Reseña a Renature: Un paseo por el parque

En esta reseña hablamos de Renature, un juego hermoso y sencillo, pero que te hará querer jugar siempre una partida más

Escrito por Daniel Orellana

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Cada año están más de moda las miniaturas en los juegos de mesa. A veces parece que los juegos deben venir acompañados de cientos de figuritas de plástico, rompiendo la delgada línea entre juego y juguete. Por suerte, hay juegos como Renature que nos recuerdan que un juego simple, hecho con cariño, tiene todo para triunfar, y en esta reseña te contamos todo de él.

Renature es el resultado de la colaboración entre 2 titanes de la industria: Michael Kiesling (creador de la exitosa saga de juegos Azul) y Wolfgang Kramer (creador de El Grande, un clásico de los juegos de control de área). En Renature, entre 2 y 4 jugadores trabajan en la reforestación de un valle. Para esto, irán colocando fichas de dominó a lo largo del río, a medida que también plantan arboles y arbustos por el camino. Todo esto, con el fin de ser la persona con más puntos al final de la partida.

Renature tablero
2-4 jugadores / 45-60 min / 8+ Edad

Lo mejor de dos mundos

Renature combina toda la sabiduría de sus 2 diseñadores, mezclando hábilmente la colocación de losetas y el control de área. Veamos cómo funciona.

Cada jugador cuenta con una serie de plantas y árboles, los cuales van de tamaño 1 a 4, además de un par fichas neutrales. Además, se parte con 6 nubes, las cuales podremos usar en momentos claves de la partida. Durante su turno, el jugador activo deberá escoger entre 3 dominós posibles para colocar 1 en el río del tablero. Su colocación deberá seguir la regla tradicional de colocación de un dominó (debe coincidir el animal entre las fichas en contacto). Luego, si así lo desea, podrá colocar una de sus plantas (o 1 neutral) en las zonas cercanas al dominó recién jugado.

Hay varios motivos para querer jugar una planta: se gana 1 punto por cada planta en ese territorio de tamaño igual o inferior a la que jugamos. Pero más importante, cuando la zona este completamente rodeada de dominós la persona que tenga más influencia (valor de sus plantas) en ella se llevara el puntaje mayor del área, y la segunda persona el menor.

Renature zoom

Finalmente, contaremos con las nubes, las cuales permiten tomar acciones bonus durante la partida. 2 nubes permiten cambiar la pinta comodín, abriendo más posibilidades para de colocación de los dominós. 3 nubes permitirán jugar inmediatamente otro turno. Y entre 1 y 4 nubes permitirán recuperar una ficha ya colocada (propia o neutral) del tablero y devolverla a la reserva. Estas poderosas acciones pueden dar vuelta la partida si se juegan en el momento preciso, pero cada nube no gastada entrega puntos al final de la partida.

El juego ira así, con los jugadores colocando dominós y disputando los distintos terrenos hasta que todo el mundo haya agotado sus fichas. En ese momento, se contabilizan los puntos ganados hasta el momento. A eso se suman los puntos por nubes no utilizadas, los puntos por fichas de control conseguidas por cerrar las zonas, y se restaran puntos por cada planta aún sin colocar. Quien tenga más puntos será ganador de la partida.

Más despiadado de lo que parece

Hasta ahí el juego parece bastante sencillo y amigable, y la temática refuerza esta idea. Estamos colaborando para reforestar el valle, trabajando en equipo con los dominós de animales para poblar el lugar. Sin embargo, un par de vueltas en las reglas vuelven a este juego una feroz competencia por los puntos.

El gran “twist” de Renature es que cuando las zonas puntúan, los jugadores que estén empatados en influencia se anulan mutuamente. Y aun más, las fichas neutrales cuentan como un jugador aparte en la puntuación. Así, con un poco de astucia, puedes llevarte un mar de puntos con mínimo esfuerzo. Si en una zona el jugador azul tiene 4 puntos de influencia, el jugador blanco tiene 2 y el jugador neutral tiene 4, tanto neutral como azul se anulan mutuamente. Esto no solo significa que el jugador blanco tiene más influencia en esa zona. Aún mejor: el jugador blanco es el único con influencia en esa zona, llevándose todos los puntos.

Renature blanco y negro

De esta manera, Renature es un delicado juego de control de área, donde analizarás como sacar el mejor provecho de cada una de tus plantas y arbustos. El juego te motiva a colocar tus fichas (pues te restan puntos al final), pero su colocación debe ser precisa, jugando con los planes de tus rivales. Y si además usas las nubes para recuperar las fichas neutrales (incluso si no la colocaste tu), la cantidad de sorpresas y giros es inimaginable.

La colocación de dominós también trae sorpresas. Cada dominó es único en la bolsa y solo pueden ser colocados en la zona de río del tablero. De esta manera, viendo que fichas ya hay en juego puedes bloquear algunas rutas, colocando fichas que sean imposibles de jugar por tu oponente sin gastar sus preciadas nubes cambiando el comodín. Jugando sabiamente, puedes ganar el control de una zona con 1 pequeño arbusto, simplemente por haber jugado dominós que nadie más tiene para colocar. Y si la presión lo amerita, siempre puedes ocupar tus nubes para jugar un turno extra, permitiéndote colocar 2 dominós seguidos y asegurando el control de una valiosa zona.

Renature es así un juego con varias capas. Por un lado tienes el tejido de plantas y arbustos, cada uno luchando en sus zonas por el control de los puntos. Por otro lado están los dominós, cuya presencia señala las zonas más importantes del tablero, destacando inmediatamente donde están más interesados los jugadores. Y finalmente están las nubes, el preciado y escaso recurso que te permite recuperar tus plantas para cambiarlas de zona (incluso después que una zona ya puntuó), tomar turnos extras o cambiar el comodín. Todo para que nunca puedas estar tranquilo en tu asiento.

Renature nubes

Un goce para la vista y el tacto

Las múltiples capas de Renature se evidencian no solo en las mecánicas del juego, sino también destacan en la calidad y belleza de sus materiales. Las fichas de dominó son grandes y contundentes, con bellas ilustraciones de animales. Colocarlas en el tablero tiene toda la satisfacción del mundo, a medida que marcas el ritmo de la partida con cada movimiento. Y es hermoso ver como avanza el tablero del juego, como un verdadero río que se derrama por el valle dominó tras dominó. Las plantas y arboles también permiten ver claramente el estado de la partida en todo momento, con los grandes arboles asomándose por el río de fichas. Que estén hechos en madera no les resta ni un gramo a su belleza, y el imponente roble no tiene nada que envidiarles a las más grandes miniaturas de Ankh o Scythe.

El tablero también es parte de este cuidado trabajo estético, con un florido marcador de puntos que rodea el espacio de juego. Los colores otoñales dominan el cálido espacio, a pesar de la fiera competencia. E incluso en el reverso del tablero viene la ilustración de la caja, un detalle innecesario pero que muestra la preocupación a cada aspecto de este juego, por más mínimo que sea.

Renature en progreso

Antes de salir, echar agua y bloqueador

Renature tiene todos los elementos para convertirse en un clásico de los juegos de mesa. Su mecánica base ocupa un sistema tan conocido como el dominó. Sus elementos son fáciles de entender y aplicar. Y sus vueltas y sorpresas aseguran que todas las partidas serán distintas, permitiendo volver a este valle una y otra vez para descubrir nuevas jugadas. Sin duda, un paseo al que no puedes faltar.