Reseña: Batgirl Año Uno

Dentro de los numerosos miembros de la bat-familia, hay dos que sobresalen, ya sea por su antigüedad, por su relación de confianza con el murciélago, por sus interacciones con múltiples grupos superheroicos y, por qué no, por ser parte del corazón de DC Comics.

Estos miembros son Robin y Batgirl, en particular los primeros que llevaron el manto, Dick Grayson y Barbara Gordon respectivamente.

Chuck Dixon, quien durante los años 90 fue uno de los guionistas que estuvo más tiempo a cargo del murciélago de Gotham, inició, junto al también guionista Scott Beatty, una muy particular trilogía, la de los orígenes de los compañeros del murciélago, en específico de Robin, Batgirl y Nightwing.

El día de hoy analizaremos la segunda obra de esta trilogía, Batgirl Año Uno.

Accidentado inicio

El cómic cuenta la historia de Bárbara Gordon, hija del capitán de la policía de Gotham, Jim Gordon quien quiere combatir el crimen, pero se le cierran las puertas por los prejuicios o por ser considerada débil, además tiene una tensa relación con su padre, que se niega rotundamente a apoyarla en su deseo de ser policía ya que no quiere que arriesgue su vida como él.

Es así, casi por azar, que Bárbara se enfunda el traje de Batgirl en una fiesta de disfraces y debe hacer frente a un increíble enemigo: Polilla Asesina, quien quiere dar un golpe secuestrando a Jim Gordon.

Bárbara decide perseguirlo, y así comienza una cadena de eventos que van a llevar a Bárbara a decidirse por dedicar su vida a la lucha contra el crimen.

Rebelándose contra su destino

Durante la historia, Bárbara deberá ganarse la confianza de Batman, quien no se convence de reclutarla, y contará con el apoyo de Dick Grayson, quien está enamorado de ella y va a entregarle consejos y artefactos que le permitan practicar y perfeccionar sus habilidades.

Bárbara rápidamente va a hacerse de enemigos, en especial de Polilla Asesina, un villano de tercera categoría del murciélago, que quiere mejorar su reputación y vivir de la protección de mafiosos, pero que por sí solo no logra vencer a la nueva heroína. Es así como el villano hace una alianza con el perturbador Luciérnaga, un desalmado pirómano que no duda en quemar vivo a quien se le anteponga.

La dupla va a presentar una amenaza muy peligrosa para Bárbara, quien debe aprender rápidamente lo necesario para sobrevivir.

Entrando a Gotham

El cómic sigue la línea de historias que cuentan los primeros años de Batman, aquí, tras los sucesos de Robin Año Uno, Dick Grayson es el único compañero que ha tenido el vigilante, y la idea de que haya una nueva compañera para el murciélago es de inmediato resistido por Alfred y Gordon, quienes no ocultan su temor y lo inadecuado de tener adolescentes batallando el mal.

Hay muchas referencias a otras historias de Batman y Batgirl, ya que además de los lógicos vínculos con Robin Año Uno, hay múltiples referencias a que Bárbara sufrirá con su nuevo rol y que en un futuro asumirá la identidad de Oráculo, se cuenta el primer encuentro de Bárbara con Canario Negro, quienes hacen equipo y prometen «no volver a trabajar juntas» (sentando las bases para Birds of Prey) e incluso hay ciertos guiños a La Broma Asesina.

Bárbara es una mujer muy inteligente y fuerte, que deduce rápidamente los pro y los contras de ser una vigilante, debiendo lidiar con una doble vida, ocultar sus actividades a sus seres queridos, y descifrar la verdadera naturaleza e intenciones del murciélago de Gotham.

Hay un interesante uso de Batman, ya que cumple una labor muy reducida en la historia, lo que es muy positivo, ya que permite desarrollarse de mejor manera a Bárbara, sin llevarse el protagonismo. Sobre su relación con Robin, la interacción entre ambos es de lo más destacable de la historia, con una gran química entre ambos.

Por otra parte, también hay una adecuada selección de villanos, la dupla Polilla Asesina – Luciérnaga funciona muy bien, ya que hay un contraste entre el fracaso del primero y lo inquietante y siniestro del segundo, además de ser una amenaza adecuada para una primeriza en la batalla contra el crimen.

El destino es parte importante de la trama, la historia parte con una reflexión sobre el mito de Casandra la profetisa y va avanzando sobre la idea de que cada quien forja su destino, y que solo Bárbara es la indicada para determinar si debe ser o no una vigilante y si vale la pena el riesgo a correr.

El feminismo y la ausencia de superheroínas es también parte del cómic, Barbara debe rebelarse a los estereotipos y desde un principio busca la ayuda de las pocas heroínas vigilantes.

El arte

Las ilustraciones del cómic estuvieron a cargo del español Marcos Martín, quien destacó de gran manera. Un dibujo que a ratos recuerda a la serie animada de Batman de Bruce Timm y Paul Dini, y que sigue la línea de Javier Pulido en Robin Año Uno.

Las persecuciones y batallas en alta velocidad están muy bien logradas, además de dar un especial énfasis en los rostros y expresiones de los personajes.

Las tintas de Álvaro López y sobre todo el color de Javier Rodríguez son complementos perfectos para el trabajo de Marcos Martín, dotando de brillo y calidez una obra que se desmarca del tono oscuro que caracteriza a Batman.

Valoración

Batgirl es un personaje con mucho potencial, que brilla por su personalidad, su humor y técnicas de combate, además de ser un personaje empoderado y crítico de ciertos estereotipos superheróicos.

Un excelente cómic para acercarse por primera vez al personaje, con una historia entretenida y rápida de leer que no decae en ningún momento.