¡Finalmente ha llegado! El pasado jueves 3 de agosto se estrenó por fin, tras 25 años, la continuación del animé de Slam Dunk en una película que hizo que cada segundo de esa espera haya valido la pena.
Créanos, no exageramos al decir que cada día, desde que se terminó el anime de forma abrupta, valió la pena para ver este resultado, porque la película toma lo mejor del anime y de su manga para llevarlo a un nuevo nivel de narración, animación y dirección, todo de la mano de su santo creador Takehiko Inoue, un iniciante en lo que se refiere a la dirección de anime, pero que se siente como todo un veterano en el campo, ya que cada aspecto de la cinta, lo logra manejar como un verdadero experto, desde lo técnico, hasta la historia (aunque en esto último sí era un experto).
The First Slam Dunk toma lugar en el legendario partido entre nuestro querido Shohoku y el gigante del basquetbol estudiantil japonés, multicampeón y campeón invicto en el último campeonato: el equipo de Sannoh. Aunque, por otra parte, también usa de excusa este partido, quizás el más importante de toda la serie, para mostrarnos y contarnos la vida del real protagonista de esta película: Ryota Miyagi. Aquí conoceremos su pasado, su tragedia, el duelo que lo atormenta, el legado que toma, la relación con su familia y cómo todo esto lo define como el jugador que conocemos en Shohoku.
Y puede que este sea el mayor valor de Inoue como narrador y creador, ya que cada situación que se establece en la cinta está perfectamente contada y narrada con una precisión que sólo se puede ver afectada por una bajada de ritmo cada vez que el partido se ponía emocionante y volvíamos a un flashback, pero que, a su vez, nos servía para entender las consecuencias que veríamos a continuación, lo que justificaba perfectamente el quiebre.
Por otro lado, las dinámicas del equipo siguen exactamente iguales a las que vimos por última vez, sintiéndose tan frescas como siempre, recordándonos por qué queremos tanto a cada uno de ellos. Así que tranquilos, que aunque el protagonista sea otro, cada uno de los miembros de Shohoku tiene un momento para brillar. De hecho, cada vez que Hanamishi entra en escena, su sola presencia hace que se robe las miradas y nuestras risas. Rukawa superándose más allá de sus límites, pero no de la forma en que él creía que lo haría.
Volviendo al punto anterior, el pasado de Miyagi se cruza con dos protagonistas más, como lo son Akagi, con quien, a pesar de tener diferencias, lograron aunar su pasión para finalmente entenderse dentro de la cancha y nuestro delincuente favorito (y mejor personaje del anime/manga), Mitsui (el 14 de los rojos es un crack) con quien… bueno, no hace falta profundizar si vieron el anime.
Sobre esto mismo, es necesario haber visto el anime o leído el manga para ver The First Slam Dunk, ya que no entrega ninguna concesión para entrar en la historia, no introduce a nadie y el partido que se está jugando no tiene un contexto más allá del partido mismo. Por lo tanto, un espectador casual puede confundirse y estar algo perdido al comienzo, ¡PERO! la narrativa, las dinámicas entre los personajes y el partido en sí, es tan bueno que puede que esa misma persona, sin saber nada, quede mucho más interesado en profundizar todavía más y ver el anime o leer el manga.
En sus aspectos técnicos, como dijimos anteriormente, es un avance en relación con lo que vimos en el anime. La animación es extraordinariamente fluida, tanto que en ciertos momentos sí parecen movimientos reales e incluso, llegan a crear secuencias de jugadas en tiempo real que logran transportarnos a un partido digno de la NBA. La animación está acompañada por diseños y texturas en elementos y objetos, como los uniformes y los balones, que se sienten tan reales que, a través de la pantalla, podríamos tocarlos y botearlos.
Y hablando de sonido, el diseño sonoro de la película es alucinante, cada bote de esa pelota retumba en la sala de cine y no es raro encontrarte haciendo el gesto de golpear la pelota contra el piso en repetidas ocasiones, al ritmo del partido. Aunque la joya se la lleva aquella última jugada, donde la narración visual cobra toda la relevancia y el sonido sirve para quebrar esa tensión que se viene construyendo desde el primer capítulo del anime, con una celebración tan satisfactoria que nos lleva a gritar junto a las otras personas con las que compartimos el espacio. Por último, y por si alguien se lo pregunta, el doblaje está tan bien como en los noventa, rescatando casi todas las voces y reemplazando perfectamente bien a quienes ya no volvieron, también adaptando y actualizando chistes y apodos que, por el rigor de los tiempos, era necesario cambiar.
The First Slam Dunk es un canto a la vida, un canto al amor… es un canto a lo que siempre fue una serie que se centraba en sus personajes, en hacerlos crecer, en que aprendan sus lecciones de vida y mejorar como personas. Slam Dunk nunca se trató de ganar el partido de turno o de ganar el campeonato nacional, se trataba de sacar lo mejor de cada uno en pro de un ideal y con ello, sacar lo mejor de los demás (mmm Ted Lasso feels), siendo que todos cargan con un pasado que les puede doler, juntos, pudieron mejorar inspirándose en otros e inspirando a otros, desde el profe Ansai, hasta Mitsui. O como el rival en esta película, que finalmente aprendió la lección por la que tanto pidió. Es como la vida misma ¿no?
The First Slam Dunk está disponible en cines a lo largo del país, es para todo público, así que vayan preparando sus gritos y cantos de barra brava como ¡VAMOS SHOHOKUUUUUUU!¡VAMOS SHOHOKU! ¡NO SE RINDAAAAN!