Reseña a Espíritu de Lucha – Hajime no Ippo: The Fighting!

Un clásico moderno, los inicios del espíritu de lucha de Ippo Makunouchi . Un repaso por uno de los mejores animes de boxeo.

Escrito por Nicolás

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De la mano de Jyoji Morikawa, はじめの一歩 o Espiritu de Lucha” para l@s amig@s”, es un manga del género spokon/shonen (deportes) publicado desde 1989 hasta la fecha. Aunque sobre todo, es recordado por su adaptación al anime bajo el alero de “Madhouse” (Hunter X Hunter, Death Note, Monster) en el año 2000. Convirtiéndose rápidamente en un clásico de inicios de siglo, ocupando el panteón con otros de su género como Slam Dunk o El Principe del Tenis”.

Hoy nos disponemos a revisar su primera temporada, The Fighting!. Un recorrido de tan solo 74 episodios (y dos de relleno) que vaya que nos hacen sentir. Dando que hablar no solo entre los fanáticos del deporte; ¿Por qué logra este efecto tan cautivador?.

El espíritu de Makunouchi 

La serie narra el ascenso de Ippo Makunouchi en el mundo del boxeo. Yendo desde lo más bajo y el anonimato, hasta defender y disputar grandes títulos. Su vida dará un giro al conocer el mundo del boxeo y conectarse con su fuerza interior. Entrelazando los distintos aspectos de su vida con su gran pasión; amigos, trabajo, amor y boxeo, todo a la vez en pantalla.

Ippo es probablemente de los protagonistas más nobles que un anime podría tener. Lo que para una serie de boxeo funciona bastante bien. Contrastando su particular educación, simpatía e incluso timidez, con la energía imponente y agresiva que emana el deporte. Personaje que hoy quizás no funcionaria por su “perfección”, pero que a medida que avanza la serie deja entrever sus miedos y frustraciones.

A pesar de todo, Ippo gestiona bastante bien su agresividad. Algo agradable quizás para el ojo actual, al ser un ejemplo tan positivo de masculinidad. Es cautivante ver como a través del entrenamiento encuentra un espacio para lidiar con lo que le sucede. 

Amor por el Boxeo

Otro de los primeros detalles que cautivan de la serie es su gran atención al detalle. Habiendo un cierto “realismo” a lo largo de toda su primera temporada. Lo que deja entrever no solo un gran conocimiento, si no que mucho, muchísimo cariño por el deporte. Cabe resaltar que la afinidad que tiene su autor al boxeo es tal que hoy mantiene su propio gimnasio.

Existe una traducción bastante acertada de la realidad a la animación. Aprovechando aspectos técnicos que le otorgan una vibra única. El juego con la iluminación, que cambia y se oscurece al entrar los luchadores al cuadrilátero, dando la sensación de intimidad aún al estar rodeado de público.

La forma de abordar los tecnicismos del deporte y animarlos, acierta en el equilibrio perfecto de mantenerse fiel a la realidad y a dotar de cierto atractivo que sólo la ficción y el drama pueden otorgar. Acompañado siempre de una gran banda sonora que va de la mano con los grandes momentos, emotivos, tensos y de gloria.

¿Antagonistas?

“Espíritu de Lucha” también brilla presentando a los rivales que nuestro protagonista deberá vencer. Haciéndolo siempre desde la empatía, tomándose el tiempo para desarrollar justo lo que necesitamos para comprender sus motivaciones. Llegando a ser personajes tan nobles y carismáticos como el mismo Ippo.

Dándole una capa más interesante a la rivalidad, desde el respeto y orgullo, no desde el odio o la venganza. Presentando personajes que nos agradan y que deseamos volver a ver. Sembrando semillas y promesas, como Yamada Naomichi (o Vomitichi), quién tras un pequeño arco, su personaje se despide (en uno de los episodios más emotivos de la temporada) haciéndonos desear un posible regreso y enfrentamiento con Ippo.

El mejor ejemplo de alguna promesa es quizás el personaje de Myata (o el Sasuke de Espíritu de Lucha, como me gusta llamarle). Siendo el principal rival de Ippo, pero con el quién tiene tan solo un combate. Proyectando muchísimo al tener la oportunidad de poder ver crecer a ambos a lo largo de la temporada.

Mención especial a Umezawa, quizás el primer antagonista de la serie, quien tiene un arco de redención impactante. Pasando de ser el bully de Ippo a no solo uno de sus principales admiradores, sino que una de sus personas más cercanas. Ayudándolo en uno de sus momentos más cruciales por el gran respeto y aprecio que le tiene. Viéndolo como un modelo a seguir por el gran espíritu de lucha que ve en él.

Combates

Uno de los grandes fuertes de la serie, y que conecta con todo lo anterior, son sus peleas, y no solo por ser un shonen y tratarse de boxeo. Existe un plus, y es que sus combates resultan “dramáticos” en el sentido técnico de la palabra. Aún siendo Ippo un prodigio, teniendo el guión y el poder de ser el protagonista, no sabemos exactamente cuál será el resultado de cada combate, lo que habla bastante bien de la estructura dramática de cada combate y la inmersión que logra el espectador, además del trabajo de escritura en general.

Incluso al intuir lo que sucederá y que esto es un shonen, bastantes sorpresas esperan a lo largo de los enfrentamientos, porque los personajes se relacionan en el combate, Ippo demuestra los resultados de su entrenamiento, se ve en aprietos y soluciona conflictos. Cada pelea tiene en sí misma una gran peso, una importancia particular, ya sea dada por su contrincante, por el estado de su protagonista o el de su entorno.

Lo anacrónico

Porque nada es perfecto y mucho menos en estos tiempos, hay un elemento que distrae bastante de toda la grata experiencia que puede ser Espíritu de Lucha. Las constantes (e innecesarias) referencias y chistes sobre el pene del protagonista. Si bien es un aspecto que para nada define la obra, no deja de llamar la atención como los espectadores crecen con su tiempo, lo que en su contexto no parece tan extraño siendo un manga del 89’, hoy quizás pueda resultar algo fuera de lugar por lo gratuito que llega a ser.

Por otro lado tampoco deja de ser interesante la insistencia en este tipo de comportamientos, al haber sido el boxeo por muchos años, un espacio casi en su totalidad vinculado a lo “masculino”. ¿Reflejos de comportamientos erráticos, hormonales, adolescentes, que hacen una lectura crítica del comportamiento arquetípicamente masculino o humor japonés? Lamentablemente, me inclino por lo segundo.

El Espíritu de Lucha

Hajime no Ippo: The Fighting!, es un anime cautivante (pese a los detalles). En sí misma la serie tiene un aura particular, como una llama que no se deja apagar y que cada vez se hace más fuerte. Siendo bastante precisa en aquello que desea transmitir, crea recorridos y momentos inolvidables.

Plasmando el costo, riesgo y esfuerzo de perseguir una pasión, carga con una fuerte emotividad que interpela no solo al rubro del boxeo, sino que a cualquiera fuera de lo tradicional. Una de esas series construidas desde el cariño no solo de contar historias, sino también de lo que hay detrás de aquello.