No hay dudas de que si el 2020 es recordado por un único evento, será por la pandemia mundial de Coronavirus o COVID-19. Dentro de este contexto, muchas editoriales se han apresurado a lanzar libros de todo tipo (novelas, antologías, ficción erótica incluso) teniendo a esta enfermedad como tema central (y protagonista, en el caso de la ficción erótica) (sí, no es chiste).
Algo que puede decirse en favor de La Gran Catástrofe Amarilla, de J. J. Benítez, es que la historia no se siente forzada ni apresurada. Para bien o para mal, lo que hace es narrar orgánicamente los pensamientos y vivencias del autor durante esta época tan particular de la historia, y por lo tanto de su vida.
Sin más preámbulos, ¿de qué trata La Gran Catástrofe Amarilla?
La Trama
El autor y protagonista de la historia, Juan José Benítez, parte el 11 de Enero de 2020 en lo que sería su segundo crucero de vuelta alrededor del mundo con su pareja, Blanca.
En un principio el viaje transcurre sin mayores sobresaltos, compaginando la escritura de un nuevo libro con las actividades típicas de este tipo de viajes: bufets, cenas de gala, conciertos y visitas a muchas ciudades costeras con atracciones para turistas. Pero de a poco todo va tomando un cariz más preocupante.
A medida que la pandemia de COVID-19 se va desarrollando fuera del crucero, el inicialmente idílico (más allá de algunos pasajeros molestos e incidentes menores) viaje se convierte casi en una sentencia de presidio. Es innegable que, aunque se esté rodeado de lujos, una celda sigue siendo una celda. Aunque mucha gente que vivió la situación en tierra pueda hallar la situación del autor envidiable, lo cierto es que difícilmente fue una experiencia agradable.
La ejecución
Como se comentó en un inicio, el libro no se nota apresurado. La narración de Benítez se siente natural, como un diario de apuntes de los días a bordo, con todos sus eventos mayores y menores.
Sin embargo, es innegable que hubo una prisa de parte de la editorial para que este libro viera la luz pronto, lo que origina algunos problemas. Por ejemplo, se mencionan varios personajes que el autor conoció durante su primera vuelta al mundo, y por tanto se omite un poco de su trasfondo. El problema es que el libro en que se narra esta primera vuelta al mundo aún no ha sido publicado, perjudicando un poco al lector.
Disponible en cualquier librería del paísEstas son personas de carne y hueso, si, pero una vez se llevan a la narración, pasan a ser personajes, y en este caso fueron personajes con poco desarrollo, meros extras en la historia.
Hay un problema en este sentido en términos de expectativas. El libro en realidad no tiene una historia per se. Es, ni más ni menos, un diario del viaje a bordo del Costa Deliziosa. Quienes esperen un clímax o resolución, no lo encontrarán. Lo que sí van a tener es un viaje a las ideas y experiencias de vida de J. J. Benítez.
El problema de la diferencia de opiniones
Respecto a este último punto, cabe aclarar que el autor, mejor conocido por su saga El Caballo de Troya, tiene ideas muy arraigadas y particulares respecto a, bueno, el mundo y todo lo que lo compone. Y muchas de ellas pueden parecer controversiales, cuando menos.
La veracidad del calentamiento global, el origen del coronavirus y las circunstancias del primer alunizaje, por nombrar algunas, sin mencionar la vida después de la muerte y la existencia de vida en otros planetas. Para quienes conozcan la obra de Benítez esto no será nada nuevo, pero aquellos no estén al tanto de su ideología quizás quieran averiguarla antes de adquirir este libro.
Opinión personal
Personalmente, no disfruté mucho de este libro. Objetivamente puedo recomendarlo a cualquiera que ya conozca y disfrute de los trabajos de Benítez, pues es un buen ejemplo de un viaje a la mente del autor, y claramente es consecuente entre su vida personal y lo que plasma en sus historias.
Sin embargo, quien escribe esta reseña no concuerda con muchas de sus ideas. En ese sentido, tomaré de una de las frases de Benítez en el mismo libro con la que puedo estar de acuerdo:
No es bueno reírse de las creencias de los demás (por muy ridículas que parezcan)
J. J. Benítez, La Gran Catástrofe Amarilla
Un problema en el ritmo de la historia es que una vez que se cancelan los descensos a tierra, esta se vuelve repetitiva. Todos los días: paseo por el puente; una colección de frases sobre el océano (mucho mejores que las que el capitán comparte con los pasajeros a diario, en opinión de Benítez); una tertulia con sus compatriotas a las 13:00 pm (donde él siempre es el centro de atención y le consultan sobre política, historia y metafísica); y para terminar las noticias del día del desarrollo de la pandemia.
Otro problema podría ser el final, ya que no es una conclusión como tal. Pero esta no es una narración como tal, es un relato verídico de las experiencias en el crucero desde el punto de vista de una persona, sin dramatización. En ese sentido, es autentico y fiel a sí mismo.