Kung Fu Panda como saga Wuxia

Aunque el cine Wuxia no existe en occidente, la franquicia de Kung Fu Panda funciona como una gran épica de artes marciales.

Escrito por Pía Marian

Comiqueros.cl » Cine y televisión » Kung Fu Panda como saga Wuxia

Advertencia: la siguiente revisión asume que haz visto la trilogía de Kung Fu Panda.

Una crítica que se le ha hecho al live action de Mulán es que intenta, sin éxito, rendir tributo al cine Wuxia, género casi exclusivamente chino, pasando a llevar muchos de sus tropos y filosofía. 

Es, entonces, loable preguntarse si este intento se ha hecho antes en occidente. La respuesta, hasta donde los conocimientos del emisor de este análisis indican, es no. Pero la saga Kung Fu Panda, del estudio Dreamworks, puede jactarse de haber hecho bastante bien su tarea con respecto a este tema.

¿Qué es el Wuxia?

Cuya inexacta traducción significa “caballeros de las artes marciales” o “héroes de las artes marciales”. Este es un género de cine, literatura y televisión muy propio de china, marcado por arraigados estándares culturales. 

Sus orígenes se hallan en la novela Viaje al Oeste, que compone una de las bases de la literatura del país. En ella, se cuenta la peregrinación del monje Xuanzang expandiendo el budismo hasta llegar a la India. Uno de sus personajes principales, El Rey Mono Sun-Wukong, funciona como héroe arquetípico del género.

Para el Wuxia, las artes marciales, el entrenamiento y el manejo del Qí son elementos que llevarán a los protagonistas a la ascensión espiritual. No importa que un personaje nazca siendo poderoso (como el propio Wukong), es a través del esfuerzo que logrará cumplir sus objetivos.

Kung Fu Panda: El héroe que nace del barro 

Xiao Po se siente increíblemente extraño si se le compara con arquetipos de héroe más comunes: no solo carece de alguna cualidad que lo haga especial (más allá de su amor por el Kung Fu), tampoco ha pedido ser el Guerrero Dragón.

Bajo esta premisa, el panda no parece seguir los estándares clásicos de «el camino del héroe», fórmula narrativa que se lleva utilizando desde la Antigua Grecia: el destino no toca a su puerta, él no va en busca de una aventura y su maestro, lejos de considerarlo  una promesa con potencial, directamente lo desprecia

Todo esto ocurre porque el arquetipo de héroe que maneja Kung Fu Panda no es el occidental, sino el del héroe Wuxia.

Es muy común que los personajes de este género tengan orígenes humildes. No es que carezcan de cualquier talento o habilidad, pero incluso si la poseen, esta no brillará hasta que pasen por un intenso entrenamiento que les permita descubrirlo.

Y aquí es donde entra el panda: el hijo de un vendedor de fideos. Ni siquiera del puesto más famoso de la ciudad, sino un negocio pequeño, casi desconocido. 

Esto mismo se aplica a sus compañeros de equipo: Los Cinco Furiosos representan diferentes estilos del arte marcial y se muestran como maestros altamente poderosos y competentes.

Sin embargo, en el especial Los secretos de Los Cinco Furiosos, se ve como representan virtudes que se aprenden a través de las artes marciales. Además, han tenido que superar obstáculos de su propio carácter para llegar a donde están: Mantis aprendiendo paciencia, Tigresa disciplina, Mono compasión, Grulla desarrollando confianza y Víbora valor.

Kung Fu Panda 2: La paz interior y el budismo 

La “paz interior” es, de forma esperable, una versión extremadamente simplificada de la filosofía budista. Algo comprensible si se toma en cuenta que esta es una animación apta para toda la familia.

En las películas, este concepto se utiliza para describir un estado en que el guerrero, de alguna forma, ha logrado encontrar paz consigo mismo, librándose de dudas, temores y arrepentimientos.

Durante la segunda entrega, vemos el camino de Po en busca de sus orígenes, siendo incapaz, en un inicio, de aceptar la tragedia de su familia y reprimiendo sus recuerdos porque teme acercarse a ellos. Su conclusión en la pelea final con Lord Shen es la más evidente con estas bases: el dolor debe ser aceptado, comprendido y superado.

El personaje está dando los primeros pasos hacia la iluminación como la piensan los budistas: desligandose del duhkha (sufrimiento) para ir más allá.

Kung Fu Panda 3: El Qí y el panda volador

En la filosofía china, se le llama al flujo de energía vital de cada individuo. Su control requiere de intensos entrenamientos y la dominación del mismo implica la más alta excelencia. 

En la tercera película, el concepto aparece, como siempre, bastante simplificado, pero su uso es bastante acertado debido a la importancia que posee en la medicina china: no es de extrañarse que los pandas hayan sido curanderos y que la introducción del mismo en la película sea con Shifu haciendo crecer una flor. 

Bajo esta premisa, también es bastante natural que el villano posea habilidades místicas: no es como Tai Lung o Lord Sheng, es alguien mucho más poderoso. Lo que lleva al final de la película. 

La escena de parte importante del elenco entregando a Po su Qí para derrotar a Kai no solo es emotiva por lo que significa para cada personaje. A niveles de la narrativa Wuxia, esta es una representación de cómo el panda ha influído en cada uno de ellos, los ha ayudado en su camino al autoconocimiento y la aceptación. Un paso más cerca de la iluminación.

Es, durante la pelea, que se hace uso de uno de los recursos más propios de este género: el vuelo. Dentro del Wuxia, representa el momento cúlmine en la excelencia del personaje, pues logra alzarse por encima de los mortales comunes. Ver a Po volando, aunque sea dentro del mundo de los espíritus, da cuenta de que ahora es un maestro en todo sentido.

Aunque el personaje volviendo a su origen como en el camino del héroe es algo mucho más occidental, toda esta escena da cuenta de una profunda investigación del género que está intentando imitar. 

Una épica mixta

Por supuesto, está de más decir que varios chistes, bromas y elementos en esta saga son profundamente occidentales. Volviéndolo una mezcla que, de todas formas, se las arregla para funcionar.

Personalmente, esta saga me parece maravillosa y una joya en lo que respecta a la tendencia estadounidense de apropiarse de culturas que considera “exóticas” para retorcerlas con el alma occidental. Kung Fu Panda tiene un trabajo de investigación real detrás (o, al menos, una larga maratón de películas Wuxia) asignatura que, tristemente, Hollywood aún tiene pendiente.