FIC Santiago 2020. El cómic chileno al mundo

A una semana del Festival Internacional del Cómic de Santiago, comentamos nuestras impresiones sobre lo que fue el FIC 2020 "En casa"

Escrito por Orin

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FIC 2020: la Teletón de los cómics – por VladMIR

El 2020 ha redefinido el estilo de vida de la sociedad, arrasando con variados aspectos de la vida familiar y social, incluyendo las esferas de la entretención, produciendo una depresión económica mundial.

El COVID-19 y la consecuente pandemia mundial, produjo la cancelación de muchos eventos, conciertos, estrenos cinematográficos, etc. Por su parte, las convenciones de libros y cómics, los parientes pobres, no tuvieron las repercusiones mediáticas de otros eventos.

El Festival Internacional del Cómic de Santiago fue uno de los damnificados, por lo que este año decidieron realizarlo desde casa. A través de una transmisión en vivo que cualquier Teletón envidiaría, durante 3 días estuvieron realizando entrevistas, presentaciones y conversaciones vía streaming.

FIC Santiago no tiene la masividad ni el dominio mediático de otros eventos, debido a que mantiene el espíritu de su nombre: trata de cómics, mayormente cómics chilenos, con la presencia de autores o dibujantes extranjeros que otorgan el carácter de internacional. Los invitados no son actores extranjeros de series de televisión, no hay estatuas de películas, tampoco cosplayer ni fiestas de disfraces.

Con Claudio Álvarez como el Don Francisco de los cómics, reemplazado ocasionalmente por Carlos Pérez, Christian González y Guillermo Núñez, los conductores con mayor presencia, fuimos testigos de algo que rara vez podría ocurrir: asistimos a la gran mayoría de la programación.

La transmisión en línea permitió, a todos los que se conectaron desde sus casas, ser parte de casi todas las actividades y, además, quedó el respaldo web para ser revisitado.

FIC 2020 “desde casa” no aplicó solo para el público, sino que también a los(as) expositores(as): todos estaban en sus casas (algunos debieron salir a buscar señal), e incluso en varias oportunidades se escucharon los ruidos de platos y vasos. En otras ocasiones aparecieron los hijos de los entrevistados reclamando la presencia de sus madres o padres. En un mundo que ha normalizado las teleconferencias, los participantes se desenvolvieron con naturalidad.

En el lanzamiento del nuevo número de Trauko (Día 2, 4:02), junto con rememorar las implicancias de la revista en la sociedad moralista de fines de la dictadura, comentaron el papel necesario de una revista que tiene por fin romper esquemas. Momento emotivo al recordar la muerte reciente de Toño Arroyo.

Podemos agregar a las ventajas de este formato, que pudimos ver algo exclusivo y muy difícil de conseguir: una entrevista a Jerry Ordway (Día 2, 4:30). Con una muy buena actuación de Guillermo Ñúñez como entrevistador e intérprete, permitió un diálogo bilingüe fluido, en favor del público monolingüe.

Además de tener como invitados a Gabriel Rodríguez (chileno, Locke & Key) y Leandro Fernández (argentino, The Old Guard), dibujantes ahora conocidos fuera de los cómics por las producciones de Netflix (Día 3, 7:18); y a Félix Vega (Día 3, 6:35), ilustrador chileno varias veces reseñado en esta página.

Personalmente, como un fans del cómics mainstream, mis visitas a la FIC en los últimos años consistían en un día, por unas horas, pasear por los stands, comentar algo con algunos artistas que estuvieran vendiendo sus obras, comprar algún producto, esperar que me lo firmaran o dibujaran algo en la portada. Era poco probable que asistiera a una presentación o conversatorio, ya sea por horario o simple desinterés.

Pero este año, desde la comodidad del hogar, pude apreciar a mayor cabalidad el crecimiento del ámbito de los cómics en Chile, el trabajo que realizan artistas durante mucho tiempo, en diferentes nichos. Presencié el lanzamiento de la revista Brígida, que lleva varios años publicándose pero que recién descubrí. Conocí cómics que antes hubiera mirado de reojo, pero que su interior puede resultar más interesante que su portada.

Las expectativas sobre las nuevas obras de las duplas Rodrigo Elgueta y Carlos Pérez con Nosotros los Selk’Nam, y Félix Vega y Francisco Ortega con Los Fantasmas de Pinochet, crecieron enormemente.

Por contrapartida, se pierde el contacto con los artistas, esos que te convencen para que lleves su obra, mientras uno les pide que la dediquen a un “primo chico” que casualmente tiene mi nombre. Y por supuesto, la sempiterna amenaza/broma de devolver el cómic si no me gusta.

Como consumista, se pierde esa emoción que produce ver los stands en línea, esperando que los visites y elijas el producto a consumir, esa pequeña sensación de endorfinas producidas al comprar un producto entre varias opciones.

Los premios FIC (Día 1, 5:18) fueron la gran pérdida. Faltaron los aplausos del público y la emoción de los ganadores al subir al escenario.

En conclusión, alabo el tremendo trabajo de realizar transmisiones en vivo durante varias horas seguidas. No es lo ideal, pero realizarlo de esta manera, permitió acercar distintas dinámicas a un público más masivo. Y como gran colofón, una entrevista con Jerry Ordway (in your face, Comic-con).

Día 1

Día 2

Día 3

FIC 2020: visibilizando el cómic chileno – por Orin

Hoy en día, una de las palabras que resuena regularmente en el vocabulario habitual de las y los chilenos –y posiblemente en muchos otros lugares de habla hispana– es visibilización. Este neologismo ha tomado fuerza no hace mucho –quizás no tiene más de media década– y fue poderosamente instalado por la crítica feminista al orden patriarcal. Es a partir de ese origen eminentemente político que el término reviste un tono vindicativo.

Entendido en el contexto actual, visibilizar significa no solamente hacer visible lo ensombrecido, sino que, a la vez y por sobre todo, refiere la denuncia ante el ocultamiento sistemático. En ese sentido es que diversas comunidades de la sociedad chilena más progresista, han generado estrategias para posicionar discursos que buscan desvelar sus ideologías y prácticas. Visibilizar es un grito por alto parlante que demanda: ¡Estamos (somos) aquí!

A nuestro juicio, la reciente versión del Festival Internacional del Cómic de Santiago, el FIC 2020, fue precisamente eso: un acto de visibilización. Durante tres atractivas jornadas (9, 10 y 11 de octubre), mediante sesiones donde lo que primó fue el diálogo –ya volveremos sobre este importante punto–, y contradiciendo las expectativas más apocalípticas contextualizadas por la pandemia, FIC dio a conocer en gran medida el estado actual del campo del cómic chileno.

Paradójicamente, el formato alternativo y forzado por la emergencia sanitaria global, no hizo más que ampliar los alcances y el rendimiento del festival. “Sin querer queriendo”, la decisión de realizar el evento vía live streaming y a pesar de la pandemia, vino a superar la condición centralista del mismo, democratizando el acceso a su parrilla programática. –Los comentarios positivos y agradecidos de asistentes virtuales de provincia, así lo demostraron–.

El FIC 2020, al subirse al carro contemporáneo para la generación de contenido, vale decir, la transmisión en vivo y archivada para la posteridad mediante la plataforma YouTube, permitió –y permitirá– a todas y todos los interesados por la narrativa gráfica en sus distintos formatos, conocer a las y los protagonistas que traman la escena local. Esto último es fundamental.

El festival pasó a convertirse en un espacio para el diálogo respecto de los procesos de creación y producción de las historietas, superando por mucho el cariz más comercial de los eventos pasados. Por supuesto que se trató también de una instancia para adquirir el material publicado por las principales editoriales especializadas del país y los trabajos autogestionados; sin embargo lo que destacó fue la posibilidad de ingresar a la intimidad creativa de las y los autores.

Esta característica permitió vislumbrar el panorama real del cómic chileno; una big picture atrayente para el paseante digital casual, y sumamente interesante para los inmersos en el campo. Tuvimos la posibilidad de hacer un paneo general por los distintos tipos de autores(as), conocer los intereses y problemáticas que se traslapan entre creadores de generaciones disímiles, comparar las líneas editoriales que trabajan los diversos los sellos existentes, además de percibir el gusto popular a través de las premiaciones.

Sin lugar a dudas, la versión 2020 del FIC Santiago fue un éxito y marcó un precedente. La virtualidad de las relaciones humanas es un fenómeno sin vuelta atrás, y entre más pronto iniciativas como esta logren utilizar sus potencialidades a favor, más cercano estará el medio del cómic de alcanzar la tan anhelada estabilidad y madurez.

Experiencias como la de este año no sólo robustecen al Festival Internacional del Cómic, sino que nutren a toda una trama de actores y actrices que trabajan contra viento y marea en el melodrama de la historieta nacional.

Este 2020, contra todo diagnóstico, el campo del cómic chileno fue visibilizado. Es de esperar que, con o sin pandemia, la organización del FIC mantenga el live streaming, apoderándose de las herramientas virtuales y convirtiéndolas en una política estable de difusión, con tal de llegar a más rincones nacionales y extranjeros.

El medio de la historieta local goza de buena salud, está “vivito y coleando”. Se lo grita al mundo, pero por sobre todo a su propio país que no ha sabido valorarlo. Hoy, la miopía es sólo una decisión