Reseña: Franklin

Lanzado por Aurea Ediciones, Franklin, de Aarón Abarca, llevará al lector a una peligrosa ciudad llena de crimen y misterios sobrenaturales.

Escrito por Pía Marian

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Publicado en abril de este año, Franklin es la cuarta novela del escritor Aarón Abarca y la primera de su autoría sacada por Áurea Ediciones.

La trama llevará al lector a la ciudad de Franklin, una urbe llena de pandillas, mafiosos, asesinos, ladrones y otro tipo de criminales que pondrán a Víctor, un joven recién graduado de la academia de policías, en más de un aprieto.

Caos, muerte, destrucción y ¿momias?

A pesar de que la trama pueda parecer trillada en primera instancia, logra dar un aire bastante fresco al mezclar conflictos policiales con sobrenaturales. La seguidilla de hechos irá avanzando hasta volverse un coctel de molotov que parece estallar en cualquier momento.

Esto hace que el lector nunca tenga tiempo de aburrirse, puesto que apenas se relaja un poco aparece otro problema a la vuelta de la esquina que merece su atención y todo escala hasta niveles impresionantes es un parpadeo.

Esto último, a pesar de ser uno de sus puntos fuertes, también es su principal problema. La trama se mueve a tal velocidad que su conclusión se siente algo apresurada, pero no por ello poco satisfactoria.

El novato, los compis y los chicos malos

Víctor, la pobre alma en desgracia que tuvo la pésima idea de llegar a la ciudad de Franklin, es un protagonista poco común en este tipo de historias. Aunque en primera instancia parece el típico “chico bueno”, su sentido de la justicia proviene más de un carácter egocéntrico que otra cosa. A esto se le suma una personalidad impulsiva y arrebatos de agresividad bastante graves.

Los personajes secundarios son bastante variopintos, desde un detective veterano que hace de mentor para Víctor de nombre Alexander; otra policía corrupta con problemas con las drogas llamada Isabella y -favorita personal- la comisionada Mia. Entre otros. 

A esto se les suman pandillas que están bastante bien definidas y cuyos líderes llegan a tener momentos interesantes. Por su parte, tanto Oscar como don Pablo son criminales cuya presencia inquieta bastante al lector. 

Todos ellos aportan de alguna forma a la trama y, a pesar de que ningún secundario tiene tanto tiempo en pantalla -una consecuencia lógica de tener un plantel de personajes tan grande en un libro tan corto- están bien caracterizados debido al talento del autor para hacer descripciones concisas pero sustanciosas y sus trasfondos son interesantes. 

Bienvenido a la ciudad del pecado

Un detalle interesante que se cuenta en la solapa es que Aarón Abarca trabaja en uno de los barrios más peligrosos de Santiago y esto se nota bastante en la caracterización de Franklin.

Las calles peladas, sucias y llenas de graffitis; la ausencia de áreas verdes u otros detalles como el mal estado de las veredas son pequeñas cosas que recuerdan mucho a una población real. Las descripciones de los edificios con sus paredes extremadamente delgadas, el hacinamiento en espacios pequeños e incluso los colores usados también ayudan mucho al sentimiento de que esta historia está ocurriendo en alguna parte de Chile.

En contraste, se nota la parte de Pablo Madrid en las partes donde se mencionan los sitios más “acomodados” de la ciudad, especialmente en lo que respecta a las calles y parques que podrán recordar a zonas de más dinero dentro de Santiago.

Conclusión 

Franklin es el más grande “vine por cobre y encontré oro” que he tenido en mucho tiempo. Como fan de Sin City y Black Lagoon, el título llamó mi atención y solo esperaba otro refrito con la misma temática, lleno de acción y una historia que quizás tuviera uno que otro chispazo de crítica social o reflexión; pero no era obligatorio. 

En su lugar, me encontré con una novela que se las arregla para sentirse fresca, con una buena caracterización de personajes y conflictos que van desde lo humano a lo sobrenatural, así que se siente bastante diferente a las dos obras mencionadas.

Mi única queja real es su longitud. Sí, Abarca es muy bueno usando la descripción, pero su libro tiene un plantel de personajes tan llamativo que me hubiera gustado verlos interactuar más a través de sus voces en lugar de la voz del narrador, pero el final me da esperanzas de una segunda parte.

Aunque, si me doy la libertad de ponerme quisquillosa, creo que la contraportada le hace un flaco favor al libro, dado que hace spoiler de muchos giros bastante interesantes que hay dentro de la otra, incluso avanzada la misma. 

Fuera de eso, disfruté mucho la lectura y espero, de todo corazón, que Abarca se anime a llevarnos nuevamente a Franklin.