Solanin de Inio Asano: Música, relaciones y jóvenes jugando a ser adultos

El mangaka Inio Asano nos entrega Solanin, historia que narra los sucesos de Meiko y Taneda, una pareja que busca su lugar en el mundo.

Escrito por Andrelo

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Solanin es un manga creado por Inio Asano y publicado entre el año 2005 y 2006 en Japón. La historia narra los sucesos de una pareja que vive en un departamento en Tokio, y que busca su lugar en el mundo. Debido a su éxito, se realizó una película el año 2010 bajo el mismo nombre.

El año era 2018. La cita era con el concierto “Dragon Ball Rock Sinfónico” con la orquesta de cámara de Nicolás Galaz y la banda nacional Inheres.

Ese fue el motivo por el que llegamos a la capital con mi hermano mayor, y como es tradición, pasamos por una que otra tienda de cómics para estar abastecidos en los tiempos libres.

Mirando por aquí y por allá, hice lo que algunos recomiendan nunca hacer: me guié y compré un libro sólo por su cubierta. En este caso, un manga. Y en su portada unos cabros sin muchas ganas y sus instrumentos en el piso. El resultado, amor a primera vista. Aunque para ser 90% honestos (como Cooper y Amelia) el manga no me lo compré yo, si no que fue un regalo de mi hermano, cual hermano grande que le compra un super8 a su hermano chico para que no lo hinche más.

De vuelta en mi natal y querido Osorno la misión era simple. Darle el bajo a la obra. Tarea más que fácil porque la historia te atrapa desde las primeras viñetas.

Y como siempre, antes del review vamos con un poco de contexto.

Solanin es un manga escrito y dibujado por el rostro de la depresión, don Inio Asano, mangaka responsable de la gran Nijigahara Holograph”, La chica a la orilla del mar”, “Oyasumi Punpun”, y varias joyitas más. La obra se serializó desde el año 2005 al 2006, logrando 28 capítulos y se recopiló en dos tomos. En España fue lanzado por la editorial Norma el año 2014 en una edición integral.

Fue tal el éxito del manga, que en el año 2010 se lanza la película basada en el cómic, protagonizada por Aoi Miyazaki y dirigida por Takahiro Miki. Si bien, la película es totalmente fiel al manga, creo que queda corta en la emotividad y desarrollo personal de los personajes. Pero eso ya es más bien algo personal, y si alguien quiere acercarse al mundo de Solanin por la película, bienvenido sea. Cabe destacar que, como toda adaptación nipona, el casting es maravilloso y los personajes son idénticos al manga.

El año 2017, producto del 10º aniversario del manga (aunque don Inio se atrasó, ya que debió salir el 2016), se lanza una nueva edición con un capítulo extra.

La verdad es que me gustaría describir y contarles la historia hoja por hoja, viñeta por viñeta. Pero es tan buena, que no quiero ser egoísta y quitarles el placer de leerla por ustedes mismos. Si alguien me cuenta que leyó Solanin por ver esta reseña, me sentiré más que pagado. Por lo anterior, sólo daré pinceladas superficiales.

El manga cuenta la historia de Meiko, una joven de 23 años que vive con su pololo Taneda, de la misma edad, en un departamento en Tokio. Ambos se conocieron en la universidad y llevan 6 años de relación, y hace un año que viven juntos. Meiko es una típica oficinista en una empresa que fabrica máquinas de oficina. Gana bastante bien lo que le ha permitido ahorrar y pagar el alquiler de su departamento. Por otra parte, Taneda, trabaja como ilustrador part-time en una empresa que trabaja para un periódico, donde no gana mucho, pero aporta algo a los gastos de Meiko.

A diferencia de cuando se conocieron, donde el miedo se fundía con la excitación de lo nuevo, ahora ambos están viviendo una vida insípida, sin objetivos claros, llevados por esa corriente que te toma cuando decides convertirte en adulto. No la pasan mal, pero algo falta. ¿Acaso no es esa la edad donde deberías estar haciendo algo realmente genial con tu vida?

Por suerte, tienen un pequeño bálsamo en su vida. Cada tanto (como 2 veces por mes) se juntan con su grupo de amigos de la universidad, con los que además Taneda tiene su grupo de música; Billy -baterista- de 24 años que trabaja en la farmacia de su padre, Kato -bajista-, que es el único que aún sigue en la universidad, y el mismo Taneda que canta y toca guitarra. Para completar la pandilla está la polola de Kato, Ai, quien además es amiga y confidente de Meiko.

Después de un día horrible en el trabajo, y con el miedo de convertirse en una trabajadora autómata, Meiko llega al departamento y en tono de broma (y medio verdad) le dice a Taneda que quiere dejar el trabajo. Taneda le dice que si es lo que realmente quiere, que lo haga, que ya se las arreglarán, que aunque el futuro se ponga negro, que aunque lleguen al mismo abismo, siempre estarán juntos y se las apañarán de alguna manera. Ese mismo día Meiko entregó su carta de renuncia.

Por fin, Meiko comienza su nueva vida, pero después de una semana de “libertad” se da cuenta que la libertad sin un objetivo es aburrida, y que los días pasan uno tras de otro sin más. Además, sus ahorros sólo le permitirán seguir viviendo bien por un año. Por lo que su tiempo de crisis y reinvención tiene fecha de caducidad.

Pasan los días, y en una conversación que tiene Meiko con su amiga Ai, ella le pregunta si en realidad no habrá dejado el trabajo para empujar a Taneda a hacer algo más con su vida y su trabajo. Y que, si así fuese, que se sincere con él, porque estando preocupado no se toman buenas decisiones.

De vuelta en casa Meiko le pregunta a Taneda por qué no se dedica de verdad a la música y a la banda. Él le responde que no tiene el talento para ir en serio. Meiko se enoja y le dice que él lo que en realidad tiene es miedo a las críticas. Acaban peleando y Taneda se va del departamento.

Por todo lo anterior, Taneda decide ir en serio. Tan en serio que también decide dejar su trabajo. El plan es grabar un disco con la banda y enviarla por correo a todas las discográficas que busquen demos de bandas nuevas, y ver qué pasa.

El miedo y la incertidumbre se apoderan de Meiko. Taneda le dice que se jugará el todo por el todo, y que, si en un mes no hay respuesta de alguna discográfica, la banda se disuelve.

Es el último ensayo de la banda antes de grabar el demo y mandarlo. La última canción que ensayan es SOLANIN.

Meiko, con todo el peso en sus hombros por sentirse responsable de lo que está pasando mira a su enamorado.

Es el todo o nada. La banda Rotti envía su disco demo Solanin.

Y así, amigos, comienza y sigue el manga Solanin. Creo que me extendí un poco más de lo pensado. Esos fueron los primeros 9 capítulos de la historia, y aun quedan 19.

El maestro Inio Asano, con delicadeza y contundencia, nos grafica el deseo de encontrar nuestro lugar en el mundo. O más que eso, el miedo a encontrarse a uno mismo y encontrarse con la realidad.

Preguntas como “¿estaremos a tiempo de hacer algo?”, “¿tengo lo necesario para hacer algo más o simplemente soy alguien más del montón?”. Evidentemente no nos hacemos más jóvenes, quizás el tiempo de hacer algo es ahora. Y si así fuese, ¿dejaríamos lo “seguro” por lanzarnos sin paracaídas? Y si al final de todo no resulta, ¿qué se hace después?

Les comento queridos lectores que, después de terminar el manga, quedé con más depresión que Shinji Ikari. Por lo mismo, les recomiendo que lo lean. Si pueden comprenlo, sino, una rápida búsqueda en google los llevará a leerlo online en excelente calidad (aunque con algunas faltas de ortografía, como se habrán dado cuenta en algunas viñetas).

Por último, les dejo un video de la película, donde Rotti sale tocando el tema Solanin. Aunque con Meiko como guitarrista y vocalista en vez de Taneda. ¿Por qué?, lean y verán.

Y ahora si que lo último:

¿Accidente o suicidio?

Nos leemos luego.