He vuelto de mi expedición por las salvajes profundidades de mi biblioteca prohibida, y les traigo otra película para disfrutar con amigos, la pareja, o cuando son las tres de la mañana y sientes un odio incontrolable por la humanidad y sus reglas. Hoy toca ver Akelarre, película española del 2020 que busca exponer una verdad cruel e indiscutible.
Akelarre: la imaginación es un arma peligrosa
Sí, sé que suena a título de telenovela, pero denme una chance para explicar. No es sorpresa para nadie que solemos, hablando como humanidad, inventarnos historias bien locas para explicar lo inexplicable. Se tiene el afán de entenderlo todo y no hay que ser un experto en las artes oscuras para buscarle explicación a la sombra distorsionada que sale al fondo de tu última selfie.
Y aunque hoy en día sea un tema para memes, en su tiempo le quitó la vida a cientos de personas por razones diferentes. Akelarre es una película que critica el presente dando un vistazo al pasado. Ya que no solo se trata de visibilizar los crímenes contra mujeres por parte de la iglesia, sino también de cómo solemos romantizar el sacrificio.
Desglosando Akelarre
Akelarre, dirigida y escrita por Pablo Agüero junto a Katell Guillou, es una película española del 2020 con nueve nominaciones y cinco premios Goya. Ambientada en el siglo XVII, la historia gira en torno a un grupo de jóvenes mujeres acusadas de brujería por la Inquisición. Encerradas y sometidas a torturas camufladas como pruebas científicas para demostrar su conexión con los demonios, serán obligadas a confesar crímenes que no han cometido. Al saber que serán ejecutadas sin importar lo que digan, deciden seguirle el juego al juez y aprovecharse de sus tentaciones carnales para intentar escapar.
La película aborda el tema de la brujería desde un punto de vista realista. La trama se construye sobre la idea de que gran parte de las leyendas y mitos, fueron creados por hombres para justificar sus propios crímenes. Los jueces de la Inquisición estaban tan seguros de su fe, que ocultaban sus pecados carnales tras historias fantasiosas donde la única castigada era la mujer. Un factor que se ha repetido desde el principio de los tiempos.
Lo bueno: una crítica afilada y bien pensada
Me di el tiempo de leer otras críticas y comentarios de espectadores. Un común en la mayoría fue resaltar el empoderamiento femenino como el principal constructo de la trama. Revisando mis notas, llegué a la conclusión de que la película quiere dejar un mensaje totalmente diferente.
Sí, las protagonistas son fuertes e implacables, pero su esfuerzo no cambia el entorno cruel en el que viven. Sin importar lo que digan o lo que hagan, el poder de la iglesia patriarcal se mantiene inflexible. Ese, para mí, es el pilar de la trama: es una crítica histórica que busca resaltar lo mucho que las mujeres han tenido que sufrir, y donde el resto de nosotros se ha decantado por martirizar su sacrifico en vez de buscar cambios reales, tangibles y justos para todos.
Quizá, basado en cómo termina, lo que busca la película es generar un mea culpa en el espectador. Que la primera reacción natural sea pensar que se trata de una obra que reconoce el empoderamiento, pero dejando señales claras que abren la puerta a análisis más profundos. ¿Realmente estoy considerando la idea de ver el acto final como una muestra de valor? ¿O será que un mundo donde la muerte, como un acto de rebeldía contra el sistema, es solo la respuesta desesperada a un sistema cruel, intolerante, e inflexible?
Lo malo: puedes perder el interés al comienzo
Vale, que sí entiendo que las películas tienen que tener un comienzo lento a fin de dar forma a la historia. Mi argumento está en que se suelen usar otros tipos de trucos para convencer al espectador de seguir mirando: cambios de escenario, pequeñas subtramas, vistazos más profundos a los trasfondos personales, inyectar refuerzo histórico, potenciar el misterio. Sin embargo, cuando te decantas por darle un tratamiento teatral al primer cuarto, donde los protagonistas se mantienen inmóviles en los mismos escenarios manteniendo conversaciones que no aportan mucho, pones en riesgo el interés del público que busca una experiencia más fácil de masticar.