Mi policía, la historia de un triángulo amoroso

La próxima película de Harry Styles está basada en una novela. En Comiqueros te contamos de qué se trata Mi policía y qué tan buena es

Escrito por Ktlean

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Mucha expectativa generó el anuncio de que Harry Styles continuaría su incipiente carrera como actor, la que dio inicio con Dunkirk y que entre el 2022 y el 2023 se ampliará con Don´t Worry Darling y My Policeman. Si bien no hay fechas claras del estreno de ninguna de las dos, cada adelanto, foto de las grabaciones o información al respecto es bien recibida en redes sociales.

El caso de My Policeman es particular, porque al tratarse de la adaptación de una novela, los lectores de esta ya conocen la trama, el personaje al que interpretará Harry Styles y a los que darán vida sus compañeros de rodaje: Emma Corrin (The Crown) y David Dawson (Peaky Blinders, Ripper Street, entre otras). Sin embargo, hasta hace muy poco, solo los lectores de lengua inglesa tenían ese privilegio. Por fortuna, Editorial Planeta ya llenó ese vacío con una reciente publicación en español.

En Comiqueros estamos listos para contarles en esta nota de qué trata Mi policía, de la autora británica Bethan Roberts. ¿Quiénes son Marion, Patrick y Tom? ¿Qué los une y qué los separa a lo largo de vida? Y, sobre todo, ¿qué podemos esperar de su adaptación audiovisual?

La historia según Marion

Marion es una joven tranquila y sencilla, cuyo rasgo más característico es su pelo color rojo y el temperamento a veces furibundo que tiene, algo que le han dicho que es típico en las pelirrojas. Junto a su amiga Sylvie pasa los días, hasta que ocurre el encuentro que le cambiará la vida: conoce al hermano un año mayor de su amiga, Tom, de quien se enamorará de inmediato.

Desde entonces, Marion buscará cualquier pretexto para poder pasar más tiempo con el joven. Pronto encontrará la excusa perfecta en unas clases de natación y así, poco a poco, sentirá que algo se va forjando entre ambos.

Todo sería perfecto si no fuera por Patrick Hazelwood, el mejor amigo de Tom y a quien el joven (que para ese entonces ya es policía) parece admirar profundamente. Antes de que Marion pueda impedirlo, Patrick se transforma en una presencia constante en la vida de ambos, participando de una forma u otra en todas las actividades de ella y Tom.

Pero al principio eso no importa, en especial cuando el policía le pide a Marion que se case con ella y el matrimonio se efectúa (con Patrick en el rol de padrino). Es con el tiempo que las señales se van volviendo cada vez más claras, hasta que finalmente ni siquiera Marion puede seguir evitando la verdad: la relación entre Tom y Patrick no es una simple amistad.

La historia según Patrick

Justo cuando el lector está sospechando tanto o más que Marion sobre el vínculo entre Patrick y Tom, el libro cambia de narrador. Abandona las memorias que la mujer está escribiendo años después de todo lo ocurrido y se adentra en las páginas del diario que Patrick mantenía en los años cincuenta, que es cuando sucede la historia.

Gracias a esto, las sospechas dejan de ser solo eso y se transforman en certezas. Es en estas páginas que conocemos la forma en que Tom y Patrick se conocieron de manera fortuita cuando el segundo acude al primero para que ayude a una mujer que sufrió un accidente. Desde ese día, Patrick sentirá una profunda atracción hacia el policía y aunque en un principio no hay nada que los una aparte de esa anécdota, pronto entablarán lazos gracias a sus triquiñuelas y planes secretos.

Mientras Marion tiene citas con Tom, cuando ambos se prometen en matrimonio, durante su luna de miel, sus primeros años casados… Todos esos momentos son vistos desde otra perspectiva en estas páginas. Porque sí, Patrick siempre estuvo allí.

Dos perspectivas de Tom

Suele ser común en la ficción que los triángulos amorosos sean narrados desde la perspectiva del vértice, es decir, del personaje que está enamorado(a) o en una relación con dos personas. Seguramente es porque esto permite poner el foco en la postura más conflictiva: el que debe tomar (en teoría, claro) tomar la decisión de a quién elegir.

Otro caso común es que se busque un equilibrio entre las tres perspectivas y así poder conocer los sentimientos de todos los involucrados.

Mi policía no hace ninguna de las dos. Bethan Roberts anula por completo la perspectiva del vértice, Tom, y desarrolla la novela de tal manera que son Marion y Patrick quienes lo construyen como personaje. Esto se percibe con aún más fuerza al hacer que los dos narren en primera persona: ella en retrospectiva, él de manera inmediata o casi inmediata.

Así, es común notar las diferencias entre ambos, pero también sus similitudes. A ratos se puede sentir que hay uno que está en ventaja por sobre el otro, pero al final del día, ambos están enamorados de Tom, ambos lo desean, ambos sufren por él. Ninguno, ni Marion ni Patrick, tiene a Tom por completo. Y de paso, nosotros tampoco.

Como personaje, Tom Burgess es sobre todo una idealización. Entendemos la fascinación que las dos personas que más lo aman sienten por él, pero al mismo tiempo nos preguntamos si en realidad nos están mostrando la verdad y no solo lo que ellos, en su enamoramiento, quieren ver. ¿Es en realidad Tom tan interesante? ¿Es tan atractivo como lo describen Marion y Patrick?

Al no tener su perspectiva de las cosas, solo vemos los efectos de sus decisiones y actos. No sus motivaciones, nunca sus dudas, a menos que estas sean expresadas en voz alta. Tampoco conocemos su propio proceso de asimilación de su sexualidad. Y aún así, en el relato ajeno que nos llega, en lo poco que dice, va llegando a nosotros un Tom Burgess que con el paso de las páginas deja de ser ese joven inalcanzable y hermoso, sino un hombre asustado de ser quien es.

¿Qué esperar de la película?

Mi policía, la novela, es un excelente retrato íntimo de un periodo histórico en el que solo el hecho de ser homosexual se consideraba un delito en Inglaterra. La homofobia es una amenaza constante en el relato de Patrick y un límite que se cruza o no en el de Marion. Y esto último es importante, porque en una historia donde una mujer es víctima de una infidelidad por parte de su esposo con otro hombre, muchos autores caen en una homofobia internalizada muy peligrosa. No es el caso de esta novela, por mucho que se cometan actos homofóbicos en sus páginas.

Los personajes están tan bien construidos, son tan reales y humanos, que cuesta mucho juzgarlos. Sí, cometen errores, le hacen daño a otros, pero al leer uno no puede evitar preguntarse, aunque sea por un segundo, si no hubiera actuado igual o parecido de haber estado en sus zapatos. Cumple, entonces, uno de los objetivos principales de la ficción, que es el de hacernos cuestionar nuestra visión particular del mundo.

Si la película es la mitad de buena que este libro, sin duda será algo digno de ver. El cast, al menos a partir de las fotografías, parece bastante apropiado, así como también la estética general del film. Solo esperemos que el guion esté a la altura, al igual que las interpretaciones.