Los primeros minutos de algo que estás comenzando a ver son cruciales y, eso, “The Bear” como serie lo tiene muy claro. Desde un primer momento te atrapan desprevenido, la secuencia inicial es surreal, pero que de un momento regresas a la realidad: estamos en una cocina.
Plagada de sonidos y con un ritmo acelerado, te comienzan a imprimir el principal pulso que tendrá la propuesta, definida por esencia como agobiante. Pero hay una razón de esto y es que de forma necesaria tenemos que habitar el espacio de nuestro protagonista, incluso a un nivel psicológico. De esta manera comenzamos a presenciar una historia que se me hizo tremendamente adictiva.
The Bear te acerca a la experiencia de la cocina, al interior de un local pequeño y la realidad que se esconde detrás de “bambalinas”. Su sinopsis oficial dice lo siguiente: “Un joven chef procedente del mundo de la alta cocina, regresa a Chicago para llevar la tienda de sándwiches de su familia (The Original Beef Of Chicagoland)«
A partir de ahí, nos sumergimos en la vida del chef Carmen “Carmy” Berzatto, quien ha sufrido la reciente pérdida de un familiar. Carmy ahora trabaja alejado de la alta cocina y en el local de la familia conoce otra realidad. Aquí conoce a emblemáticos personajes como: Richie, Tina, Sydney, Marcus, compañeros de la cocina que desconocen la lógica sistemática que este reconocido chef maneja.
http://youtu.be/IgWhWRCF1EA
La presencia del chef Berzatto, se vuelve un elemento conflictivo. Puesto que en el restaurant “The Original Beef Of Chicagoland”, están acostumbrados a manejar el día a día de otra forma. La implementación de una nueva dinámica se complica, pero pese a fallar de entrada, las cosas van cambiando en el camino.
Es en este proceso en que vamos notando un elemento que yace bajo lo rutinario, hablo del procesamiento de una pérdida. La manera en que decides o no enfrentarla y eso en el estresante pulso diario de la cocina, parece no estarse viviendo como se debería.
¿Es una ayuda el procedimiento de cocinar o simplemente es un escape de la realidad?
Finalmente, por más que se busque eludir lo que está pasando en el ahora, no puedes escapar para siempre. Razón por la cual la serie nos acerca al esfuerzo colectivo que hay en las cocinas, existe una búsqueda por lograr un eco emocional en el espectador y lo logran, gracias a la intimidad o cercanía con los personajes.
Detrás de un plato de cocina, hay sangre, sudor y lágrimas. Quizás no suena tan lindo como debería o la imagen que se nos viene a la mente en esa analogía no es tan sabrosa, pero es precisamente ahí donde está la mayor fortaleza de la serie: en el proceso. Hay un contraste entre la riqueza del aprendizaje colectivo, el acercarse a los compañeros en un escenario que es completamente diferente a la lógica que domina la “alta cocina”. El cocinar, también puede ser una experiencia sanadora.
Efectivamente la cocina no es lo único que retrata la serie, tal como dije antes y rescatando el valor del “proceso”, hay un diálogo entre la forma en que se enfrenta el duelo, la manera en que se esquiva y el peso abrumador de estas situaciones afectando el diario vivir.
Jeremy Allen White como Carmen Berzatto.
Cada persona tiene su propia manera de lidiar con los hechos, Carmy (interpretado de manera increíble, por un sólido Jeremy Allen White) decide internarse en una dinámica que creemos busca desconectarlo con lo ocurrido de la forma más estresante posible, pero el “local de la familia” es un constante recordatorio de que alguien ya no está.
Existe nobleza en la intención de volver, el honrar la tradición familiar para mejorar el nivel del restaurante. Pero tomarse una pausa, procesar, confrontar que perdiste un familiar también es noble y ahí es donde la serie más te pega fuerte.
Ojo, que ya está anunciada para estrenarse en Starplus y ahora solamente falta saber en qué fecha llegará a esta parte del mundo. Pero por favor, no se pierdan este gran drama emocional que se cocina al dente que es de las mejores series del 2022.