Blue is The Warmest Color: La vida de Adèle

Blue is the Warmest Color llegó a los cines aplaudida por la crítica y envuelta en polémica. ¿Es tan buena como dicen?

Escrito por Felinesio

Comiqueros.cl » Cine y televisión » Blue is The Warmest Color: La vida de Adèle

Estrenada en el año 2013 y no exenta de polémica, La vida de Adèle (Blue is The Warmest Color) llegó a Cannes con el título de favorita. Y no tardó en cumplir con las expectativas, llevándose la Palma de Oro de aquel año. Sin embargo, posterior a su estreno, el mundo se vio dividido ante la obra dirigida por Abdellatif Kechiche.

Mientras que una parte la posiciona como una de las películas LGBTQ+ más importantes de la historia, otros la destrozan por su hetéronorma. Entonces ¿Qué es realmente Blue is The Warmest Color?

Este comentario tiene spoilers sobre momentos claves de la trama, sin demasiados detalles sobre los mismos.

Cabe destacar que la película está basada en la novela gráfica Blue is The Warmest Color, donde el título fue cambiado en su adaptación a La vida de Adèle (posteriormente su traducción para el público angloparlante mantuvo el título original).

En este sentido, tanto la novela como la cinta tienen la misma premisa: Adèle, una adolescente francesa, comienza a redescubrir su orientación sexual, especialmente luego de conocer a Emma. Así, comenzará un viaje donde deberá lidiar contra sus inseguridades, prejuicios de sus cercanos y su futuro.

Una primera parte muy cálida

La película tiene una duración de 3 horas, la cual está «separada» en tres partes de la vida de Adèle. siendo la primera la mejor ejecutada de todas. Aquí vemos cómo se encuentra notoriamente insatisfecha con su pareja actual, donde comienza a mostrar interés por otras chicas. De hecho, se nota de sobremanera cómo sus interacciones con un chico son mucho más forzadas que cuando conoce a Emma, donde todo fluye de manera muy natural.

Así, el rechazo de sus amigas en contraste con el amor que comienza a fluir entre ella y Emma se hace notar. Y la actuación de Adèle Exarchopoulos (Adèle) junto con su química con Léa Seydoux (Emma), hacen que toda la primera parte sea un remolino de sentimientos muy bien ejecutados.

La gran polémica ignorada por la crítica

Sin embargo, llega la tormenta tanto dentro como fuera de la cinta. Las escenas sexuales son, con el riesgo de quedar como un total ignorante del cine francés, demasiado pornográficas. No tiene que ver con la desnudez presente en las mismas, sino con la forma en la que están dirigidas y coreografiadas. Estas tomas están al borde de verse como un voyerismo del director.

De hecho, Julie Maroh, la autora de la novela original, si bien resaltó los puntos fuertes de la película, describió estas escenas como ridículas, pornográficas y la encarnación de las fantasías de hombres heterosexuales sobre el sexo lésbico. A ello se le suma que ambas actrices han declarado que grabar aquellas escenas fue agotador, doloroso y que se sentían como prostitutas en el set.

Y quizá todo esto se transmitió en la misma película, pues parece que luego del primer acto la cinta comienza a decaer lentamente. Se extraña mucho lo que implica socialmente pertenecer a la comunidad LGBTQ+ en esta segunda parte. Más que ir a un par de marchas y un roce con sus padres, se deja de lado muchos de esos asuntos que sí son tratados en la novela.

A esto le acompaña unos saltos de tiempo demasiado forzados, donde en un momento está todo bien y luego saltamos a cuando todo está en su punto más bajo. Eso sí, se destaca el buen trabajo que se hace mostrando las dudas de Adèle sobre su vocación. Esto genera un conflicto de dependencia de la protagonista hacia Emma, dejando toda su estabilidad emocional en su relación y trabajando en un lugar donde no se le ve realizada.

Sin dar mayores detalles, hay muchas partes de la película que se sienten demás, no justificando su larga duración. Media hora, o incluso una hora menos de metraje habría hecho que todo fluyera de mejor manera. Así entramos en la recta final, la cual es un carrusel que oscila entre lo brillante y lo doloroso. El reencuentro luego de su ruptura es devastador, con unas interpretaciones muy destacables.

En líneas generales, Blue is the Warmest Color es una buena película. Sin embargo, toda la polémica que la envuelve hace que muchas veces decaiga, tanto dentro como fuera de la cinta. Además, quizá falta explorar otras matices del amor, pues casi siempre se limita a explorar solo el ámbito sexual del mismo.

La novela se despide con una tragedia donde el amor une y separa a sus protagonistas para siempre, haciéndolas eternas a ambas. Mientras que la película nos muestra una separación más por salud personal y porque simplemente no pudo ser. Todo cierra con un chico que no puede comprender su amor por Adèle, el cual hasta el final trata de seducirla. Claro reflejo de la muchas veces arrogancia del hombre heterosexual. Y mientras él espera la mirada cliché de deseo de parte de Adèle, ella sigue adelante, sin mirar atrás, para comenzar, una vez más, su nueva vida.