Spider-Man: en el multiverso de las interpretaciones (parte II)

Retomando el multiverso cinematográfico de Spider-Man, hoy analizaremos la duología de Marc Webb y la trilogía de Jon Watts

Escrito por Pablo Castillo

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Retomando el análisis iniciado en mi nota anterior, y continuando el viaje de Spider-Man a través del multiverso de sus adaptaciones cinematográficas, hoy en Comiqueros les traemos un análisis de las restantes dos sagas del personaje. En primer lugar, la frustrada trilogía de The Amazing Spider-Man, traída de las manos de Sony y Marc Webb. Y en segunda instancia, ahora acompañados por Marvel y todo su respaldo de heroes e historias, la (hasta ahora) trilogía «Home» de Jon Watts.

Así que, sin mas dilación, continuemos explorando la historia de Spider-Man en la gran pantalla.

The Amazing Spider-Man (2012) y The Amazing Spider-Man 2 (2014)

En medio de una alfombra roja, el director Marc Webb (500 días con ella) declaró frente a una cámara: «La verdad Avi Arad estuvo a cargo todo el tiempo. Avi siempre sabe todo ¿cierto?». El tono fue sarcástico y en ese instante estaba a su lado el productor aludido. Ese momento es el resumen perfecto de lo que fueron las dos partes de The Amazing Spider-Man, protagonizadas por Andrew Garfield.

Snapchat, música electrónica, veganismo y deportes extremos. Lo anterior son algunas de las bizarras cosas que los productores le sugerían incluir al equipo creativo detrás de la saga, motivados por el interés de atraer al publico joven. Como se puede ver, esta duología estuvo marcada por el intervencionismo ejecutivo.

Además de un triste intento de hacer «cool» al personaje (que terminó en la surrealista decisión de volverlo skater), Sony quiso meterle un aura oscura a Spidey debido al éxito del Batman de Nolan. Esto, considerando que Spiderman es un personaje colorido y bromista, resultó en una obra extraña y poco genuina.

Marc Webb en un día de filmación.

Pero lo anterior fue, en alguna medida, arreglado en The Amazing Spider-Man 2. El tono oscuro fue reemplazado por uno luminoso y el skate fue omitido sin necesidad de explicación. ¿Lo malo? Todo lo demás.

La secuela es todo lo que está mal con la forma actual de hacer películas; teniendo un director competente y buenos actores, optaron por botar la visión que tenían para meter un charquicán abyecto de tramas, subtramas, villanos y cameos. Todo con la intención de crear un universo cinematográfico para competirle al de Disney.

«Firmé para servir a una historia y a este increíble personaje del cual me he disfrazado desde que tengo tres años, pero esto se vio comprometido y rompió mi corazón». Estas fueron las declaraciones del talentoso Andrew Garfield sobre su experiencia con el estudio.

Pero hablemos de lo bueno. Sin dudas, el punto más alto de estas cintas es el romance entre Gwen Stacy y Peter Parker, donde la primera es un personaje (interpretado por la gloriosa Emma Stone) muchísimo más completo e interesante que la Mary Jane de Raimi. Logró alejarse de la caricatura femenina para crear un personaje creíble y encantador.

La química entre Andrew Garfield y Emma Stone es más pura que la metanfetamina de Walter White. Tanto así, que para la segunda película mantuvieron un romance en la vida real. Pero el factor más importante es el hecho de que Marc Webb es un director de películas románticas, lo cual se nota cada vez que los protagonistas comparten pantalla.

Spider-Man multiverso
Tom Holland y Andrew Garfield haciendo… cosas.

Spider-Man: Homecoming (2017), Spider-Man: Far from home (2019) y Spider-Man: No way home (2021)

Aunque Jon Watts no tenía obras notables a su haber antes de Homecoming, fue el elegido para dirigir el segundo reboot del trepamuros. Esto, luego que Sony le prestara a Disney los derechos del personaje en un acuerdo inédito (al darse cuenta el estudio de que no tenían idea de que hacer con el arácnido y lo mejor era dárselo al ratón).

Divertida, graciosa a ratos, sincera, simplona y con buen ritmo, eso es Spider-Man: Homecoming. Posee uno de los mejores villanos del MCU, interpretado por el enorme Michael Keaton. Las actuaciones del elenco están bien, con un Tom Holland que destaca entregándonos una interpretación jovial y ágil del personaje.

Spider-Man multiverso
Jon Watts en un día de filmación.

Su mayor problema es lo poco espectacular que resulta visualmente, incluso inferior a la primera película del personaje, estrenada 15 años antes. Exceso de pantalla verde y un director sin personalidad hacen que la parte visual de la cinta sea un somnífero festival de planos medios y CGI a medio terminar.

La segunda parte, estrenada en 2019, mejora el aspecto visual mas no deja de ser inferior a las de Webb y Raimi. Esta secuela es la más débil de las tres, no tiene ideas ni peso ni intenta algo más allá de entretener por dos horas. A pesar de que Jake Gyllenhaal hace lo mejor que puede con lo que le dieron, las motivaciones de Mysterio tienen la profundidad de un villano de dibujos animados.

Spider-Man William Dafoe
William Dafoe en el set de Spider-Man (2002).

La tercera es la vencida, dicen por ahí. Y en este caso se cumple. Spider-Man: No Way Home logra lo que ninguna de las dos anteriores pudo: tener alma. Es visualmente creativa, el humor está mucho más afinado, los personajes parecen más complejos y el villano principal (William Dafoe), traído del universo Raimi, es una exquisitez demencial.

La película parece un intento por mejorar todos aquellos defectos que se le acusaron a sus predecesoras. Atrás quedaron las aventuras livianas de Tom Holland, en esta historia sí hay cosas en juego y precios a pagar. No Way Home es, con sus fallos, una carta de amor al personaje que logra derretir el corazón de cualquiera.

Conclusiones

Mientras la trilogía de Sam Raimi posee una marcada voz autoral en su dirección, cinematografía, guión y musicalización, la duología de Marc Webb tiene una voz autoral acallada por el intervencionismo del estudio, con chispazos interesantes y una relación amorosa como punto más alto. Mientras que la trilogía de Watts directamente carece de voz autoral (algo que mejora un poco en la tercera).

Spider-Man comic ilustración
Viñeta hecha por el dibujante Alex Ross (si alguien lo ve dígale que me desbloquee en Instagram).

En cuanto a los actores, los tres realizan un trabajo de excelencia. Todos aportan algo diferente a la interpretación, pero es Andrew Garfield quien sobresale en cuanto a capacidad actoral como tal. Tiene la dicha de ser el más talentoso y la desdicha de que sus películas fueron las más intervenidas por el productor Avi Arad, siendo este ultimo el verdadero villano de toda esta serie de películas.