La popularidad de Sailor Moon (uno de los mangas mahō shōjo de Naoko Takeuchi, iniciado el año 1992) es algo que muy probablemente la autora no se esperaba. Mucho menos, entonces, hubiera podido prevenir que se volvería un fenómeno global y trascendente en el tiempo.
Todos los factores que han vuelto a Sailor Moon una obra icónica del género de las chicas mágicas pueden encontrarse en el primer tomo de esta saga épica. Así, pues, ¡por el poder del prisma lunar… revisemos Sailor Moon!
Algo más profundo que la amistad
Usagi Tsukino es una chica alegre, sensible y despistada de catorce años. Sus preocupaciones se reducen a sacar buenas calificaciones, pasar el tiempo con sus amigas y, ojalá, encontrar un novio. Le gustan los videojuegos de Sailor V y tomar siestas.
Usagi es, a fin de cuentas, una chica normal.
El shōjo es un tipo de manga que se define como “historias para chicas”. En este género, el desarrollo emocional tiene más importancia que las peleas épicas, y los personajes son (generalmente) adolescentes con las que las lectoras se pueden sentir identificadas.
Usagi y el resto de las Sailor Scouts, a quienes conoceremos a medida que el manga avanza, cumplen con estos requisitos en su forma cotidiana. Sin embargo, Sailor Moon no es un slice of life cualquiera, sino un mahō shōjo: historias de chicas mágicas.
Tras encontrarse con una gata parlanchina llamada Luna, la joven Usagi adquiere la capacidad de convertirse en Sailor Moon, guardiana mágica que debe pelear contra espíritus malvados de otra dimensión. Lo más importante no son sus nuevos poderes, sino que debe formar un equipo que la ayude en su misión.
Por mucho que el mahō shōjo incluya elementos de mangas de acción, los personajes siguen sintiéndose como chicas normales en lugar de marionetas que cumplen una fantasía de poder. Tienen los mismos miedos y cometen los mismos errores en el campo de batalla y en la escuela.
Las Sailor Scouts son un grupo de heroínas, pero más importante todavía es que son amigas. Son capaces de superar sus diferencias para apoyar a la otra, hablar antes de ponerse a pelear entre ellas y siempre, siempre estar ahí cuando necesitan apoyo.
Su femineidad es sinónimo de fuerza, y ese amor que poseen entre ellas, más profundo que solo amistad, su más grande poder.
El 90’s revival y la importancia del brillo
Pese a que Sailor Moon nunca pasó de moda y continúa marcando a generaciones de lectoras, en los últimos años ha experimentado un boom inesperado debido a la popularización de la estética noventera, especialmente la japonesa.
De por sí, el arte de Sailor Moon es muy kawaii: grandes ojos brillantes, un trazo delgado y fluido, expresiones caricaturescas que no pierden la dulzura, colores cálidos y brillantes en los cuadros a color, fondos de flores y lazos, etc. Este estilo supo traducirse perfectamente en la adaptación a anime.
El 90’s revival retoma todas estas características que se encuentran en los mangas y animes shōjo y les da un giro propio, pero que mantiene todavía la esencia de la obra original. Esto por sí solo no es suficiente para explicar por qué de todos los mangas de esa década, Sailor Moon tiene una popularidad casi incomparable.
Cuando salió en circulación el año 1992, el manga de Naoko Takeuchi revolucionó la forma de entender a las chicas mágicas.
Todo, desde la forma en la que hablan los personajes hasta los estampados de los fondos, era extremadamente femenino. Las burbujas de texto parecían nubes de tan esponjosas, y conejitos y flores decoran prácticamente cada página cuando Usagi y compañía conversa, juegan y estudian.
Pero cuando se transforman, esta hiperfemineidad no se pierde. Sus trajes son literalmente uniformes de estilo marinero, sus poderes incluyen corazones y nombres tiernos. Sailor Moon enseñó a las lectoras que ser femeninas no es sinónimo de debilidad, y que las Sailor Scouts no necesitaban perder su ternura para luchar.
Este pequeño detalle tuvo un impacto significativo en el público y en el mercado editorial, que empezaron a cuestionarse la necesidad de atribuir de características tradicionalmente masculinas a sus personajes femeninos para demostrar su valentía y fortaleza.
Por todo esto, cuando se trata de estética noventera, Sailor Moon no solo es su máxima musa, sino también la madre (de los poderes con glitter).
Una obra trascendental
Sailor Moon tuvo un efecto doble: primero trajo consigo un cambio dentro del mundo del manga shōjo, definiendo por fin la estética de la chica mágica, mientras que en segundo lugar compartió espacio histórico con un cambio a nivel social.
Las aventuras de las sailor scouts resonaron con su público no solo por la acción, sino que (y principalmente) por la forma en que esta acción era presentada. Lo kawaii se presentaba como rebeldía en un mundo que deseaba convertir a las niñas en mujeres lo más rápido posible; que lucharan en uniforme escolar las mantenía cercanas a la realidad.
Hasta el día de hoy, el manga y el anime continúan coronándose como el mahō shōjo más trascendental de la historia. Décadas después de su primera edición, sigue siendo un referente a seguir para nuevas obras del género y continúa encantando a nuevas generaciones de lectores, pero especialmente de lectoras.
Por los temas que trata, Sailor Moon puede considerarse un manga feminista. El rostro de Usagi y sus compañeras ha aparecido en no pocos carteles durante las marchas, y las relaciones entre el equipo de guardianas son ejemplos de sororidad. Ellas no discriminan, la autora tampoco. A medida que el manga avanza, cuestiones de género y sexualidad comienzan a aparecer, mas sin erotismo innecesario.
Guerreras fuertes y sensibles, una estética preciosa llena de brillo y un mensaje de justicia y valentía entregado por chicas que son amigas, estudiantes y superheroínas al mismo tiempo. Las razones por las que Sailor Moon continúa siendo un éxito son múltiples, ¿qué esperas para darle una oportunidad?