Hoy toca revisar Tren bala, libro de ficción contemporánea escrito por Kōtarō Isaka y traído por Editorial Destino, sello parte de Grupo Planeta. En esta publicación, como usualmente suelen ser mis entregas, no solo nos enfocaremos en la reseña, sino que también haremos un paralelo entre la trama y lo que sabemos de su adaptación a la pantalla grande protagonizada por Brad Pitt, Sandra Bullock, Joey King y Bad Bunny.
Vida y obra de Kotaro Isaka
Nacido el 25 de mayo de 1971, Kotaro comenzó a escribir como un hobby en paralelo a su carrera de ingeniero en sistemas. Explorando nuevas fórmulas, en lo que se refiere al género de la novela negra, el misterio y la ficción contemporánea, ganaría el premio Shincho Mistery Club por su novela Ōdyubon no Inori (Los tres asesinos). Fue ese galardón el que lo motivó a renunciar a su trabajo y dedicarse completamente a la literatura.
Todos sus libros han sido nominados o han recibido premios de la crítica, transformándolo en un ícono de la literatura japonesa dentro de su género. De todas sus entregas, fue Jūryoku Piero (Pierrot la gravity) la que consiguió la mejor recepción, siendo adaptada en 2009 a la pantalla grande.
Para mi sorpresa, de sus 25 libros publicados, Kotaro tiene la increíble cantidad de 14 adaptaciones cinematográficas, siendo Tren bala la última de ellas.
Fotografía de Kotaro Isaka.
Tren bala y su humor extravagante
La historia se centra en cinco asesinos que abordan un mismo tren por motivos diferentes. Con el pasar de los capítulos, todos los personajes descubrirán cómo es que sus objetivos están más conectados de lo que creen.
Todos los arcos suceden al mismo tiempo a través de pequeños capítulos intercalados. El libro comienza con las dos principales que provocan todo: Limón y Mandarina (los asesinos frutales) deben proteger un maletín especial, mientras que Nanao (el asesino de la mala suerte) debe robarlo mientras evita que Lobo (el asesino con peor reputación) lo mate.
Por otro lado, Kimura se ha infiltrado en el tren para asesinar a “el príncipe”, un niño asesino que siempre logra salirse con la suya gracias a su inteligencia superior y séquito de ayudantes.
Portada de Tren bala.
Flexible, pero directo
Mucha de la gente que lee las publicaciones de Comiqueros, está acostumbrada a consumir material asiático. Ya sea películas, series, doramas, música, mangas, manhwa (manga/comic coreano), la influencia de su humor y arquetipos nos ha marcado a medida que nos sumergimos cada ves más profundo.
Siguiendo el punto anterior, si tuvieras que resumir el humor japonés, en una palabra, ¿qué me responderías? De seguro estás pensando en: extravagante, bizarro, impredecible, quizá a veces un tanto cringe. Todas están en lo correcto, pero existe una definición más que suele pasar desapercibido incluso cuando te golpean en la cara con ella: flexible.
Cuando hablamos de arte, sea cual sea el tema en específico, desarrollar una personalidad tarda años. Aunque desde el comienzo se tenga claro ese detalle que hará del trabajo algo especial, se requiere años de experimentos, errores y correcciones, para lograr estabilizar la fórmula. Asia, y en especial Japón, lleva trabajando en ese perfeccionamiento de su arte contemporáneo durante décadas. No temen experimentar con mezclas que pueden resultar en un total éxito o en un fracaso estrepitoso; casi como si fuese una ley de vida el evitar a toda costa ser o crear algo tibio.
Tren bala no solo refleja el proceso de pulido que Kotaro ha logrado de tantas entregas, sino también es un reflejo del humor flexible que se puede lograr con elementos tan simples. Si has visto el tráiler de la película, lo primero que salta a la vista es lo irreverente de sus personajes, lo curiosas de sus situaciones y la forma en que todas las piezas hablan entre. Todas las partes de la novela bailan entre un rango de opciones, un rango que le permite a su creador meter o sacar cosas según lo requiera.