Cuando se trata de horror, la literatura chilena no tiene nada que envidiarle a los grandes maestros de habla inglesa. Sin Cara, de Giovanni Muñoz y publicado por Áurea Ediciones, es una nueva suma a este género tan famoso y trabajado, pero con un toque sobrenatural y juvenil.
Aclaración previa
Giovanni Muñoz no solo es autor de Sin Cara, sino también de El Colgado: ambos libros pertenecen a la misma saga en progreso (por cierto, en este momento Giovanni se encuentra escribiendo la tercera entrega).
Antes de proceder, debo hacer una confesión: leí Sin Cara sin saber que había un libro que le precedía, y no he leído El Colgado. Tenía la mente preparada para enfrentarme al terror sobrenatural, no a nombres con los que ya debería haberme familiarizado de antemano.
Error mío cuyas consecuencias estarán presentes en esa reseña.
Los payasos, el hechicero y la bruja cambiaformas
Sin Cara inicia de un modo relativamente tranquilo, pero dejando en claro que esta calma va a acabar muy pronto. De golpe nos encontramos con el primer peligro prometido por el resumen de la contratapa: los Pierrot, el grupo de payasos terroristas con el poder de atravesar paredes que ha estado aterrorizando la ciudad.
Pero Felipe y Eloísa no son Pierrots, solo son un par de adolescentes a cargo de cuidar a su hermano menor, Esteban, quien es solo un niño, mientras sus papás no están. Un lector que se encuentra con primera vez con esta saga no lo sabrá, pero Felipe es muy especial.
Sobrenaturalmente especial, además de agudo y sarcástico. Puede que hasta demasiado sarcástico para un chico de quince años, pero tiene sus motivos para haber crecido de más.
Felipe, nuestro protagonista, es una especie de hechicero (que no entendí bien, perdón) y forma parte de una cofradía secreta que opera en Chile. Todo esto, al parecer, queda más claro en El Colgado, pero no puedo corroborarlo.
La calma se va tan rápido como llegó. Durante el cumpleaños de Felipe, una bruja lo ataca, pero no logra superarlo en poder. ¿La solución? Atacar donde más le duele: en su familia, aprovechándose de la debilidad de los más indefensos y el orgullo desmedido de su joven rival.
La lucha no se detiene nunca. Hasta el final del libro, la acción se mantiene alta; aparecen personajes que, nuevamente, deben ser familiares para los lectores que vienen desde El Colgado, los que están dispuestos a ayudar a Felipe siempre y cuando él esté dispuesto a pagar el precio.
Es un mundo mágico y oscuro. Uno donde las brujas existen, y son horrorosas.
Así se ve un pierrot; los presentes en Sin Cara son mucho más terroríficos. La acción nunca para
Y eso no necesariamente es bueno.
El ritmo del libro es agotador. Siempre, siempre está pasando algo: un personaje tiene una respuesta ingeniosa y otro una más ingeniosa todavía, las peleas acaban en un cliff-hanger que nunca se detiene; un peligro sigue a otro, a otro, a otro y a otro…
Todos estos momentos hubieran sido impactantes de no ser porque ocurren de corrido. Faltan espacios de distensión dentro de la lectura, que el lector pueda sentir un poco de calma para que así la sorpresa lo agarre de golpe y pierda el aliento al recorrer las páginas. Si el libro se encuentra en permanente clímax, entonces la tensión se pierde.
Pero fuera de eso, los personajes están todos bastante bien definidos para ser un libro de tan solo 100 páginas. Para los que leyeron El Colgado antes, debe ser reconfortante encontrarse con rostros conocidos. Para quienes se atrevieron primero con Sin Cara, es algo confuso cuando aparecen.
Lo mismo se repite con la magia. Ya sea por el ritmo frenético o porque faltaron páginas, la explicación de la misma es escueta. Uno siempre siente que le falta saber algo. Obviamente es mejor idea empezar por el primer libro de la saga.
Opinión personal
La verdad es que no me gustó. No sé cómo funcionará dentro de la saga, pero, como libro en sí mismo, no termina de sostenerse. De todos modos, recalco que mi opinión es subjetiva y también algo muy bueno: Giovanni Muñoz tiene una imaginación impresionante. Aquí hay muchísimo potencial.
Pueden adquirir Sin Cara en el sitio web de Áurea Ediciones, o haciendo click aquí.