Reseña: Blade Runner 2049

Analizamos Blade Runner 2049, que expande el universo de su predecesora y que cuenta con un apartado técnico espectacular.

Escrito por Alejandro

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Las segundas partes de películas clásicas son un tema de gran controversia. Muchas de ellas son películas que tienen una gran cantidad de seguidores y que siguen maravillados con estas.

Así, cuando se plantea una secuela, de inmediato se genera la división. ¿Es necesario continuar obras que, para muchos, son perfectas? ¿Lo arruinarán?

Ese es el caso de Blade Runner, el clásico de ciencia ficción del año 1982, dirigida por Ridley Scott. Y un hecho no menor es que la secuela se estrenó 35 años después de la obra original. Toda una apuesta.

La dirección de la cinta quedó en manos de Denis Villeneuve, director que ya había incursionado en el género en la excelente Arrival, y que contó con el retorno de Harrison Ford en el papel de Deckard.

Los Ángeles en 2049

Han pasado 30 años desde los acontecimientos de la película original, la corporación Tyrell ya no existe, y su lugar fue tomado por la corporación Wallace, quienes desarrollaron sus propios replicantes (Nexus-9), los que son más obedientes que los modelos anteriores.

K, un replicante Nexus-9, se encarga de retirar a los modelos anteriores de replicantes. En su trabajo, se encuentra con un replicante llamado Sapper Morton, quien es retirado por K, pero que en su granja ocultaba una misteriosa caja. Dicha caja contenía el cadáver de Rachel, quien murió hace décadas dando a luz a un bebé. Una revelación que puede cambiar el orden social, al demostrar que los replicantes (o al menos el modelo Nexus-7 de Rachel) puede reproducirse.

Esta información llega rápidamente a Niander Wallace, quien ha sido incapaz de dotar a sus modelos de la capacidad de reproducirse, por lo que ordena a su subordinada, la replicante Luv, encontrar al hijo de Rachel y Deckard.

Así comienza la historia, K se va vinculando al caso ya que mientras más profundo investiga, más verdades se le revelan, lo que lo llevará a cuestionar su verdadera naturaleza.

Temática

La película, al igual que su predecesora, trata muchos temas de manera sutil, y se preocupa de expandir las temáticas y no tratar exactamente los mismos conflictos que la original.

Así, el nacimiento y la posibilidad de reproducción replicante aparece como uno de los temas centrales. ¿Es este milagro la llave de la libertad replicante?.

El nacimiento de un replicante es percibido desde varios puntos de vista por los personajes, todos válidos e interpretables.

En primer lugar, K entra en un estado de profundo análisis, ya que se plantea que, a diferencia de todos los demás replicantes, este hijo de Deckard y Rachel puede tener un alma, cuestionando si debe retirarlo. Así, vemos que la existencia de este milagro logra remover los cimientos más fuertes del modelo de K, su obediencia irrestricta a los humanos.

La teniente Joshi, quien se encarga del orden de la ciudad y de retirar replicantes, deduce rápidamente el riesgo de la situación, señalando que el hecho de que los replicantes se puedan reproducir implica el fin de la diferencia entre humanos y replicantes, lo que inevitablemente derivará en una guerra o una masacre.

Wallace va un paso más allá, en sus pocas apariciones muestra un complejo de mesías importante, ya que está obsesionado por ser él quien desarrolle las técnicas de reproducción mutante, y lograr ser el creador de una obra perfecta, además de obtener una retorcida forma de aumentar la producción de replicantes.

Wallace es uno de los personajes desaprovechados de la cinta

Otro tema importante es la esclavitud de los replicantes. La cinta deja en claro que la obediencia es el atributo fundamental de los nuevos modelos, y permiten que la sociedad siga funcionando. Para sostener esta esclavitud, los replicantes deben ser seres inferiores a los humanos, y ser seres vacíos, ya que carecer de alma permite su explotación sin mayores cuestionamientos éticos.

Por último, otro gran tema que rodea toda la obra es el amor.

El amor de Rachel y Deckard permite el nacimiento del hijo de estos, que puede cambiarlo todo. ¿Será el amor el verdadero motor de la libertad? En medio de la decadente sociedad, el futuro puede estar en los replicantes, quienes motivados por el amor se pueden reproducir y lograr perdurar, en contraposición a los decadentes humanos.

Y si hablamos de amor, es clave la relación de K con Joi, una entidad holográfica, creada por la corporación Wallace. Joi es aún menos valorada que los replicantes, ya que no tiene un cuerpo físico, y si los replicantes son cuerpos vacíos de alma, Joi carece de ambos.

Pero esta carencia de cuerpo no es impedimento para amar, ella se preocupa por K, y él quiere hacerla feliz. Durante toda la crisis de identidad de K, Joi va a ser quien lo alienta a seguir, poniendo en riesgo su existencia para ayudarlo.

Por último, al igual que su predecesora, el libre albedrío de la vida artificial es uno de los temas centrales, K está programado para obedecer, y todo su viaje va a llevarlo a la situación límite de decidir entre salvar o asesinar a Deckard, una disyuntiva que él debe resolver siguiendo sus propios deseos, algo impensado en principio.

Poderío técnico

La película es visualmente impactante. La fotografía de Roger Deakins es una joya. Muchos fotogramas son obras de arte por sí mismos, siendo el apartado mejor logrado de la película. Por esta obra, Deakins ganó el premio Oscar a mejor fotografía.

El diseño de producción y los efectos visuales son espectaculares, permitiendo ver la nueva ciudad de Los Ángeles, siendo respetuosos de la obra original, pero aportando avances y nuevas locaciones futuristas.

La música es muy buena y complementa muy bien el apartado visual, aunque se siente que falta el toque único de Vangelis.

Problemas

Si bien estamos frente a una gran película, es innegable que tiene varios problemas.

En primer lugar, estamos frente a una obra lenta. Tal como la original de 1982, su ritmo pausado puede incomodar a muchos espectadores, lo que se combina con su larga duración (2 horas con 43 minutos), lo que hace que la cinta se pueda sentir pesada, sobre todo considerando que la primera mitad de la cinta se dedica solo a presentar personajes y sentar las bases del conflicto.

La trama no se resuelve de manera natural. Sobre todo la revelación de la identidad del hijo de Rachel y Deckard, que no se explica de manera satisfactoria. Además, se presenta a un grupo de replicantes que quieren formar una revolución, pero su participación no pasa de ser anecdótica y no logran ser un aporte real a la historia, sintiéndose más como un avance a tramas de eventuales secuelas.

Pese a su gran duración, se siente que hay personajes y temas a los que faltó desarrollo, Wallace es un personaje que daba para mucho análisis, pero solo aparece en un par de escenas, lo mismo con Deckard, es el padre que debe reunirse con su hija, pero no aporta más a la historia, sirviendo más como un nexo con la película anterior, pero no un real aporte.

Si bien estamos frente a una película bella, la sombra de la original es grandísima, y no logra superar la simbología, los conceptos y el impactante final de su predecesora.

Valoración

Blade Runner 2049 es una de las mejores películas de ciencia ficción de la década pasada. Su apartado visual es sublime y logra ser una digna secuela de la película de 1982.

La película es respetuosa de la original, pero no se dedica a repetir temas o explotar sus personajes, sino que adoptar una identidad propia que complementa y expande a su predecesora. Tanto así, que la presencia de K y Joi se sienten mucho más relevantes que la aparición de Deckard, pese a toda la carga nostálgica de este personaje.

Es muy valorable que Villeneuve apostara por una película lenta y visualmente disfrutable, en tiempos en que la rapidez y la acción son la regla general.