Entrevista a Pablo Pinto Canales, autor de Horror es Humano

Hablamos con Pablo Pinto Canales, autor de Horror es humano, sobre sus inicios, sus influencias y lo que el género significa para él

Escrito por Muerto

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Luego de contactar a ciertas entidades que van más allá del raciocinio humano, Comiqueros fue capaz de ubicar a Pablo Pinto Canales, autor de Horror es Humano, a fin de poder hablar sobre su libro, sus inicios y las obras que lo ayudaron a forjar su oscuro y dantesco imaginario de horror.

Pablo Pinto Canales

¿Por qué el título Horror es humano?  

Porque el terror que buscaba mostrar en ese momento tenía que ver con demostrar que el horror habita y proviene de los mismos seres humanos, mostrar que uno no necesita elementos sobrenaturales para generar situaciones de horror, sino que basta con apelar a situaciones límites para proponer que, eventualmente, cualquier persona en un contexto adverso podría verse enfrentada a su peor versión. Quizá en eso mismo está mi motivación por contar historias de vidas extrañas. Me gusta darle complejidad a los personajes y ser capaz de en pocas páginas narrar y mostrar vidas muy diversas.  

Siento que cada uno de nosotros, si fuéramos personajes de un cuento, quizás podríamos ser tan particulares como cualquiera de los personajes de los cuentos que yo propongo ahí.  

Tienes otro libro de cuentos que por lo que sé también es de terror/horror ¿Es tu género favorito?  

Sí, sí ¿y sabes qué? Ha sido difícil aceptarlo en los últimos años. La peleé harto con salirme del terror y de hecho fue justo antes de publicar Horror es Humano. El primer libro, Silencio, lo publiqué en 2013 con Ediciones de la Lumbre, eran 15 cuentos y lo armé con todo lo que tenía en ese momento. Por esa razón es un libro que tiene muchos tipos de terror ubicados en distintos niveles del sustómetro: hay cuentos que son muy suaves y otros más oscuros, más difíciles de digerir. Apenas terminé de publicar Silencio ya tenía 8 o 10 cuentos más escritos y yo quería seguir embalado como suele pasar cuando uno recién publica, pero me pasó que Ediciones de la Lumbre no quería seguir trabajando terror porque al ser una editorial pequeñita publican cosas súper puntuales y el terror se salía de la línea que llevaban.  

Entonces me puse a buscar otras editoriales con los cuentos que tenía y me costó harto publicar. Mandé a varios lados, seguí escribiendo cuentos, haciendo selecciones, de hecho hice tres compendios más de lo que podía ser el segundo libro. Entonces el libro pasó por un editor y él me ayudó a darle una línea editorial a la antología que se transformó en Horror es Humano. Quedaron muchos cuentos fuera, muchos. Y claro, en los que quedaron había una línea  súper clara de cuál es el tipo de horror que quería mostrar. Habiendo terminado eso fue como: ya, seguiré contando horror. Pero entonces me pasó que entre medio nació mi hija el 2017 y me complicó seguir escribiendo ese tipo de cosas. Como que no quería seguir trayendo oscuridad al mundo de una manera súper literal porque uno para escribir terror u horror que funcione, tiene que contactar con cosas o crear imaginarios que no son gratos.  

Entonces ahí estuve harto en discusión interna con eso. Me duró como un año y después de a poco empecé a retomar. Empecé a hacer más talleres, a hablar de terror con personas a las que les gusta el género y en ese proceso me volví a encontrar con el horror, pero comencé a manejar ciertas condiciones sobre cuáles cosas quiero escribir y cuáles no.  

¿Qué es lo que más te gusta de escribir historias siniestras? ¿Desde dónde crees tú que viene tu fascinación por el terror? 

Creo que lo que más me llama es que me divierte torcer la realidad. Son pensamientos que me vienen de forma casi automática a la cabeza cuando veo ciertas situaciones y las registro, las explicaciones que me doy de por qué pasan ciertas cosas. Mi cabeza siempre tiende irse hacia el lado oscuro, así que a veces me siento como llamado a escribir la extraña manera en la que pueden suceder las cosas, la extraña manera de cómo los hechos pueden estar relacionados entre sí. 

Mi hipótesis es que de chico era súper asustadizo. Me acuerdo que una vez mis papás me regalaron un libro de cuentos de terror y a mí me gustaba caleta leer esos cuentos, ver películas de terror que eran para más grandes. Yo creo que yo mismo me fui creando estos imaginarios de susto que iban más allá de mi edad y lo que pensé fue que… Yo creo que esto fue una reacción contra fóbica fíjate. Una manera de luchar contra el miedo es asustar a otros, como cambiarte de roles, cambiar de posiciones entre el asustado y el que asusta. 

Y también a la vez de descubrir el terror hay varias cosas, pero no sé realmente cuál es, no sé si es la de purgar estas sensaciones o sacar los malos sueños, las malas experiencias. Yo también creo que hay unos rasgos narcisistas como de ego, porque provocar miedo en otros es algo súper poderoso. También hay algo que me encanta en el uso de la palabra, ver cómo a través de la narración se pueden construir cosas lo encuentro fascinantes porque es un relato escrito, así que el hecho de que un relato escrito sea capaz de generar esas sensaciones físicas lo encuentro muy heavy.  

Y la historia de cómo me fui enamorando del terror tiene que ver con eso, como con la psicología de las personas, cómo se armaban las historias y sus vidas desde la psicología: ahí me fui metiendo más. Además, cuando uno es psicólogo, escucha muchos problemas, llegas a pasajes súper oscuros de la vida de las personas y te das cuenta de lo que te decía antes sobre la condición del ser humano.

¿Cómo empezaste a escribir? ¿Desde qué edad?  

Yo creo que fue más un devenir de procesos creativos porque cuando chico dibujaba mucho, copiaba mucho de Condorito cuando tenía 10 años, hacia retratos de mis compañeros, hacía comics, como que por ese lado comencé a entrar a esto de crear. Y por ahí en octavo básico tuve un cambio importante porque empecé con los juegos de rol y con ellos se me abrió un mundo. Ahí empecé a meterme más en la narrativa hasta que terminé escribiendo cuentos de las aventuras que creábamos en los juegos de rol.   

¿Cuáles son tus referentes literarios?  

Mis referentes literarios originales fueron H. P. Lovecraft, súper fuerte, pero súper fuerte, o sea hasta el punto que llegué dirigir juegos de rol de los mundos de él, así que leí un montón de su obra y me instruí en poder contar historias dentro de su universo y terminé usando estrategias similares (el giro final, la construcción de personaje, el misterio) para mis historias. A Ray Bradbury también lo leí harto cuando chico y en mi adolescencia porque también me gusta como construye la ficción y los universos, esos universos donde la humanidad se mezcla con el espacio y las realidades alternativas.

También me marcó harto Horacio Quiroga, porque siento que tiene algo súper fatal dentro de ese costumbrismo/naturalismo, como que todo está muy cercano a la muerte y a la locura y eso lo encuentro la raja. De hecho, mis cuentos tienen mucho de eso, de realidad, se crean en espacios reales bien creíbles en los que poco a poco van cayendo manchas negras. Y de las últimas cosas, Mariana Enríquez siento que hoy en día es de lo más fuerte en escritura. Aunque hace poco también estuve leyendo un libro de Daniel Villalobos que se llama El tren marino que no lo cachaba de nada y wow, fue una gran sorpresa.

Igual mi influencia literaria se cruza mucho con mi influencia fílmica, o sea para mí ver series o películas es casi tan importante como leer. Tengo mucha filmografía de terror, en los que destaco entre los más clásicos Hellraiser que la vi de súper chico y me marcó caleta.

¿Cómo fue el proceso creativo de Horror es Humano? ¿Cómo fueron surgiendo los cuentos y cuánto tardaste en terminarlos?  

Bueno, como te decía, Horror es Humano tiene pocos cuentos porque me pasó que yo quería imitar un formato de libro de bolsillo de fácil lectura y se me ocurrió después de que leí Quiltras de Arelis Uribe. Me pareció que era un libro pequeñito, pero tan apetitoso de leer, de esos libros donde que lees súper pocos cuentos, pero quedas súper satisfecho. Entonces intenté hacer eso.  

En todo caso debo decir que no me matan todos los cuentos, hay algunos que me marcan mucho más que otros. Me da lata que sea así, pero Horror es Humano igual llegó en un punto que yo llevaba mucho tiempo queriendo publicar y no había encontrado la oportunidad entonces fue como: ya, ¿sabes qué? Lo voy a hacer. De hecho, publicar con Áurea Ediciones para mí era una carta poco segura ya en ese momento.  

Entonces cuando me junté con el Jota fui con el cuento La fiebre de los que mueren, que era como mi caballito de batalla. Yo sabía que con ese cuento lo iba a conseguir. Y me junté con él por primera vez en la azotea del mall Plaza Egaña, nos juntamos un día en la tarde me acuerdo. Le hice una introducción de cómo este libro había tenido un proceso de como tres ediciones que no vieron la luz y después le pregunté si se animaba a leer el cuento que había llevado. Lo leyó ahí conmigo, prendió el computador y cuando lo terminó fue como wow y yo dije que ya poh, publiquemos.

¿Qué es lo que más te gusta de tu libro? ¿Sientes que te refleja cómo escritor, que tiene tu sello personal?  

Es una difícil pregunta porque siento que no es mi mejor libro, prefiero Silencio, siento que es un libro mucho más puro. Mientras que Horror es Humano es un libro súper incompleto, como de parto difícil. 

No sé, Horror es Humano fue publicado como por la necesidad de cerrar algo. No siento que su publicación sea un punto alto de mi carrera de escritura por decirlo de algún modo. O sea, es un libro que demoró cuatro años en salir, que tiene cuentos muy antiguos y tiene otros nuevos, así que tiene distintas como manos de escritura. Es más, me costó mucho armarlo antológicamente. Llegó al final de mi relación con el género y no sé si transmite eso: las contradicciones, el tormento. 

Es un libro que me cuesta aceptar, no está libre de conflictos.  

De los cuentos que son parte de la antología, ¿cuál de ellos te gusta más y por qué?

Soy injusto quizás en la manera que lo juzgo con todo lo que decía antes porque hay hartos cuentos power. Me parece que mi Cazador de duendes es un cuento muy popular, que gusta mucho. Creo que es un cuento que funciona muy bien para cualquier persona que le guste el género, es como una película cortita, una aventura que se explica por sí sola y tiene muchos matices. Uno pensaría que es mi cuento favorito, pero no.  

Yo creo que mi cuento favorito es La fiebre de los que mueren. Siento que es un tren de carga que va a mil kilómetros por hora. Lo que me gusta de La fiebre de los que mueren es que son los últimos días de una vida terrible, de una vida que se consume, que llegó a un punto final y no es muy habitual que los seres humanos presenciemos esos últimos momentos. Siento que ese cuento está impregnado de eso, de ese cuerpo quemándose.

Hasta ahora solo has publicado cuentos. ¿Algún día te gustaría escribir una novela? Y es así, ¿de qué? 

Bucha, lo he intentado. He empezado a escribir varias veces con la intención de novela, pero se han transformado en cuentos. Es terrible, pero también tiene que ver con aceptar con los dones y los estilos, ¿cachai? Como que el cuento se me da natural.  

Me pasa que con las novelas siento que tienen mucho relleno, pero con El tren marino de Villalobos, que sentí que es una novela que tiene formato de cuento. Como que tiene capítulos muy cortos, muy intensos, como una película de acción, realmente me sobró muy poco. Entonces, cuando leo cosas así, también es el caso de la Mariana Enríquez, me dan ganas de escribir novelas: lo veo posible.   

Igual siento que antes de escribir una novela quizá voy a escribir una serie o una película, eso se me viene a la cabeza cuando pienso en género largo… No sé si el género largo del cuento es la novela para mí. 

¿Estás trabajando en nuevos proyectos actualmente? Y si es así, ¿también están relacionados con el horror y el terror?

Hace poco me habló un amigo que vive en Reino Unido para decirme que quizá hay una oportunidad de hacer una especie de antología audiovisual de mitología latinoamericana. Eso está recién empezando. Tengo por ahí como cuatro cuentos terminados y otros en proceso, pensando quizás en un tercer libro, pero como te digo, voy lento con la escritura de terror.  

También tengo a Colectivoscuro con el que vamos sacando proyectos de escritura por Instagram y siento que es choro, es un aire fresco dentro del terror. Igual tengo otro proyecto de escritura personal del tipo naturalista-autobiográfico que son episodios de mi vida contados como de una forma dramática-chistosa.  

Siempre tengo proyectos guardados en carpetas: webseries, podcast y esas cosas. Pero como que siempre me caliento la cabeza y las termino dejando ahí. Sería bacán que llegara alguien súper inyectado y me dijera que hiciéramos algo, pero que yo lo ayudara a él, no hacerlo yo y que me ayuden.

 ¿Qué libros o películas de terror recomendarías a quienes hayan leído tu libro?

Películas de terror de todas maneras las de Ari Aester, que son Hereditary y Midsommar, colocando a Hereditary en primer lugar porque tiene construcción de terror psicológico la raja que ya casi no hay. Siento que hoy en día el hay mucho terror burdo. Me da lata. También en película me gustó Gerald’s Game en su momento. It Follows, más antigua, que encuentro que podría ser ridícula, pero es tan agobiante la sensación de que te siguen sin descanso. Y en general me gustan las películas y los libros que cambian las reglas, ¿cachai? 

Por ejemplo Hostel cambió las reglas en su momento, The Blair Witch Proyect en su momento, SAW cambió las reglas. Estas películas vienen a contar historias de terror que no se han contado o a mostrarlas de una forma en la que no lo habían hecho, pero después viene una saga de personas que repiten la fórmula. Cualquiera de esas películas «cambia reglas» son súper aconsejables para pensar en que lo próximo que hagas ojalá llegue a cambiar las reglas.  Siento que de eso se trata. 

Y en temas de escritura, Nuestra parte de noche creo que es una obligación en temas de terror. Ya mencioné El tren marino de Villalobos.  

¿Qué opinas sobre el desarrollo de la literatura de terror en Chile? ¿Crees que tiene su merecido lugar? ¿O sientes que todavía falta que aparezcan muchos más autores? 

¿Sabes qué me pasa con el terror? Siento que el terror nacional en general es muy básico, como que apela a recursos muy básicos a la hora de crear personajes, tramas o la manera en cómo se narra. A veces lo siento poco elaborado y que le falta camino. Igual escribir terror es súper difícil, es súper exigente para que la cuestión funcione, para no contar historias comunes o no ser predecible, usar las palabras precisas. Sin embargo, me encuentro con este público que lee todos estos terrores y los celebra, los encuentra tan buenos y no sé, quizá yo soy un hueón amargado en ese sentido, porque los leo y no me satisface.  

Espero más del terror, sorprenden poco, se basan mucho en elementos ya conocidos. Pero no siento mucha esperanza de que eso pase fíjate, siento que es algo súper escaso. Siento que los buenos narradores, dentro de los cuales no tendría la desfachatez de incluirme, van seguir siendo pocos. 

Al menos en el terror siento que esas voces son reducidas y seguirá siendo así, quizás en otros géneros hayan muchas más.