Reseña: El Rey León 2019

Si vas a tu cine favorito y ves en cartelera películas tales como Aladdin, Toy Story, Mulán o El Rey León, probablemente pensarás que te despertaste en la década de los 90's y no te diste cuenta, pero en realidad se trata de Disney exprimiendo ese componente tan humano que es la nostalgia, y vaya que lo están logrando.

Escrito por N00BMASTER69

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¡Advertencia este artículo contiene spoilers de 1994!

Si vas a tu cine favorito y ves en cartelera películas tales como Aladdin, Toy Story, Mulán o El Rey León, probablemente pensarás que te despertaste en la década de los 90’s y no te diste cuenta, pero en realidad se trata de Disney exprimiendo ese componente tan humano que es la nostalgia, y vaya que lo están logrando.

Tal es el caso de la última, El Rey León, que entra nuevamente en nuestras retinas con una versión que bien podría denominarse Live Action (aunque no cuenta con la presencia de ni siquiera un actor o ser vivo en ningún momento) la cual viene de la mano de Jon Favreau, director del aclamado remake de El Libro de la Selva (2016) y que intenta repetir un poco de esa fórmula, esta vez con la cinta basada libremente en Hamlet de Shakespeare.

En esta ocasión, Favreau viene acompañado por un reparto de actores de voz estelares, tales como Donald Glover (Simba), Beyoncé (Nala), John Oliver (Zazu), Seth Rogen (Pumbaa), Billy Eichner (Timón), el icónico James Earl Jones (repitiendo en el rol de Mufasa) y el ganador del Oscar, Chiwetel Ejiofor (Scar). Este reparto respalda la decisión del director de que todos los animales sean hiper realistas, ya que el talento detrás de las voces palea la falta de expresiones de los protagonistas, esto por cuestiones ya de fidelidad a la naturaleza (a veces puede descolocar ver a un león y un jabalí cantando sin mover demasiado sus bocas).

Hablando justamente del aspecto visual, este es la estrella del filme, siendo un deleite disfrutarlo en la pantalla grande, experiencia que fascinará tanto a quienes vimos la versión original cuando éramos más jóvenes o a los más pequeños que estén viviendo esta experiencia por primera vez. El largometraje incluye detalles de realismo al grado de que en la famosa escena de «Hakuna Matata» en la cual Simba, Timón y Pumbaa caminan por el tronco mientras el primero crece ante nuestros ojos, una vez ya el león se hace mayor, se denotan canas en el pelaje de Pumbaa (que debe ser considerablemente mayor). Probablemente lo más difícil de digerir para los espectadores clásicos será el aspecto del jabalí y de Skar, que en este filme no tiene su clásico color marrón y su melena es rubia, aunque la interpretación de Ejiofor cautiva desde un inicio y esto se olvida rápidamente.

En el aspecto musical, otro que retorna es Hans Zimmer y nos brinda un score magnífico, que acompaña de manera natural cada escena y siempre con ese toque clásico que te dejará tarareando. Además de las melodías escritas por Zimmer, vuelven la mayoría de las canciones de la original, esta vez interpretadas por Glover y Beyoncé en su gran mayoría, lo que le otorga una calidad innegable al soundtrack que muchos no podrán dejar de cantar en la sala o buscarlo en plataformas musicales.

A nivel de guión, es prácticamente una copia al carbón de la original, por lo que ya dependerá del espectador si buscaba una nueva experiencia o si desea revivir el mismo largometraje pero presentado de una manera distinta con nuevos protagonistas. Eso sí, tiene sus cambios delicados, tales como la introducción de ciertos conceptos directamente traídos desde la obra de Broadway (como cuando Zazu le recuerda a Mufasa que él era un joven curioso como su hijo) y también una modificación por temas de actualidad en la icónica canción de Skar en la cueva, ya que los directivos de Disney consideraban que estaba relacionado de manera muy directa con temáticas nazis y presentaron algo más parecido a una declamación del león frente a las hienas que una canción propiamente dicha, además de que comentan que nunca tuvieron intención de que Ejiofor interpretase ninguna canción.

En conclusión, es un remake redondo que sigue al pie de la letra a la versión original, que ya de por sí está basada en Hamlet y en “Kira, El León Blanco”, por lo que me parece injusto restarle puntos por originalidad, con una gran dirección por parte de Favreau que supo darle su estilo propio y un muy buen elenco de actores a la altura de este clásico. Me aventuraré a darle un puntaje de 8/10, donde lo que la separa del puntaje perfecto es la tibia interpretación de Beyoncé (Nala adulta fue la única que no me terminó de cuajar en la aventura) y las escenas donde se ve que los protagonistas intentan mover la boca para cantar, siendo que en mi opinión, visualmente quedan mejor cuando simplemente las imágenes acompañan la canción.