sentir un inmenso odio hacia él. (¿Alguien recuerda a Joffrey Baratheon de Juego de Tronos? Bueno, el hijo del sultán es algo similar, pero más viejo).

En lo que vendría siendo una simple carrera a caballos entre el médico y el hijo del sultán, el primero termina “atropellando” a una vieja anciana que se cruzó de la nada. Lleno de culpa y resentimiento, tras terminar la carrera, comienza su búsqueda con el fin de poder salvarla de las garras de la muerte. Es entonces que el hijo de la anciana aparece en escena, con una reluciente daga, a punto de cobrar venganza por el daño hecho hacia su madre.

El médico indica que está dispuesto a morir, sin embargo, antes de hacerlo, desea salvar a esa mujer que fue víctima de un simple entretenimiento del sultán. Un soldado anónimo corre, encontrando al médico, avisando que el hijo del rey cayó gravemente enfermo y que sólo él puede ayudarlo. Se va, no sin antes dar la receta que más tarde salvaría a la pobre anciana.

Tras comprobar el triste (o increíblemente satisfactorio) estado del hijo del sultán, Salimb le ruega al médico que lo salve a como dé lugar. Es entonces que el médico corre raudo para encontrar una posible solución y, qué creen, la encuentra.

Resulta que, por razones convenientes en la trama, el médico medita en un punto de concentración de gran energía, la que termina indicando que en ese preciso lugar se encuentra la primera Fosa de Lázaro de la historia. El médico lleva al hijo del sultán a dicha fosa (quien ya había parado la chala) y logra traerlo de vuelta de la muerte.

Las consecuencias de tal acto son nefastas, el comportamiento errático y la sed de sangre domina el cuerpo de aquél desgraciado y lo lleva a matar a la esposa del médico, quien totalmente destruido ruega que sumerjan a su esposa en la fosa para traerla a la vida. Pero, el gran hijo de p*** Salimb, culpa de tal asesinato al médico y lo ignora completamente. ¿Qué más da si ya salvó a mi hijo? ¡Qué se pudra junto a su esposa muerta!

El odio, la ira abrumadora y la sed de venganza se apoderan del médico, quién 600 años después se hace llamar Ra’s Al Ghul. Nada puede hacer, su destino está sellado y no hay nadie que pueda lograr salvarlo o salvarse a sí mismo… ¿o sí?

Los Autores

Dennis O’neil, el guionista considerado uno de los mejores autores habidos y por haber del hombre murciélago, nos entrega un cómic realmente fe-no-me-nal de inicio a fin por donde se le mire. La historia está increíblemente bien inserta y logra transmitir una sensación de angustia en todo el relato. Comprendes perfectamente la evolución que tuvo Ra’s Al Ghul, pasando de un ilustrado médico lleno de proyecciones a un salvaje conquistador que no descansará jamás en su larga existencia con el fin de destruir a toda la humanidad.

Esto, acompañado del bellísimo arte de Norm Breyfogle, lo convierte en un cómic indispensable en tu biblioteca ñoña. Las ilustraciones detallan perfectamente escenas, llenas de melancolía en cada viñeta, así como en otras ocasiones, un panorama lleno de muerte y desesperanza.

Si bien, el grueso del tomo nos muestra cómo Ra’s Al Ghul comenzó su inmortalidad gracias a las fosas de lázaro, también se nos presenta un encuentro espectacular entre el detective y el hijo del demonio con un resultado, por lo bajo, interesante.

Debo decir que, tras leer tanta historia de superhéroes, ya sea de las grandes editoriales o las más austeras, llega un punto en el que te dices “¿para qué cresta sigo leyendo cómics? Siempre lo mismo, el bueno gana, el malo pierde… FIN”. Pero entonces llega a tus manos esta obra maestra, un tomo inigualable (que, por cierto, es la parte 2 del llamado “Nacimiento del demonio”) que logra volver a encender esa llama que con el tiempo se fue apagando.

Un tomo que va un paso más allá y que logra que realmente te intereses en saber mucho más del personaje, amerita, por lo menos, poseerlo entre tus ñoñerías. Es ligero, de fácil lectura, con ilustraciones increíbles y logra, de cierta manera, que te pongas del lado del “malo” de la película. Simplemente, sin palabras para describir la sensación que produce este pequeño gran cómic.

Esta maravilla pueden encontrarla relativamente fácil en la página web del Club de Lectores del Mercurio a un valor de $7.990 ($5.989 si eres socio) o en grupos de Facebook, así como también en alguno que otro quiosco en Chile.