Nabokov y la cancelación: en defensa de Lolita

¿Realmente el autor merece la cancelación por la controversial novela "Lolita" o ha sido solo una mala interpretación de su más grande obra?

Escrito por Conejo Lector

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El año pasado se hizo una serie de acusaciones a muchas personas por abuso sexual, acoso, etc. Y aunque varias de estas “funas” fueron hechas a hombres, también hubo mujeres que fueron canceladas por ser acosadoras y agresoras. Hoy en día, si bien el apogeo ya no es tanto, estos posts aún continúan en redes sociales.

«Y allí está ella, perdida entre todos, royendo un lápiz, detestada por los maestros, con los ojos de todos los muchachos fijos en su pelo y en su cuello, mi Lolita.»

Portada más conocida de la Novela

Pero eso no es lo que nos trae aquí hoy, ¿verdad? Lo que nos trae aquí hoy es un poco más complejo.

Uno de los posts que se viralizó mucho, fue una cancelación masiva a escritores como Neruda (por abandono a una hija y violación a una mujer), J.K. Rowling (por comentarios Transfóbicos), entre otros que no causaron un impacto tan grande. Uno de ellos fue Vladimir Nabokov, tachándolo de inmoral por su libro Lolita.

Esta historia ha sido un producto que tuvo un enorme impacto cultural, pero que, a pesar de es bastante cuestionable e inmoral, ha sido romantizado de distintas formas a lo largo de los años. Pero, ¿a qué se debió esto?

Arriba: Sue Lyon como «Lolita» bajo la dirección de Stanley Kubrick. Abajo: Dominique Swain bajo la dirección de Adrian Lyne

La mirada del pederasta

Humbert, el protagonista de unos 40 años nos cuenta un poco de su pasado, y un “gusto personal” que no es normal y mucho menos moral. Sin embargo, dice no tener culpa de esto, sino que culpa a seres llamados “Nínfulas”, las cuales son niñas, cuya edad varía entre los 10 y los 13 años.

Un día, él se muda a Estados Unidos y conoce a Charlotte Haze, una viuda que está arrendando un cuarto de su casa para ganar algo de dinero, y a Lolita, su hija de doce años, la cual nombra como la “Nínfula” más hermosa que había visto, “enamorándose” de ella casi al instante. Y su viaje es cómo intenta hacer hasta lo imposible para aplacar sus deseos de estar con ella, en especial físicamente, con abusos, o en su imaginación.

El creador y su creación

No es de extrañar que la gente quiera cancelar al aclamado escritor por una trama de esta índole. Para empezar, es muy, muy descriptiva, y no porque sea erótica en varias partes, sino porque es un hombre de cuarenta años con una niña de doce, y lo que está pasando llega a provocar que se revuelva el estómago.

Sin embargo, no porque el protagonista sea de esta forma, significa que el autor lo sea. Y esto se demuestra en muchas partes, tanto del libro como de entrevistas que se le hicieron a Vladimir Nabokov en su momento.

Las siguientes palabras de hecho, fueron dichas por el mismo autor, en una de sus entrevistas.

Lolita no es una niña perversa. Es una pobre niña que corrompen, y cuyos sentidos nunca llegan a despertar bajo las caricias del inmundo señor Humbert a quien una vez pregunta: ‘¿Siempre viviremos así, haciendo toda clase de porquerías en camas de hotel?’

Respondiendo a su pregunta, no. Su éxito no me molesta. […] El problema es la tonta degradación que el personaje de la nínfula que yo inventé en 1955 ha sufrido entre el gran público. No solo la perversidad de la pobre criatura fue grotescamente exagerada, sino el aspecto físico, la edad, todo fue modificado por ilustraciones en publicaciones extranjeras. […] En realidad Lolita es una niña de doce años, mientras que Mr. Humbert es un hombre maduro. […] Fuera de la mirada maníaca de Mr. Humbert no hay nínfula. Lolita la nínfula solo existe a través de la obsesión que destruye a Humbert. Este es un aspecto esencial de un libro singular que ha sido falseado por una popularidad artificiosa.”

Interpretación de los medios y del lector

La verdad sea dicha, cuando hablamos de Lolita, lo primero que se viene a la mente es una historia de amor, y esto se debe, en parte, a como los mismos medios se han referido a la obra. En páginas como Amazon, o en plataformas para descargar el libro, aparece como una historia romántica, cuando no lo es.

Pero también puede deberse a que, de hecho, la historia está tan bien narrada que, a primera vista, sí pareciera que Humbert está sufriendo de amor, y no de una filia. Y es que un pederasta puede llegar a convencerte que lo que está pasando no es su culpa, sino que quien lo provoca es la víctima. Incluso esta puede llegar a sentirse culpable por lo que le ocurrió, desarrollando ciertos trastornos.

Pero para esto, hay que entender ciertos patrones que se repiten en este tipo de casos, y que se van ejemplificando a lo largo del escrito, por ejemplo:

  • La descripción de un niño/niña como objeto sexual.
  • La imaginación que ha tenido con otros niños, o en el caso de Humbert, con otras niñas que se le han acercado, y no solo con Lolita.
  • Contradecirse: Mencionar que primero es un gusto culposo, luego un gusto personal, para luego decir que no puede controlar sus instintos y sus deseos.
  • Abogar siempre a su físico, su carisma y sus cualidades positivas para señalar que no es su culpa, aun cuando esto solo reafirma las intenciones del agresor/a.

Una de las cosas que nunca quedan implícitas dentro de la novela, es el punto de vista de Lolita. Por lo general, siempre la vemos como si ella quisiera realmente estar con Humbert, como si le gustara realmente su actuar. La historia está contada de tal forma, que te llega a dar esa sensación. De que ambos están enamorados y lo que comparten va mucho más allá.

Dominique Swain y Jeremy Irons como Lolita y Humbert

Sin embargo, debemos recordar algo primordial. Esta historia está narrada desde el punto de vista de Humbert y él ya había tenido este tipo de fantasías con otras “Nínfulas”, solo que nunca las había llevado a cabo; mientras que, con Lolita, sí pudo hacerlo debido a las circunstancias que van pasando a lo largo de la novela. Nunca llegamos a leer los reales pensamientos de Lo, ni cuál es su verdadero actuar respecto al protagonista, y esa es la pregunta que deberíamos hacernos durante la novela.

Conclusión

Nabokov no es el culpable de una novela que te muestra un punto de vista demasiado fuerte, y que te puede llegar a convencer de su inocencia con las palabras adecuadas. Tiene que ver con cómo un lector se deja influenciar con un testimonio ficticio que, de hecho, realmente pasa todos los días y que fue normalizado en distintas épocas de nuestra sociedad.

En sí, la culpa puede ser de los medios de comunicación al trasformar una historia de pederasta en romance, y mostrar a la víctima como la villana, en vez de mostrar al verdadero antagonista de esta historia.