Reseña: La taberna de Innsmouth

En este segundo tomo de la antología, volveremos a La taberna de Innsmouth, donde seremos testigos de las historias más indescriptibles.

Escrito por Pía Marian

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Lanzado en 2019 por Cathartes Ediciones, el segundo tomo de La taberna de Innsmouth vuelve a traer una serie de diversos relatos en honor al maestro de Providence.

Aunque la mayor parte de sus autores son chilenos, se pueden encontrar algunos que provienen de diferentes países, dando variedad a la antología, pero al mismo tiempo entregando un sabor local. 

Una pequeña parada

Antes de continuar, es necesario poner énfasis en un detalle bastante importante: Lovecraft es un autor muy engañoso para adaptar al medio moderno.

Por una parte, el nihilismo, el enfoque en la ciencia, el temor a todo aquello que no puede explicarse incluso con todo el conocimiento disponible y lo pequeños que son los humanos en el cosmos; todos estos son temas que encajan perfectamente con tiempos actuales. Caso contrario con su prosa cargada de adjetivos (muy propia del pulp) y su exagerado temor a las culturas asiáticas y africanas 

Actualizar el horror cósmico implica analizar su obra, la de su círculo y comprender cuáles son los tropos que continúan haciéndola funcionar. Todo esto mientras se intenta no permanecer en la superficie. 

Un pequeño problema

Lo anterior sirve para identificar el punto más flaco de esta antología: sus peores relatos son los que pecan de copiar a rajatabla cada de los elementos que conforman la obra de Lovecraft sin ofrecer novedad.

Esto no hace que sean malos -no hay ningún trabajo dentro de la obra que pueda considerarse realmente malo- pero si el lector es asiduo al trabajo del maestro, tendrá poco interés en ellos.

Otro problema llega a ser el abuso de referencias directas a su obra en algunos casos, como si determinados relatos no pudieran sostenerse por sí mismos sin la complicidad de un lector familiarizado con el tema. 

Una mayoría indescriptible

Sin embargo, la mayor parte del material contenido en la antología sí procura experimentar con los elementos conocidos: darle voz a los seres monstruosos que se hayan dispersos por sus páginas, poner al lector en la piel de cultistas en lugar de víctimas coincidentes, mezclar el horror cósmico con algo de bodyhorror o incluso la comedia son bocanadas de aire fresco para quienes tengan al escritor más que revisado

 A esto se le suma un acierto bastante grande: cada una de estas historias es corta e incluso las que utilizan un lenguaje más rebuscado son fáciles de leer. Esto genera una interesante metanarrativa dentro de la misma antología, pues el lector se halla en una taberna, atento a los rumores contados por labios borrachos. 

Otro punto fuerte es que, a pesar de que para el emisor de esta nota es un problema, las referencias directas a la obra de Lovecraft son un enganche bastante grande para aquel que desconozca al autor. En este sentido, el libro funciona como una excelente introducción al horror cósmico. 

Finalmente, que posea distintos formatos (cuentos cortos, poemas y cómic) hace que el libro ofrezca una variedad interesante respecto a cómo se rinde tributo desde varias disciplinas.

Otra cerveza, por favor

Me devoré La taberna de Innsmouth, creo que tardé solo un par de tardes en terminarlo y mi única molestia cuando di vuelta la última página fue que necesitaba más. Como se podrá evidenciar en algunas de mis notas, profeso un amor enorme por la obra del autor 

Si tengo que destacar a mis favoritos, estos son Nautilius de Braulo Torres Ruiz y Memento Nasci de Patricio Alfonso; los motivos deben quedar en secreto porque implicaría spoiler, pero ambos le dieron un giro interesante al cinismo propio de quienes tenemos algo más que visto.

Pero incluso las obras que, desde mi punto de vista, eran demasiado similares a Lovecraft tuvieron la capacidad de darme un sabor familiar lo bastante grande para disfrutarlos.

En resumen, esta es una excelente antología para fans y no fans del género. Al menos yo, espero impaciente volver a la taberna por una copa.