Apropósito de The Truman Show

Análizamos la gran película protagonizada por Jim Carrey, The Truman Show, su repercución en el presente y su potente mensaje.

Escrito por Miguel Camus

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En 1998 llegaba a los cines The Truman Show: La historia de una vida, película dirigida por Peter Weir ( La sociedad de los poetas muertos) y  protagonizada por Jim Carrey que en aquel entonces generó gran paranoia en los espectadores, pero, ¿cómo es verla en pleno 2020?.

The Truman Show nos cuenta la historia de Truman Burbank, quien sin saberlo, es el protagonista de un show de televisión sin igual en el mundo, pues este se trata del incesante registro en vivo de su vida, las 24 horas del día, durante toda su vida, por lo que tanto su ciudad como quienes le rodean, no son más que actores en un set gigantesco.

Bajo esta premisa puede parecernos que todo se apega demasiado a la ficción, sin embargo, a más de veinte años de su estreno, The Truman Show refleja de manera casi profética lo que hoy nuestra sociedad experimenta. 

Uno de los aspectos que hacen de esta película algo inolvidable es la enorme cantidad de temas que abarca, entre ellos la realidad, la libertad, y la existencia misma, evocando directamente a la alegoría de la caverna de Platón

A través del personaje de Truman, el cual como mencionamos anteriormente, es lo único genuino en su mundo, podemos identificarnos y sentirnos inmersos desde el principio en su rutina, pues, a pesar de ser el protagonista del show, paradójicamente, lo que le hace tan atractivo es ser un humano común y corriente, que se levanta por las mañanas a trabajar, en un empleo de salario promedio, cuyas metas no son más que pagar la hipoteca y ver crecer a sus hijos.

Podría decirse que es una vida completamente fuera de riesgos, salvo lo que se ha dictaminado imponer tras bambalinas, pues el frío y calculador antagonista de esta historia, Cristof, director y productor ejecutivo del show, se encargó de que Truman estuviera plagado de traumas desde pequeño, temiéndole a cualquier situación que lo pudiese motivar a salir del mundo perfecto, como viajar en un avión o navegar por el mar.

En este sentido, es tan sencillo como mirar alrededor para darse cuenta que la película actúa como una fuerte crítica a los medios de comunicación y la publicidad, los cuales están presentes desde los inicios de la formación y toda la vida humana, conduciéndoles a lo que podrían ser.

Otro gran acierto es la inclusión de la audiencia, la cual observa con morbo fielmente el show. A pesar de que un porcentaje de esta desaprueba totalmente el show y lo catalogan de inhumano, la forma en la que la vida de Truman es y ha sido controlada, estos no dejan de sentarse a mirar, y paradójicamente, al ver esta película, el espectador también es participe de ello.

En el apartado visual, algo que esta película hace muy bien es incomodar al espectador, el solo hecho de imaginar que en aquel inmenso set ficticio hay alrededor de cinco mil cámaras, resulta perturbador, este recurso se expresa perfectamente en el uso de planos desde los más recónditos ángulos, generando un contraste entre la pacífica estética de la Isla de Seahaven y la sensación de una mirada invasiva que no pestañea.

El final de esta obra es sencillamente maravilloso. La lucha de Truman por descubrir la verdad, por buscar la libertad, es representada perfectamente como lo que es renunciar a todo lo que se cree conocer, una mortal odisea en un mar tormentoso lleno de dudas, en el cual no hay más armas que la propia voluntad.

Es así que cuando Truman llega a la orilla y escala hacia la salida, Cristof regala un diálogo que pone en jaque una vez más al protagonista y a los espectadores, planteando que el mundo de allá fuera se compone de los mismos engaños y es incluso más peligroso, a lo que Truman responde despidiéndose para siempre de su audiencia, aceptando la advertencia y dejando en claro que tanto lo malo como lo bueno son parte de la realidad misma.

A la fecha The Truman Show se encuentra disponible en la plataforma de Netflix, ¿qué esperas para revivir o ver por primera vez este clásico? Dicho esto, buenos días buenas tardes y en caso de que no te vea, ¡buenas noches!