Reseña: Diablo – La resistencia

En el año 2018, Mauricio Ahumada y Dan Dreg, volvieron a dar vida a Alex con Diablo: La resistencia, cómic chileno editado por la editorial Visuales.

Escrito por Yerko Soto

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Nuevamente, en la búsqueda de cómics alejados de grandes editoriales y poniendo empeño de ampliar mi espectro comiquero a obras nacionales, como la ya reseñada Compadre Moncho y El, fui a parar con una publicación del 2018 de la editorial Visuales, Diablo: La resistencia.

La trama del cómic es simple, nos sitúa en la «villa resistencia«, donde seremos testigos de la guerra entre las barras bravas de Colo-Colo y Universidad de Chile. Sin embargo, un mal aún mayor acecha esta villa. Es ahí donde nuestro «superhéroe» se ve involucrado, tratando de salvar la situación.

El guión viene por parte de Mauricio Ahumada (Armanti, In Absentia Mortis), dibujado por Dan Dreg (Katboking, Lado B) y coloreado por Nitrox. La lectura es muy fluida y el lenguaje usado por los personajes viene como anillo al dedo con el contexto de la historia.

Sobre el artista, Dan Dreg, no es la primera obra en la que veo su arte. Conocí su trabajo en «Apócrifos del Caballero Oscuro«, siendo la historia que, gráficamente, más me impactó. De hecho, Mauricio Ahumada también participó en ese recopilatorio, el cuál pronto reseñaré.

¿Qué es Diablo?

En 1996, Javier Ferreras y Mauricio Herrera (Mitos y Leyendas), dieron vida a Diablo, vigilante que protege Santiago de las amenazas del Inframundo. La serie original tuvo 12 números, publicados de manera irregular hasta el 2001, sacando entremedio algunos crossover y spin-offs con Cenit, la demonio que lo vigila.

Alex, quien tras su muerte fue a parar al «infierno» se entera que su padre, torturador de la dictadura militar, vendió su alma a cambio de poder para luego desaparecer. El Señor de Entropia cobró la deuda de su padre y lo revivió a cambio de sus servicios, sembrar terror y caos en su nombre. Para ello envía a Cenit a vigilar que Alex cumpla con su impuesto cometido.

Los superhéroes tienen una misión, yo tengo una condena: causar dolor y miedo ¿Por qué? Porque así se me ordenó, porque soy un esclavo. Pero si no puedo decidir el qué, al menos decidiré a quién, porque no soy mi padre.

Para los lectores nuevos, como yo, deben saber que Diablo: La resistencia, es la cuarta entrega de la saga. Sin embargo, no es necesario haber leído nada con anterioridad, es totalmente autocontenido y se entiende perfectamente.

Entretención pura

A medida que vas leyendo la historia vas empatizando con el personaje, que tiene un aire a Deadpool, por lo tanto tiene unas salidas muy entretenidas. Además, cada viñeta tiene su algo oculto, es cosa de verlas detenidamente para darte cuenta de los muchos guiños que aparecen.

El barrio está muy bien hecho, toma en cuenta cada detalle de los «barrios bajos», paredes rayadas, grafitis por todos lados. El detalle de las zapatillas colgando en los alambrados, realmente notable. Mención especial al «Chico Julio«, exploté de sobremanera cuando lo vi. Alan Moore es una alpargata al lado de él.

Seguramente no te arrepentirás de tenerlo en tu poder. No es un cómic que te hará volar la cabeza, pero cumple de sobremanera con su cometido, entretener e impactar con los dibujos. Sobre esto último, tiene unas escenas de batallas… ufff, realmente increíbles.Es probable que quedes con ganas de más. Para ello, Visuales, sacó un par de tomos recopilatorios con los inicios de este superhéroe. Pueden obtener más info directamente en su sitio web o en su Facebook.

¿Recomendable? totalmente. No se arrepentirán.