Voynich: la verdadera naturaleza humana

Sietch Ediciones se atreve con el misterio y publica la primera novela de C. S. Sainz, Voynich, un historia sobre la naturaleza humana

Escrito por Ktlean

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Es bueno cuando las editoriales se atreven con un género que parece alejado, en mayor o menor medida, del resto de sus publicaciones. Les permite atraer a nuevos lectores y ampliar su variedad.

En el caso de una editorial como Sietch Ediciones, que lleva poco tiempo en el mercado, y que desde sus inicios ha apostado fuerte por la ciencia ficción y el terror, esos pasos se notan. Vuelven al libro en cuestión en un foco de atracción.

Hablamos de la última publicación de la editorial, una novela de 161 páginas, escrita por el autor novel C. S Sainz y titulada Voynich. Perteneciente al misterio policial y con un protagonista que llama la atención desde el primer momento, la historia tarda muy poco en atrapar al lector, apenas uno o dos párrafos.

Veamos qué nos deparan sus páginas.

Disponible en el sitio web de Sietch Ediciones

La historia

Carlos Navarro, Doctor en Psiquiatría y dueño de una mente capaz de descubrir patrones que pasan desapercibidos para el resto de la gente, debe enfrentarse al mayor reto de su carrera.

Después de ganar cierta fama en la prensa luego de una participación decisiva en un juicio, Carlos es llamado para crear el perfil psicológico de un hombre que confesó haber matado a su esposa y a sus nietos en un arrebato que nadie entiende. A pesar de su experiencia, Carlos tampoco logra comprender lo que oculta este homicidio múltiple, ya que conoce al acusado. No es otro que el doctor Eduardo Peña, su antiguo profesor.

Sin saber cómo enfrentarse a la situación debido a su cercanía con el asesino, y con problemas cada vez más crecientes con su esposa e hijo, Carlos se internará en una búsqueda que trasciende a Peña. Escarbando cada vez más profundo, se dará cuenta que este crimen, como muchos otros, plantea siempre la pregunta de qué es la maldad, por qué existe y cómo se expresa.

La diferencia es que él parece estar cerca de encontrar la respuesta. Con la misteriosa ayuda de alguien que se hace llamar Dark_Lady, la dark web y el Manuscrito de Voynich, Carlos Navarro se aproximará tanto a la respuesta que toda su vida se tambaleará.

Manuscrito de Voynich, encontrado por Wilfrid Voynich en 1912

El peligro de buscar respuestas

Un tópico muy usado en las novelas de misterio, pero sobre todo en la novela negra, es el de la investigación como un abismo. Tenemos al investigador o investigadora, que puede o no ser un detective, que se interna en una búsqueda que ya desde el principio, o a medida que avanza, muestra que es mucho más compleja y peligrosa.

Dicho peligro puede ser físico, real, tangible. Puede poner en riesgo la vida del investigador. Alguien o algo no quiere que encuentre la verdad, y llena su camino de obstáculos o derechamente lo quiere sacar de en medio.

Pero también, dicho peligro puede ser más profundo. Puede significar que el investigador deje atrás su rutina, sus seres queridos, sus certezas. Lo hace incluso rozar la locura y la obsesión. Un ejemplo de esto es la película Zodiac, del director David Fincher, quien al momento de hacerlo ya había dirigido tal vez una de las mejores historias de detectives y asesinos de la pantalla grande, Seven.

En Zodiac (que está basada en hechos reales, dicho sea de paso), el personaje interpretado por Jake Gyllenhaal, Robert Graysmith, se obsesiona tanto con con descubrir la identidad del «asesino del Zodiaco», con descifrar sus cartas y adelantarse a sus movimientos, que todo lo demás pierde peso e importancia. Su familia, su trabajo, incluso su propia seguridad. No le importa internarse en la casa de un sospechoso, aún cuando corre el riesgo de no salir más de allí.

Carlos Navarro, en las 161 páginas que el autor usa para contarnos la primera parte de su historia, vive un proceso similar. Y es interesante, porque al comenzar la novela o al leer la sinopsis, uno se hace una imagen del doctor más cercana a esos hombres extravagantes, solitarios y misántropos que también pueblan las novelas de misterio. Pero nada más alejado de la realidad.

El protagonista de Voynich es un hombre que tiene ciertos rasgos o capacidades que lo separan del resto. Es muy observador, inteligente y posee cierta dificultad para callarse lo que sabe. Pero más allá de eso, lleva una vida normal: está casado, tiene un hijo, una casa que debe mantener, un trabajo. De hecho, es más a través de Antonio, el hijo, que nos hacemos una idea de la personalidades extravagantes de Carlos y Ariana, su esposa.

Tiene mucho que perder, lo que notamos a medida que se interna más y más en la investigación. Los problemas que cualquier padre tendría con la crianza de un adolescente, y las fricciones que esto acarrea en cualquier matrimonio, se acrecientan cuando Carlos no está del todo ahí para lidiar con ellos. Cuando le preocupa más entender por qué su ex profesor, el doctor Peña, fue capaz de cometer un crimen tan horrible de un día para otro, por qué la gente disfruta asesinando gatos de formas horribles para luego subir los vídeos en la dark web, o qué esconden las páginas del Manuscrito de Voynich.

Al borde del abismo de la investigación, Carlos no hará más que avanzar, a veces obligado, a veces por propia voluntad. Y el lector avanzará con él.

Opinión personal

Todo lector tiene sus debilidades, gustos que palpitan con más fuerza que otros. Un género, un tipo de personaje, un estilo de historia o de prosa. En ocasiones, tiene la suerte de encontrar todo lo que le gusta en un solo libro. Si eso implica conocer a un nuevo autor, que no se tenía dentro del radar porque no había publicado antes o por mero desconocimiento, mejor aún.

Eso me pasó con Voynich. Encontré todo lo que me gusta y atrae en las novelas de misterio. Y no solo eso, también me sorprendí porque ciertas cosas que esperaba no ocurrieron como había creído y el protagonista tenía un par más de capas de las que había supuesto.

Lo único que puedo recriminarle a esta novela es su extensión, pero lo hago sabiendo que soy alguien que gusta de las historias más largas. En realidad, a pesar de lo corta que es, uno no siente que avance apresuradamente, excepto al final. Pero todo indica que tendrá una segunda parte, así que las últimas páginas se sienten como el preludio de lo que vendrá.

Espero con anisas la continuación.