Sebastián Castro, Kobal y Hugo Aramburo dan vida nuevamente a la caricatura de Adriano Castillo en «Compadre Moncho Unchained«.
Luego del relativo éxito y reconocimiento adquirido en la primera entrega del Compadre Moncho (ver reseña aquí), Mythica Ediciones lanzó la segunda parte de este carismático personaje en la Primavera del Libro 2019, donde lo presentaron oficialmente (si quieres revivir el momento, puedes verlo aquí).
Igual que la entrega anterior, el cómic se divide en dos historias independientes. La primera, El bueno, el malo y el Moncho, tuvo guion de Kobal, mientras que la segunda, Compadre Moncho 2: Ciudadano, fue guionizada por Sebastián Castro. En ambas historias el dibujante fue el mexicano Hugo Aramburo.
El bueno, el malo y el moncho
La historia creada por Kobal nos sitúa en el lejano oeste donde nos encontramos de cara con un grupo de personas divididos en dos bandos, dispuestos a matarse el uno al otro con tal de cumplir con lo que creen correcto. ¿La razón? el Padre Rogel ha cometido un grave pecado.
Por un lado, tenemos a quienes consideran que este fue tentado por el diablo pero que es un hombre de fe y está totalmente arrepentido, por lo que deben darle una nueva oportunidad. Sin embargo, el otro grupo sólo quieren acabar con su vida ya que lo consideran una bestia, una basura de ser humano.
«La gente con poder y contactos siempre hace lo que quiere»
Es en este contexto en que aparece un cazarrecompensas con un peinado fácilmente reconocible. El Compadre Moncho llega en el momento exacto para solucionar el conflicto, de cierta manera, llevándose consigo al Padre Rogel para entregarlo a la justicia y así cobrar la recompensa que tiene sobre su cabeza.
Durante su aventura lo acompañaremos en su camino, descubriendo un sorprendente secreto. Veremos cómo es llevado al limite de su paciencia pasando por alto lo que en un principio creía fehacientemente. Harta acción y disparos por doquier es lo que encontraremos en la primera parte de este cómic.
Sobre los dibujos, se nota una gran diferencia si lo comparamos con la segunda historia que nos entrega esta grapa. Se ve más «ordenado», más limpio el trazo y sin tanto detalle. O sea, detalles hay, pero sin llegar a saturar, cosa que se agradece bastante.
Kobal toca un tema bastante potente y que está en boga de todos, representándolo de manera sublime. Más de alguno se sentirá abrumado por las acciones y palabras del Padre y es probable que se sientan de la misma manera que el Compadre Moncho en ese momento. ¿Qué hubieran hecho?
Compadre Moncho 2: Ciudadano
¡Mis plegarias fueron escuchadas! Como comenté en la reseña anterior (ver aquí), tenía harta fe en que se retomara la premisa que se presentó en el primer cómic, que en su momento nos adentró poco a poco hacia al misticismo que generó Mon-Cho en el pasado (recordemos que esta historia está basada en un futuro donde Santiago está totalmente en ruinas).
Entonces, siendo una continuación directa, vemos a Adrián (por fin conocemos el nombre del protagonista) y a Theta, la última acólita defensora del templo oculto, sorteando diversos obstáculos mientras tratan de conseguir las hojas que fueron arrancadas del libro que cuenta las apariciones de Mon-Cho a través del tiempo. Recordar que las hojas fueron arrancadas por el mismo Mon-Cho y fueron escondidas en diferentes lugares de la ciudad, esperando el día que «el elegido» pudiese recolectarlas.
En esta ocasión podemos ver más sobre Santiago en ruinas con lugares históricos y fácilmente reconocibles por cualquiera. A través de sus páginas apreciaremos la presencia de Manuel Rodríguez, el Húsar de la Muerte y el cruce con Moncho, quien le hace reafirma ideologías que estaban dubitativas y que gracias a él las lleva adelante, además, se revela el misterio del afro!
Destacable es el hecho de que por fin se revela la identidad de los perseguidores que aparecieron en la primera entrega, criaturas horribles llamadas Xake-Terox, autodenominados «Dictadores del Orden».
«Cuando cabalgue hacia su guarida, vea los rostros de los ciudadanos, de la señora que barre la plaza, del abuelo que sale a caminar por la Alameda y los niños que juegan entre los carruajes. Mire el rostro de los trabajadores al amanecer y el de los enamorados al ponerse el sol. Ahí está la verdadera patria».
Como se puede apreciar, el dibujo en ocasiones es extremadamente detallista y, en lo personal, se me hace confuso seguirlo, llegando incluso a marear. Sin embargo, no deja de ser bien acabado. Sebastián Castro nos muestra nuevamente vínculos históricos de nuestro país, asociando al compadre Moncho a un héroe chileno. Ahora, quienes sepan más de historia y patria, tal vez puedan disfrutarlo aún más, yo no me considero un experto sin embargo se explica a grandes rasgos quién fue este héroe.
Sin dudas, Compadre Moncho es un cómic nacional a seguir de cerca. Es entretenido, se lee rápidamente y por si fuera poco, te culturiza indirectamente, o al menos así lo siento.
Ustedes, lo están comprando? Qué les ha parecido? Lo que es yo, seguiré comprándolo.