Buscando historias o relatos alejados de las grandes casas editoriales, como Marvel o DC, me encontré de frente con Klaus, una historia que nos cuenta el origen del Viejito Pascuero, llevado de la mano por el revolucionario Grant Morrison, el calvo mayormente conocido por su estadía en Batman y La liga de la justicia, además de varios eventos en DC Cómics.
Como buen ñoño, he leído bastante de las series realizadas por el escocés y sabía, de antemano, que esta aventura alejada del ámbito superheroico sería, cuando menos, interesante.
Sobre el dibujante costarricense, Dan Mora, poco y nada sabía, sin embargo, sus dibujos en esta serie de 7 números me dejaron más que satisfecho. Además, gracias a las obras Klaus y Hexed (Boom! Studios) recibió en el año 2016 el premio “Russ Manning Promising Newcomer Award”, un premio no menor por una obra poco conocida.
Grant Morrison nos muestra una faceta alejada de las grandes editoriales, donde imagino, tuvo aún más libertad a la hora de escribir una historia a su gusto. La vuelta del origen del Santa «Klaus» viene con algunos toques vikingos, militares y la infaltable cuota de misticismo mágico, en este caso más chamánico, que el mago Morrison nos ofrece, contando con sus típicas salidas psicodélicas.
Grimsvig
El desarrollo de la historia se lleva a cabo en la ciudad de Grimsvig, regida por el tirano Barón Magnus, su dulce esposa Dagmar y su hijo pequeño, Jonas. Desde el inicio, Grimsvig, se nos muestra como una ciudad fría, triste, amargada, con sus hombres esclavizados trabajando hasta la muerte en las minas de carbón. La felicidad resulta ser sólo un lujo, concentrado únicamente en Jonas, por petición de Lord Magnus. Por lo tanto, cualquier muestra de felicidad resulta ser sancionada por la guardia de la ciudad. Todo lo contrario a lo que fue en su mejor momento, cuando el barón Alrik, padre de Dagmar, regía la ciudad.
Es en este contexto en que aparece Klaus, en plenas festividades de Yule, una fiesta que antaño era el júbilo de la ciudad y que ahora no es más que un anhelado recuerdo, dándose cuenta poco a poco del terrible mal que acecha a la ciudad.
Pero ¿quién es Klaus?
Por medio de flashbacks y a medida que avanza el relato, conoceremos la historia de Klaus, un huérfano adoptado en extrañas circunstancias por el barón Alrik, que rápidamente se volvió el favorito del barón y mejor amigo de Dagmar, su hija. Ya siendo adulto, se convierte en el Capitán de la guardia de Grimsvig. Sin embargo, los celos de Magnus le jugaron una mala pasada. Inculpado por el asesinato de Alrik, Klaus fue sometido y dejado a su suerte en las afueras de la ciudad. Pese a ello, sobrevivió gracias a una loba salvaje, a quién bautizó como Lilli, volviéndose su mejor amiga, con quién tiene un lazo muy especial.
Fantasías y demonios
Klaus, al ser desterrado de Grimsvig y haber sobrevivido, se volvió un ermitaño salvaje, ubicando su hogar en lo profundo de los bosques, donde, por medio de sonatas y hierbas, generó un vínculo mágico con seres de luz del bosque.
Por su parte, el barón Magnus, al ser egoísta y ansioso de poder, estudió las artes oscuras y sometió a todo el pueblo con el fin de invocar un demonio que le daría poder absoluto sobre la ciudad y luego sobre el reino. Producto de esto fue perdiendo la cordura volviéndose un ser terrible.
Al darse cuenta del abuso que sus antiguos compañeros de armas ejercían sobre el pueblo, Klaus decidió hacer un cambio. Armándose de valor y con ayuda de los espíritus del bosque, comienza su aventura para derrocar el mal de la ciudad y, de alguna manera, devolver la felicidad que tiempo atrás le fue arrebatada.
Una historia épica, para mi gusto bastante corta, que sin dudas se vuelve un recomendado esencial en tu biblioteca. Morrison logra su cometido, mezclando elementos vikingos y chamánicos, sumado al magnifico trazo del Dan Mora, se convierte en una obra de arte muy entretenida y única.
En resumen, Klaus nos presenta una reinvención sobre el origen del Viejito Pascuero en un relato lleno de fantasía donde encontraremos magia, demonios y la lucha constante por la recuperación de lo que en antaño fue una alegre ciudad.
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