El mundo del olvido: la importancia de los recuerdos

De la mano de Aurea Ediciones llega la primera novela de Cristián Otárola: El Mundo del Olvido, una distopía donde los recuerdos nos definen

Escrito por Muerto

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El género fantástico es una vertiente literaria que cada día va en aumento; cada vez hay más autores dispuestos a dejar volar su imaginación y crear mundos distintos al nuestro. Gracias a esto, poco a poco la fantasía ha ido cobrando su merecido puesto dentro de las letras chilenas, lugar que, desde sus inicios, se le fue relegado por ser consideradas ficciones menores, que solo sirven para distraer de aquellas problemáticas realmente importantes.

Una de ellas es la ciencia ficción. Sin embargo, cómo se puede decir que no tratan temáticas importantes si, en el último tiempo, la mayoría las ficciones que proyectan el futuro son visiones apocalípticas o distópicas a raíz de las sociedades actuales.

Perfecto ejemplo de ello es El mundo del olvido, la primera novela del escritor penquista Cristián Otárola Jiménez. Un relato rápido, ágil, con mucha acción y que roza levemente la crítica social, fomentando el pensamiento crítico, la libertad y la rebeldía.

El mundo del olvido es una novela corta compuesta por 110 páginas, divida en 15 capítulos más un breve epílogo. Como fue anteriormente dicho, la historio escrita por Cristián Otárola pertenece al género de la ciencia ficción, pero es abordada desde el punto de vista de la distopía: género literario caracterizado por tener como eje fundamental una sociedad sometida por un régimen totalitario.

Entre sus páginas salen a relucir las fuertes influencias de otras ficciones de este estilo como lo son 1984 de George Orwell, Un mundo feliz de Adolf Huxley, Rebelión en la granja (muy alejada de la ciencia ficción, pero relacionada en su aspecto político) también de Orwell y Maze Runner de James Dasher.

Sinopsis

777 es un adolescente de «El Núcleo», una sociedad amurallada controlado por una elite denominada Los 12 Grandes que, día a día, borran la memoria de los habitantes de la ciudad para que estos no tengan ninguna distracción y solo se preocupen de cumplir sus tareas o trabajos correspondientes. A los únicos que recuerdan los ciudadanos del núcleo son a sus familias y a sus compañeros de su escuela o trabajo que vayan desempeñando. Los 12 Grandes diseñan sus vidas, eligen sus parejas y deciden cuál será el rol de cada persona dentro de la sociedad.

777 está a punto de salir de la escuela de preparación y convertirse en una «gárgola», mejor llamados Pacificadores, agentes especiales que se encargar de que se cumpla ley y el orden. No obstante, las cosas empiezas a cambiar cuando el protagonista comienza a tener pequeños atisbos de su pasado y entonces decide empezar a buscar respuestas por su cuenta, hasta que descubre que sus propios padres están metidos en todo ese asunto.

Sobre la novela

Uno de los mejores aspectos que la novela tiene a su favor es su ritmo y ágil lectura. El relato fluye y se lee de manera natural, como si fuera un río que cae por una vertiente. No tiene un léxico complejo ni partes demasiado densas que necesiten ser leídas más de una vez para poder entenderlas. Su lenguaje es sencillo, rápido y directo, lo que lo convierte en un libro apto para todo público, disfrutable para personas de cualquier edad. Los capítulos son concisos y están bien planteados, se logra identificar con facilidad cuáles son los propósitos de cada uno con respecto a la trama. El narrador no se anda por las ramas y solo menciona las cosas realmente importantes.

A pesar de no ser la parte más importante, el autor coquetea con el discurso político y la idea de que es necesario tener una postura y opinión frente a tales tema. Recalca los males que no debe cometer una sociedad de cualquier tipo y el derecho de los ciudadanos de tomar sus propias decisiones. El concepto de libre albedrío prima durante toda la obra. Cristián también recalca el valor de la familia, los lazos, las amistad y lo importante que son todos los recuerdos, ya sean buenos o malos, ya que de todos se puede aprender algo.

Dentro de lo que podríamos considerar como los aspectos negativos de El mundo del olvido, uno podría ser que, gracias a su acelerado ritmo y su rápida forma de avanzar, en ocasiones los vínculos o relaciones de los personajes se desarrollan demasiado rápido, lo cual podría parecer una conveniencia para la historia. Sin embargo, cabe recalcar la palabra «parecer», pues, en los casos que las interacciones de los personajes son así, más tarde se descubre que habían razones por las cuales sienten ciertas afinidades con ciertos individuos.

Muy ligado a la anterior, otro aspecto sería el hecho de que no se alcanza a saber (o más bien ver, mostrar de forma explícita) lo suficiente de cómo funciona El Núcleo y su sociedad. Como la novela es directa y no se anda con rodeos, a veces da la sensación de que no se alcanzó a explorar tanto como el lector querría. Esto último es sumamente importante en este tipo de historias, ya que al ser un mundo distinto que funciona con otras reglas, es necesario poder conocerlo a profundidad. No obstante, de todas formas, a estos inconvenientes se le podría sacar ventaja para así, algún día, continuar la historia de El mundo del olvido.

¿Te ha pasado que llegas a un lugar y sientes que ya lo conoces? ¿Qué estás en alguna situación y sientes que has estado con ella en otro lugar? ¿Qué pasas por al lado de una persona y sientes que has estado con ella en otro lugar?

El mundo del olvido. Cristian Otárola Jiménez.