Cartas de un astrofísico: La correspondencia de Neil deGreasse Tyson

Revisamos la recopilación de Planeta junto a Paidós sobre 20 años de correspondencia del famoso astrofísico Neil deGreasse Tyson.

Escrito por FanoPetrikov

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La ciencia ha logrado a lo largo de los años dar explicación a muchos fenómenos que, en años idos, hubiesen sido causa y motivo para incredulidades. Teorías antiguas han sido desbaratadas con el avance del método científico, así como también con la explosión tecnológica de las últimas décadas.

Hoy nos encontramos en un estado de constante avance, donde el desembolso de dinero en ciencia es constante y buscamos de alguna manera ir más allá, porque después de entender muchos fenómenos químicos y naturales, humanos y espaciales, seguimos en la búsqueda de un sentido para la humanidad. Si existe algo que la ciencia no ha podido responder es: ¿Qué origen tiene la humanidad? Y ¿para qué vivir?

Carl Sagan dejó la vara alta en cuanto a divulgación científica, pero no solo eso, también se dedicó a apoyar a la gente que constantemente tenía inquietudes respecto al cosmos, a la biología y a las dudas que se realizan en la ciencia. Después de la partida de Sagan, Neil deGrasse Tyson quedó como el heredero de su método de divulgación, y junto con ello, se ha dedicado a abordar las inquietudes de las personas.

Cartas de un astrofísico

El libro editado por Paidós, de grupo Planeta, Cartas de un astrofísico, es un compendio de la correspondencia de Neil deGrasse Tyson a lo largo de 20 años. Y durante estas dos décadas las consultas han sido varias.

El inicio del cosmos, los cuestionamientos respecto al método científico, las consultas relacionadas a las creencias religiosas y a la fe, son una constante a la que se somete el científico, quien, de manera congruente y consecuente, mantiene un pensamiento lógico y hace del discurso del método una forma de respuesta.

Pero no solo en dudas científicas la gente se clava, también pasa con los cuestionamientos éticos, la vida política, la divulgación de la televisión, el exitismo y los métodos de vida de las personas. Por su parte, siempre cordial, Tyson sale en marcha respondiendo cada una de ellas, no en la constante de querer tener la razón o dar una respuesta tranquilizante, sino que busca siempre invitar a la reflexión y dejar la chance de que todo puede ser respondido a través de la ciencia.

La importancia de la ciencia en la vida diaria

La ciencia es quizás para Tyson su estilo de vida. Se deja a entrever que es cosa de su día a día el dar espacios a los procesos introspectivos relacionados a entender el funcionamiento de las cosas desde un punto de vista lógico y argumentativo.

Pero esta correspondencia es también un epistolario que busca incentivar en el lector el uso de la ciencia en el día a día, no solo en cuanto a referencia académica, es decir, de buscar cosas interesantes para leer relacionado a diferentes áreas que esta abarca, sino que también invita y motiva a que por nosotros mismos seamos capaces de desarrollar la base fundamental de la curiosidad humana: la observación.

Y es que si bien Tyson afirma constantemente que los testigos oculares son siempre el argumento más débil de una teoría, también hace referencia a que la única manera que nos sintamos atraídos por la búsqueda de respuesta es a través de la observación. Poder mirar cómo las cosas ocurren a nuestro alrededor, desde el agua que hierve hasta el viento que mueve las hojas, da espacio a la introspección, y por consiguiente, a lo que cada carta de este libro insta de alguna manera, es decir, la búsqueda de la verdad.

Pero el punto de vista de Tyson no solo busca demostrar científicamente o argumentar científicamente las cosas para llegar a la verdad, sino que también deja un leve espacio a la filosofía personal. Lo que dejaría a la verdad nuevamente como un concepto del que se busca consensuar y no como algo del todo absoluto.

Es el reconocimiento de este punto, «la verdad es absoluta», lo que da a entender que mantiene activa a la ciencia. Pero los seres humanos creemos que lo único que está repartido equitativamente en el mundo es la razón, porque todos pensamos que tenemos la suficiente. Esto explica por qué muchas de las cartas que llegan a manos de Tyson buscan atacarlo.

Van en contra de sus propios conocimientos y publicaciones, pero el astrofísico sale del enredo sin mucha complicación, reconociendo no solamente que sus publicaciones siempre estarán sujetas a debate y refutación, sino que también porque entiende que el ser humano por esencia es individual, y la verdad, al ser absoluta, es inalcanzable para nosotros.

Últimas palabras

Para concluir, el libro es interesante porque no es material científico de lleno; es inevitable que datos aparezcan esparcidos entre sus páginas, pero de alguna forma, muestra el lado más humano y simple del astrofísico.

También es agradable ver la variedad de temas que se abordan, esto da un poco más de accesibilidad a entidades o eminencias científicas, puesto que muchas veces, nosotros los simples mortales, hemos querido expresar nuestras dudas o consultas a más de un filósofo o científico en búsqueda de una respuesta que vaya mucho más allá de justificarse con fe.

Recomendado, 10 de 10, y me gustaría concluir con un pequeño ápice de verdad. Existe una frase que dice: “Que el ser humano sea creación de Dios es muy probable, pero que Dios es creación del ser humano, es totalmente cierto”.