Crítica a Tech Noir: Identitatem, un cómic contemporáneo

Tech Noir: Identitatem es una obra crítica. El guión de Valentina Arenas se posiciona lúcida y reflexivamente ante el tiempo que vivimos y respecto del que se proyecta a futuro para las nuevas generaciones. No es coincidencia, entonces, que, ya desde su título, la propuesta adscriba al género noir, puesto que una mirada consciente hacia el futuro de la humanidad no puede sino estar cargada de cierto pesimismo y fatalidad.

Sin embargo, no se equivoquen, esto no es Sin City de Frank Miller. Pues el prefijo tech se lo impide y, a su vez, le permite desarrollar su propia identidad. ¿Cómo podríamos definir dicha propuesta? Como contemporánea, nos sentimos tentados a sugerir. La pregunta que obviamente surge es: ¿qué queremos decir con ello? A ese asunto se dedicarán los párrafos que siguen.

Una mirada contemporánea hacia el futuro

La ciencia ficción es un género paradójico. Por una parte, observa detenidamente su presente, examina el estado de las producciones humanas y, a través de la creatividad, proyecta sus alcances y potencialidades bajo un sustrato tecnológico y estético. Por otra, su misma visión alimenta las ambiciones humanas, sembrando semillas en la imaginación de otros creadores respecto de necesidades, las menos de las veces de primer orden, pero que promueven desarrollos científicos. En síntesis, ¿el huevo o la gallina?

El cómic que nos convoca trabaja muy bien esas características. Tech Noir se plantea como una serie antológica, cuya primera entrega enmarca tres relatos breves bajo la búsqueda por la identidad en un futuro en que la inteligencia artificial ha llegado a un desarrollo pleno. Las historias deambulan entre la identidad individual, virtual y colectiva, contextualizadas por las reflexiones de la guionista en torno al problema, en forma de apartados escritos en prosa.

Así, Arenas nos presenta relatos que se erigen como la tematización gráfica de sus propios cuestionamientos respecto del examen al actual estado del desarrollo tecnológico. En ese sentido, con Identitatem la autora aborda la realidad virtual y los videojuegos, la inteligencia artificial y las redes sociales mediadas por Internet, postulando a su vez nuevos problemas con los que la humanidad eventualmente deberá lidiar.

Todo ello puesto en obra mediante los lápices de Moisés Hidalgo (“Moss Lee”) y los rótulos de Cristian Docolomansky. La dupla artística logra que cada capítulo exhiba una lógica particular –o “identidad”–, cuidando incluso que los globos de texto se diferencien formalmente entre seres humanos y máquinas.

La unidad otorgada a cada capítulo, es un aspecto a destacar. Hidalgo y Docolomansky interpretan de forma inmejorable la esencia de cada historia, permitiendo que se desenvuelvan autónomamente, al punto incluso de hacernos dudar de que se trata de la misma dupla para los tres cuentos.

Una narración pausada y luminosa para Por siempre…, que poco a poco se va oscureciendo a medida que se produce la macabra revelación. Una propuesta ágil y dinámica para Hard Mode, que se condice con el relato más imaginativo y extravagante de la compilación. Y para El mesías, los artistas recurren a las claves tradicionales de la estética del cine negro, donde las reminiscencias del siglo XX se enfrentan cara a cara con un mundo futuro que está a la vuelta de la esquina.

Tras todo lo dicho, estamos en posición de abordar el grado de contemporaneidad de Tech Noir. Para ello, vamos a recurrir a las palabras del filósofo italiano Giorgio Agamben (1942), quien sentencia:

Contemporáneo es aquel que tiene la mirada fija en su tiempo, para percibir no la luz sino la oscuridad. Todos los tiempos son, para quien experimenta la contemporaneidad, oscuros. Contemporáneo es, justamente, aquel que sabe ver esta oscuridad, y que es capaz de escribir mojando la pluma en las tinieblas del presente.

¿Qué es lo contemporáneo?, c. 2006.

Tech Noir: Identitatem es una obra que, desde su solución formal y textual, formula preguntas a nuestro presente a partir de la oscuridad que atisba en él. Ninguna generación es completamente contemporánea de sí misma, y es por eso que necesita del despliegue del arte y el pensamiento para reflejarse y mirarse críticamente. Este cómic cumple esa función.

La identidad: el asunto del cómic chileno

Las identidades individuales agrupadas generan una identidad colectiva. Y es que la identidad es la consciencia de la existencia, establecida a través de la palabra expresada, ya sea para un ser vivo o un objeto inanimado. ¿O acaso nosotros podemos saber realmente si la caja de música tiene consciencia de que hace música? ¿Sabrá el arma de fuego algo sobre la culpa? ¿Tendrá alguna idea el pan sobre el hambre?

Valentina Arenas, «Identidad» en Tech Noir: Identitatem, p. 11.

Las recientes nominaciones de Tech Noir a los Premios Pepo 2020 en el Salón Internacional de la historieta BioBío, el galardón obtenido por Docolomansky a “Mejor Rotulista” en el mismo certamen, y las nominaciones a los premios FIC Santiago 2020, que incluyen “Mejor cómic chileno”, demuestran los réditos del trabajo colaborativo.

El cómic local aún tiene la gran tarea de hallar su identidad –si es que ésta no está ya afianzada en el eclecticismo, en sintonía con la cultura nacional–. No obstante, equipos creativos como los que dan vida a Tech Noir: Identitatem pueden iluminar el camino al afrontar las oscuridades de este tiempo.

Puesto que nuestra labor es legar producciones culturales de calidad a las nuevas generaciones, desde donde puedan cimentar su futuro, es que quien suscribe espera que el trabajo de Arenas, Hidalgo y Docolomansky sea debidamente galardonado en FIC 2020.