C. F. Pizant: un universo de divinidades

El autor de fantasía premiado internacionalmente, C. F. Pizant, habla sobre su última obra literaria y primera parte de su incipiente saga.

Escrito por Zahorí Balmaceda

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Nacido en 1986, rancagüino, siempre cercano a los libros y a las temáticas que están en el orden de lo fantástico, la divinidad y el terror.

C. F. Pizant comenzó a escribir a los quince años, principalmente como una forma de expresar sensaciones y emociones mediante las letras.

Su primer libro fue La Cúpula Dorada, un poemario que retoma la idea de poesía descriptiva con toques fantásticos. Poco tiempo después se ganó un lugar en una antología nacional: Para Ni Roncar, realizada en honor a los cien años del natalicio de Nicanor Parra.

Su primera novela, Protección Divina, del año 2018, fue publicada por Áurea Ediciones y ha obtenido reconocimiento en el North Texas Book Festival y en el International Latino Book Award.

Actualmente, y la principal razón de esta entrevista, se encuentra en el proceso de difusión de Las Batallas Divinas, el primer libro de la saga El Libro Maldito de Láruna

¿Qué fue lo que te impulsó a escribir “Las Batallas Divinas”?

La verdad es que todo el universo Láruna comenzó el mismo 2015, que fue cuando los personajes empezaron a hacerse realidad. El impulso para la creación de este libro vino de parte de la necesidad de llevar al público esta historia que es una de las que más me han gustado de las que he desarrollado a lo largo de mi carrera.

¿Por qué elegiste este universo para situar la historia de El Libro Maldito De Láruna?

A lo largo de la historia de la humanidad se han creado varias versiones de creación del mundo y de dioses, de algún modo, estas tienden a tener puntos de encuentro que son interesantes. Lo anterior me permitió darme cuenta de que no necesitaba buscar un mundo extraño ni diferente para situar una aventura de dioses, ya que todos estos han coexistido en el mundo al mismo tiempo desde siempre.

Gracias a la particularidad que brinda la historia humana, entonces, me fue posible utilizar nuestra propia línea temporal como base para una novela de dioses que permitiera no sólo mezclar diferentes mitos y leyendas, sino crear una especie de unificación capaz de generar un nuevo tipo de mito, una nueva cosmogonía.

Además de lo anterior, creo que siempre es un aporte de la fantasía el hacer guiños al mundo real, lugares y tiempos específicos que la gente pueda buscar cuando está leyendo un libro, es como una satisfacción muy personal eso de poder llegar a googlear lo que ha escrito el autor y encontrar una referencia, una especie de subtexto que hila la historia sobrenatural al mundo conocido. Dado lo anterior, es que me pareció pertinente darle al libro ese toque de cercanía con nuestro propio mundo, manteniendo su propia realidad paralela.

Ahora háblanos de tu personaje favorito dentro de Las Batallas Divinas.

Es difícil elegir un personaje favorito en un libro, ya que todos tienen su particularidad. Dicho esto, quizá en Las Batallas Divinas, quien más destaca es el Dios del tiempo de los Pingüinos, Enrique, debido a que le da un toque de humor y relajo al relato.

¡Adorable! ¿En qué o quién te inspiraste para darle vida a Enrique?

Está basado en mi padre, ya que él, al igual que el pingüino, no necesariamente se toma todas las cosas en serio.

¿Y qué fue lo que más te costó al momento de escribir Las Batallas Divinas?

Poder crear este libro implicó un gran trabajo de investigación y pensamiento, es que ¡se trató de crear toda una cosmogonía! Una serie de mitos y leyendas que tuvieran coherencia y cohesión entre sí y que sustentaran lo que se intentaba exponer en el libro.

Debo admitir que el proceso fue entretenido, pero, a su vez, fue súper lento y complejo: todos los días debía buscar razones para lo que estaba pasando en el libro y generar las explicaciones verosímiles de ellas; en el camino se quedaron varios bocetos, ideas e historias que fueron descartadas.

Por todo lo anterior creo que, crear una cosmogonía capaz de soportar una saga es un trabajo titánico que le debe costar a cualquier escritor. 

¿Crees que algo de tu vida se refleja en lo que escribes?

Siempre hay algo de uno en todo lo que escribe, como que cada personaje roba algo de tu propia personalidad, entonces partes de mi vida lógicamente se traducen en lo que les pasa a los personajes, sus características físicas y psicológicas muchas veces se reflejan en personas que he conocido o en situaciones que he vivido.

¿Qué es lo que crees que te define como autor?

Yo creo que soy como un escritor de déficit atencional y medio hiperactivo.

Lo que pasa en mis libros es que probablemente siempre se verá el momento más lento al inicio de las historias, donde se presentan los personajes y se empieza a demostrar el nudo del cuento– De ahí en adelante, la cantidad de acción y aventuras que ocurren es muy amplia y permite que la gente vea eventos pasando una y otra vez. Como me carga la monotonía, me encargo de generar diferentes batallas o conflictos a los personajes, que les permite hacer diferentes cosas en cada paso del relato.

Entonces, creo que esa forma de escribir tan hiperactiva y con muchos frentes funcionando al mismo tiempo es parte de lo que me define como autor: soy un autor de fantasía, sí, pero también de gran cantidad de acción.

¿Cuáles son tus próximos proyectos literarios?

El siguiente es El Libro Maldito de Láruna 2: La Profetisa, que narra la historia de un personaje que es secundario en Las Batallas Divinas, pero que es relevante para todo el universo de El Libro Maldito de Láruna.

Paralelamente comencé el desarrollo de un libro que habla de unas leyendas propias de la ciudad de Rancagua, el cual pretendo tener listo en los próximos años.