Como diría la destacada escritora argentina Mariana Enríquez: «El terror siempre es político… En un país que creó fantasmas como política de Estado». Y aunque el enunciado se refiere a su país de origen, aquella analogía puede aplicarse para la mayoría de naciones latinoamericanas, ya que desgraciadamente comparten pasados muy similares.
Gran prueba de ello sería Los que susurran bajo la tierra, la primera novela del escritor chileno Jesús Diamantino, autor de Horrores, cuentos extraños y perturbadores y antologador de libros como El legado del monstruo o Rutas inciertas: nuevos cuentos Chilenos de terror, misterio y fantasía.
Sin duda la dictadura militar orquestada por el general Augusto Pinochet es un hito que, innegablemente, marcó un antes y un después en la historia de Chile. Las atrocidades ocurridas durante la época en cuestión (1973 – 1990) acarrean un gran cantidad de secuelas que palpitan hasta el día de hoy. Para muchas personas es un periodo oscuro que desearían dejar atrás, pero para otras es un pesadilla que sigue vigente de manera implícita, una historia de crímenes y fantasmas que no debe ser olvidada. La polarización política del pueblo chileno, la injusticia, la violencia estatal, la persecución política y las mal llamadas «desapariciones» dejaron grietas y temores que repercuten en la actualidad.
Los crímenes de la dictadura y las acciones reaccionarias son una fuente inagotable de horrores, por lo que es de esperar que una novela inspirada en ella sea un relato descarnado y macabro que explora el lado más oscuro del ser humano.
Los que susurran bajo la tierra es una novela de 134 páginas dividida en seis partes que cuenta la historia del primogénito de la familia Leyton desde su niñez hasta la adultez. Es una explícita novela de terror político que se articula con base en las etapas de la dictadura militar.
Sinopsis
Haciendo un evidente guiño a la literatura de casas encantadas (La Casa Velasco de La Casa Infernal, Hill House de La maldición de Hill House, etc.), la mayoría de los sucesos de Los que susurran bajo la tierra transcurren en la Casa Roja, el hogar de veraneo de la familia Leyton, una de las familias más ricas del país y los principales financieros del «gobierno» de Pinochet.
La Casa Roja los esperaba en calma observando con sus numerosos ojos de guillotina, párpados de celosías y trenzas de parra virgen que rozaban el suelo adoquinado. Reposaba radiante y sanguínea ante el sol veraniego, como feliz de recibir a los niños que solían jugar entre sus arterias de madera y sus faldas de losa. Raimundo la observó con cierto júbilo, aletargado por su belleza y los recuerdos, pero también aterrado de encontrarse con aquello que habitaba «más allá de las paredes». ¿Es posible que una casa pueda odiar? ¿Qué podría sentir por él esa morada silenciosa y longeva? Quizás albergaba un horrible resentimiento a punto de eclosionar.
Los que susurran bajo la tierra. Jesús Diamantino
La historia gira entorno a Raimundo de la Cruz Leyton, hijo mayor del matrimonio entre Edmundo de la Cruz y María Gracia Leyton, hermano mayor de Celeste. La novela comienza relatando su infancia en la Casa Roja, sus interminables tardes de verano en la piscina, sus juegos con Celeste y las vueltas alrededor de la capilla familiar. Sin embargo, las cosas cambian cuando su abuelo cae «enfermo» y es trasladado hacia la casa de descanso. Tras la llegada de su abuelo, el niño comienza a escuchar voces, pero no unas cualquieras, sino la de los ángeles de la capilla: ángeles que piden que los maten.
Poco a poco el niño se ve atraído hacia ese lugar y, como nadie le cree, se ve obligado a investigar por su propia cuenta. No obstante, lejos de beneficiarse, Raimundo descubrirá secretos que traerán horrores que lo acompañaran a lo largo de su vida.
Susurros importantes
Como era de esperar de parte de alguien que se dedica a estudiar la literatura de terror, Los que susurran bajo la tierra recoge varios elementos obras clásicas del canon horroroso. La presentación de los escenarios y la elegancia con la que son descritos tiene una enorme influencia de la literatura gótica del siglo XVIII. Los parajes románticos como la soledad de la casa cordillerana, la capilla, catacumbas y cementerios se hacen presente durante las distintas partes del relato. La oscuridad, lo lúgubre y añoranza de un tiempo mejor (la infancia) está presente a lo largo de todo el relato.
La narración está sumamente bien cuidada, cada palabra está escogida con pinzas, nada sobra y nada falta. Diamantino se preocupó de hilar cada frase de la manera correcta, puso especial atención en cada detalle, tanto en lo visual como en lo fonético.
No solo la herencia gótica se hace presente en la novela de Jesús, pues también se referencian de forma directa e indirecta a otros grandes escritores de terror, como lo son Stephen King y Lovecraft. Al igual que los ecos vampíricos trabajados por una gran cantidad de autores, las fantasmagorías y el sub-género de cine home invasión.
El sacerdote invitado, parado delante del sagrario, pidió a los asistentes que se pusieran de pie y todos juntos corearon la frase sagrada: «Que no está muerto lo que yace eternamente, y con eones extraños incluso la muerte puede morir».
Los que susurran bajo la tierra
Salem’s Lot es quizás uno de los textos que más repercuten en la obra, ya que al igual que la fantasía vampírica de King, la novela de Diamantino gira en torno a una casa misteriosa, un anciano que oculta algo y una herencia/lazo que va siendo transmitido a través del tiempo. Otros aspectos similares a King son la forma de tratar el terror con base en los puntos fóbicos y la presencia de la figura del escritor como protagonista de la historia.