Entrevista a Víctor Paredes, animador de Wolfwalkers

El chileno Víctor Paredes participó en la creación de Wolfwalkers, película animada con aspiraciones al Oscar. Aquí lo entrevistamos.

Escrito por Chile en viñetas

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Como toda industria cultural, el cine sufrió con la pandemia que azotó al mundo desde fines de 2019 hasta la actualidad. A pesar de esto, igualmente hubo estrenos y uno de los más destacados fue el de la película animada Wolfwalkers, del estudio Cartoon Saloon.

En la elaboración de la película hubo un chileno involucrado, el animador Víctor Paredes, a quien entrevistamos para hablar sobre cómo llegó a Cartoon Saloon, su participación en la franja electoral por el plebiscito para una nueva constitución y su futuro en la animación.

Víctor Paredes

¿Cuál es tu trabajo en el mundo de la animación?

Soy un obrero dentro de esta máquina enorme que es una película. Trabajo en un departamento que es bien raro, haciendo animación, pero no soy parte del equipo de animación cuadro a cuadro de los dibujantes que mueven a los personajes principales, sino que soy de un equipo en que trabajamos con un software que se llama Moho, donde hacemos una especie de animación complementaria, de fondo, de multitudes, elementos o personajes en ciertos contextos.

 Es el departamento de animación riggeada. Un rigg es como una marioneta en dos dimensiones, que es un poco como están construidos los personajes en una película en 3D.

Como yo lo leo, es cuando no se sabe muy bien qué hacer con una escena, nos la mandan a nuestro departamento para que veamos si se nos ocurre alguna forma de moverla. Si hay una cosa muy rara en un árbol moviéndose con unos tentáculos con no sé qué, nosotros tenemos que ver si podemos armar una marioneta que nos permita hacer eso y que se vea bien dentro del contexto de la película. Es súper importante que no se note que hay una marioneta ahí, sino que se vea como parte del mismo mundo.

Eres como un “obrero” que sigue órdenes, pero no tiene incidencia en la trama de la película.

En general esto va dependiendo de cómo sean los directores o en qué parte del proceso creativo uno se une al proyecto, pero es decisión del director y uno puede opinar sobre ciertas cosas. Considero que tengo más control sobre mis propias escenas. La película no sería muy distinta sin mí, pero yo sé que mis escenas sí serían muy distintas si no las hago yo, para bien o para mal. Cartoon Saloon igual es un estudio chico, entonces igual hacen pasadas de guion o pasadas del animatic, que es como el boceto de la película y ahí uno tiene derecho a voz por lo menos.

Los inicios en Cartoon Saloon

A propósito de Cartoon Saloon, ¿cómo llegaste ahí?

Mi camino es bien curioso, porque yo estudié periodismo en la USACH y me dediqué a hacer animación por mi cuenta y empecé a trabajar en productoras. De repente me iba bien de animador original y al final nunca ejercí mucho como periodista.

Estoy un poco colado en este mundo. Yo me dedicaba a usar este software, que era el Moho, y me dedicaba a hacer muchos tutoriales, y resulta que por esos mismos tutoriales empecé a conocer a mucha gente que los veía. Entre esa gente que los veía había gente de Cartoon Saloon y DreamWorks, animadores de Disney. Me enteré de que usaban el programa en Futurama para hacer algunas cosas. De hecho fue bonito, porque el día anterior que me enteré de que lo usaban en Futurama me echaron de una pega.

Yo empecé a usar este programa y como hacía tutoriales e inventaba técnicas para riggear mejor, para hacer mejores marionetas, me contactaron los creadores y empecé a trabajar con ellos. Empecé a hacerles tutoriales y hacerles personajes y un montón de webinars.

Tutorial de Moho

 Al final me contrataron los del programa y terminé dirigiéndolo con los dueños de esa época. Fue súper divertida esa parte, dirigí dos versiones del programa donde yo decidía qué nuevas características iba a tener, la dirección que iba a tomar y un montón de políticas de marketing.

Llegó un momento en que la empresa gringa decidió cerrar el área gráfica en California. Trabajaba a distancia desde Chile, pero decidieron cerrar y nos echaron a todos. Estaba piola, porque estaba ganando un sueldo gringo y vivía en Chile que para mí era el ideal.

Me echaron el día después de que supimos lo de Futurama, nos encantaba la serie y los programadores estaban fascinados de que su programa (Moho) se usara. En Cartoon Saloon hace tiempo que me tenían echado el ojo, que les gustaba mi trabajo como animador y mis tutoriales. Ahí me contactaron y me preguntaron si me quería venir a Irlanda. Ahí me di un poquito color y al final dije que sí. Ahora hace más de tres años que estoy en Irlanda.

Víctor y Pablo Paredes

¿Dónde entra DreamWorks? Tenemos entendido que trabajaste con ellos

De DreamWorks me contactaron y de hecho ahora somos amigos. Era un equipo pequeñito en DreamWorks Television, que trabajan haciendo series. Yo los conocí porque también usaban el programa, entonces cuando yo dirigía el programa me tocó ir varias veces y aprovechamos de ir a ver.

DreamWorks es como un campus universitario, es bacán, es súper bacán y tiene una estatua de Kung Fu Panda. Me acuerdo que comí caleta porque tenían como un desayuno buffet, con torres de comida y la gente era muy buena onda. Yo los conocí ahí y una vez que dejé de trabajar con los gringos pasó un tiempo, porque Cartoon Saloon no me contrató inmediatamente, y en ese tiempo me llamaron de DreamWorks para freelancear desde Chile, pero no es que estuviera contratado ni nada.

 Nunca estuve en la encrucijada de Cartoon Saloon o DreamWorks. Se fue dando así y de hecho después hice algunas otras pegas en DreamWorks estando en Cartoon Saloon. Me acostaba súper tarde, pero en el fondo tú no les puedes decir que no si te llaman, además que hay gente que quiero mucho.

La Navidad pasada fui a California, pasé por Los Angeles y pasé a ver a la gente de DreamWorks y tuvimos unos días súper bonitos, porque somos amigos ya, casi no hablamos de animación. Somos muy amigos, yo visito a un amigo que es animador y que tiene una familia muy bonita, una hija súper talentosa que hace animación también y su esposa que también trabaja haciendo fondos a animación. De hecho, trabajó en Los Simpson haciendo fondos de animación, entonces la casa estaba repleta de cómics, de libros de animación, de distintas cosas en los muros y también con cuadros de fondos de Los Simpson en que ella había dibujado los originales.

Fue bacán, porque cuando fui para allá estaba en el patio y se movió algo, no sé qué. Mi amigo me dijo «¿lo viste?» Y yo dije «¡No, no! ¿Qué era?» Y me dice que era un zorrillo y soltó el olor del zorrillo, si acaso no sentía el olor fétido. Y yo sentí un olor súper malo y el tipo estaba diciendo que entráramos, que era asqueroso. Era primera vez que olía el olor de un zorrillo, era como un sueño de niño, por fin pude sentir cómo huele Pepe Le Pew y yo me quedé afuera mientras la familia se entró.

Arte y política

¿Por qué hacías los tutoriales de Moho, con qué fin?

Yo creo que tenía un rollo medio inconsciente de divulgación del conocimiento. Me pasaba que había aprendido mucho en el foro del programa, de hecho fui aprendiendo inglés también en esos foros, iba ahí a tropezones escribiendo.

Imagen pegada en Plaza Dignidad, basada en un gif de Víctor

Siempre sentía que había aprendido un montón y que de repente iba desarrollando cosas o estaba en una situación en que podía enseñar algo. Este es un programa que es muy de herramientas que tú puedes combinar en formas que a los creadores no se les ocurrió. Me dediqué a enseñar a hacer ese tipo de cosas y ha sido súper bonito. El haber estado haciendo eso durante años me permitió armarme una carrera e ir conociendo un montón de gente muy agradecida.

¿Sientes la necesidad de compartir lo que sabes hacer? ¿De ser activo políticamente por las cosas que crees y compartirlas con el resto?

Yo creo que esto de verdad es como Spiderman, como “un gran poder conlleva una gran responsabilidad” y si el poder que uno tiene es que puedes animar monos relativamente bien y rápido, sirve un montón para apoyar causas políticas. Somo una cultura súper audiovisual y entran muy bien los mensajes con monos animados, entonces a mí se me fue dando que quería aportar con causas y también era la forma en que sabía hacerlo y probablemente la forma más cómoda que me sale de hacerlo.

Tiene un elemento medio barsa, porque podría estar acarreando sillas para un evento o podría estar haciendo otra cosa, pero les digo “si mejor les hago una animación, así me quedo en mi casa, en el computador, con mi estufita”, que es caleta de pega igual. Para no sonar tan como superhéroe, es como “sé hacer esto y les ofrezco mi trabajo” y creo que puedo hacer cosas bonitas.

Después fui trabajando con Revolución Democrática, con el Frente Amplio y con otras instituciones. Lo que hacía yo es que tenía una pega y no freelanceaba aparte de la pega, pero dedicaba ese tiempo a hacer videos políticos. Hice unas cosas con Malaimagen para la Fundación Sol, trabajé mucho con el Observatorio contra el Acoso Callejero (OCAC), de lo que estoy súper orgulloso.

Video para el OCAC

Trabajé en los guiones y la animación con las ilustraciones de la Maritza Piña. A mí me deja súper conforme porque ayudaron un montón. Al OCAC le sirvió, además del tremendo trabajo que tenían de voluntarias, de abogadas y un montón de cosas, terminaron sacando un proyecto ley, es súper fuerte lo que lograron. Me da mucho gusto poder haber aportado con el aula audiovisual de esa pega.

He trabajado con la Universidad de Chile, con organizaciones feministas, en la franja (del plebiscito por una nueva constitución).

¿Para el estallido de 2019 estabas en Irlanda?

Sí, me tocó estar en Irlanda. Mi papá se murió el 2019, yo me quedé en Chile como un mes más después de que se murió y me vine a Irlanda. Poquito después empezó el estallido. Era súper peludo verlo de lejos. Es súper emocionante, porque mi país está teniendo una revolución y yo estoy acá haciendo monos animados, a quién le importa. Genera algunas contradicciones, pero tampoco es mucho lo que uno podía hacer.

Durante el estallido, con mi hermano hicimos un par de campañitas de video, sobre cambiar la Constitución, cosa así. Después ya trabajamos en la franja directamente, cuando el plebiscito iba a ser en abril, antes de la pandemia.

Mi hermano y mi hermana vinieron a verme a Irlanda. Como se había muerto nuestro papá, tuvimos unas vacaciones bonitas de hermanos. Les dije “vengan pa’ acá y paseamos un poquito por España y Portugal”, pero trabajamos para el apruebo también en las vacaciones. Nos estábamos quedando en una casa y en las tardes a trabajábamos para el apruebo. Mi hermana decía “yo soy anarquista, no me interesa esto”, pero la obligamos un poco a que nos ayudara.

Video para la franja del plebiscito

 La franja del apruebo decía “mixta no” y eso se nos ocurrió ahí, en Barcelona. En vez de salir a pasear, estábamos encerrados sacando ideas y ahí se nos ocurrió. Estoy súper orgulloso de que haya salido de ahí.

¿Sentías la necesidad de estar aportando de alguna forma? ¿Podrías haber dormido tranquilo pensando en lo que pasaba en Chile mientras tú estabas en Irlanda?

Era una necesidad, un estrés. No dormía, estaba triste, mi papá se había muerto, tenía un problema de salud que me tenía con muchos dolores y además mi país se estaba quemando, la gente se estaba quedando sin ojos; pero además había una revolución, tenía que ver qué hacer, cómo ayudar.

Estuve buscando siempre qué hacer. Es muy frustrante, me encantaría haber estado por último para ir a las marchas y ocupar un poco de espacio colectivo. Lo veo como una necesidad.

Amor por el 2D

Cuando te llamaron de Cartoon Saloon sabías perfectamente de dónde te estaban llamando y no podías decir que no.

Te están diciendo “hola, vente a vivir a otro país mañana, varios años”, igual es una decisión cuática, déjenme pensarlo tres semanas. Yo ya sabía que iba a decir que sí, pero me sentía con la responsabilidad de pensarlo.

De Cartoon Saloon yo era fan, sus películas son increíbles y a mí siempre me gustaron. Tiene esta cosa de estudio alternativo. DreamWorks es las grandes ligas y Cartoon Saloon más pequeñito.

Es un estudio que tiene un espíritu propio y una valentía de hacer lo que quieran sin dejarse llevar por lo que esté pegando en la industria. Es como “hola, hacemos películas irlandesas y te queremos mostrar nuestra cultura y lo vamos a hacer a toda raja con todas las técnicas que conocemos y queremos hacer películas 2D y queremos explotarlo, no solo que sean dibujos, sino que es parte del lenguaje de lo que estamos contando”.

Por ejemplo, en Wolfwalkers, el valor de línea es súper importante dentro de la película y los personajes evolucionan, no solo en su arco dramático, sino en su arco de diseño también. La niña, a medida que se “asalvaja”, la línea también se vuelve más salvaje. Encuentro la raja que metan esas capas de narración que tú no podrías meter en una película que esté hecha en otro formato o que esté hecha en 3D. Tiene que ver con un tipo de vibración y un tipo de estilo que solo se logra haciendo 2D.

En los últimos años las grandes ligas siempre trabajan en 3D

Sí, aunque yo creo que probablemente va a volver (el 2D). Son formas de arte distintas con sus propios lenguajes. Con este comienzo de un boom 2D, hay todo un desmerecimiento con el 3D. Yo estoy un poco aburrido del 3D de Pixar, que es impresionante, pero este foto realismo, ¿qué más me puede entregar?

Cuando tú ves películas como Spider-Verse, Charlie Brown o incluso Lluvia de hamburguesas, que a mí me parecen estilísticamente alucinantes, es súper lindo y es una búsqueda por dónde estrujar el 3D. No quiero desmerecer el 3D, son caminos distintos y tanto en el 2D como en el 3D hay infinitas posibilidades de explotarlo.

¿No será algo nostálgico para quienes crecimos con el 2D y aparece algo como Garfield en 3D?

Hay mal 3D también. Obviamente uno se va a poner nostálgico si te están entregando un producto que es de mala calidad. Cuando niño veía los GoBots, que eran como como unos Transformers falsos y para mí eran bakanes, pero los miro ahora y era una serie de una calidad tan pobre, horrible. Uno es nostálgico del 2D, pero probablemente tan feo como la serie de Garfield eran estos monitos que uno veía. Estaban hechos para venderte figuras.

Wolfwalkers

Wolfwalkers tiene un estilo de dibujo bien distinto, me recuerda mucho a El cuento de la princesa Kaguya. ¿Qué implicancias tiene animar ese tipo de dibujos en tu trabajo?

Esa película fue referencia para Wolfwalkers, los directores para hacer la sección de los lobos corriendo, la usaron como referencia y se conversaba libremente.

El cuento de la princesa Kaguya

En realidad yo soy del equipo de los que usamos computadores para resolver problemas y está el otro equipo, que son los que hacen carboncillos, que están manchados con pintura y están ahí dándole, que hacen un trabajo increíble.

El arte que estás haciendo, las técnicas que estás usando para ilustrar, los materiales que estás usando, también son parte de la narración. La acuarela o lo que sea que tú estés usando, no sólo se vuelve el medio con el que estás dibujando, sino que se vuelve parte de la narración, entonces se vuelve parte del movimiento.

En Wolfwakers hay dos mundos. Está el mundo de la ciudad, que es súper plano, que es casi como de vitral, sin perspectiva, súper cuadrado, con trazos como sacados de grabado. Por otro lado, está el bosque, que es mucho más natural, es mucho más de pincelada suelta, es mucho más redondo.

Estilísticamente están estos dos mundos peleando, el salvaje y el cuadrado. Dentro de las secuencias de sueño, dentro de los lobos, es el extremo de este mundo suelto. Es totalmente tridimensional en su forma, los lobos corren para  adelante de la pantalla. La cámara se mueve, los árboles tienen corporalidad, mientras en el resto de la película se explota que sean planos y tienen que verse así.

Son estas tres formas de narrar que tienen que ver con lo que tú quieras decir en cierta parte de la película. La forma en que los lobos ven, la forma en que los lobos corren, tienen que ver con la libertad. Es una animación que lo que te está demostrando es que no hay límites dentro de esa animación y por eso es la más tridimensional de la película.

Todas las herramientas que tienen disponibles, están tratando de usarlas para contribuir a la narración y eso lo encuentro súper bonito y un ejercicio intelectual súper fuerte, de mucha sutileza.

¿Cómo fue para ti trabajar en una película tan propia de Irlanda, con su mitología propia?

Probablemente no era necesario para mi pega saber de cultura irlandesa, pero a mí sí me interesa ir conociendo, entonces igual traté de estudiar un poco y uno va aprendiendo también. Irlanda es mucho de la conversación en pub y ahí uno va aprendiendo mucho de la cultura. En el pub mismo se siente la cultura, tú estás ahí y de repente llega alguien y se pone a tocar en una banda música tradicional irlandesa y todo el mundo sigue como si nada. De repente te encontrai en este lugar alucinante de película a una cuadra de tu casa.

Uno va aprendiendo por ahí y está la relación histórica con Inglaterra, que es dura y uno puede ver varios paralelismos con la historia de Latinoamérica. Irlanda fue mucho tiempo colonia y no existe una sola Irlanda, existe una división artificial.

Cuando uno ve a Cromwell en la película no es difícil encontrarse con ámbitos de la historia latinoamericana o de la historia de Chile. En Cromwell, que es el antagonista de la película, uno puede encontrarse con los conquistadores españoles o con Portales en su forma de ver el mundo. No es tan distinto, me imagino que los países colonizados tenemos mucho de hermanos.

El programa Moho

Cuéntanos un poco de Moho

Moho es un programa que yo adoro y he trabajado mucho para mejorarlo. Lo dirigí y trabajé mucho con el creador de Moho, que es un tipo que vivía en California. Fuimos todos víctimas de esta empresa que nos echó a todos.

Quedamos siempre con esa piedrita, porque finalmente era un poco nuestro hijito que se fue con otros dueños, que tuvo varios tropezones. Siempre fue el sueño nuestro recuperarlo, hasta que finalmente surgió la oportunidad por la cual trabajé caleta y el estudio nos apoyó un montón, pero era yo encabezando reuniones de negocios para comprar un software.

Tuve que aprender un montón de economía para hacer algo así y finalmente se dio y lo compramos. Pagamos parte del software y otra parte la tenemos que pagar a través de distintos años. Es una inversión en la que yo puse todos mi ahorros, pero en la que creo mucho en que nos va a ir bien.

No me tiene asustado, conozco las potencialidades del programa, su comunidad, las ganancias que genera y es bastante difícil que fracasemos estrepitosamente, Para mí es un sueño trabajar de nuevo con Mike Clifton, que es el creador y es un tipo además que yo adoro mucho, es mi familia en Estados Unidos, con él pasé la navidad pasada en su casa.

Durante esa visita nos comprometimos a comprar el programa si existía la posibilidad. Para mí es súper bonito y súper peludo, se vienen tiempos súper difíciles, porque hay que montar una empresa de nuevo y somos tres personas, que hasta el momento no podemos contratar a nadie más.

El futuro y el Oscar

¿En qué estás ahora creativamente?

Estoy contratado en Cartoon Saloon, estoy feliz y quiero seguir. Estoy trabajando en una película que se llama My father’s dragón que está basada en una novela de 1948, dirigda por Nora Twomey, que es la directora de The Breadwinner, una de las mejores películas de Cartoon Saloon.

Para mí es bakán trabajar con Nora, aunque soy un obrero dentro del proyecto, me parece una persona muy inteligente, muy divertida y me entusiasma muchísimo estar trabajando en un proyecto de ella.

Para cerrar ¿qué esperas de los Oscar?

Sería increíble si Wolfwalkers ganara el Oscar, estaríamos todos contentos. Sabemos lo difícil que es y sabemos que se está compitiendo con una maquinaria fuerte que es Disney y Pixar, que igual se han ganado un lugar haciendo un montón de películas increíbles.

Hay una competencia de una industria gigantesca que está ahí, en California, en el centro de los Oscar, contra un estudio que está en Kilkenny, un pueblo de 20.000, 30.000 habitantes, que es gente muy piola, muy linda, muy alejada de toda esta farándula del cine.

En este momento probablemente esta es la película con mayores posibilidades, que también tiene el apoyo de Apple, lo que está bueno, porque no es Cartoon Saloon el que tiene que hacer el lobby con respecto a la película. Yo creo que hay posibilidades.

La ciudad de Kilkenny

Uno se emociona, cuando ganó Historia de un oso, fue bakan, a la industria chilena de la animación le sirvió un montón que ganaran. Uno ve la calidad de los productos de hace años de la animación chilena y la compara con la de hoy y es alucinante el cambio.

La película pueden verla en la plataforma de Apple TV.