Klaus: La magia de la Navidad más viva que nunca

La película original de Netflix, Klaus, actualmente reina en la vasta lista de clásicos navideños desde su estreno.

Escrito por Zahorí Balmaceda

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Fin de año es una época que siempre viene acompañada de una serie de apuestas audiovisuales de temporada.

No importa el lugar o las creencias propias de estos, una historia llena de nieve y personajes evidentemente encantadores, siempre será sinónimo de Navidad. Bajo esta premisa han nacido una serie de largometrajes que han marcado la memoria de millones de personas alrededor del mundo. Pero en 2019 una película dejó la vara tan alta que es difícil pensar en algo que llegue a superarla en esta década… o en las próximas dos o tres.

Klaus, a diferencia de otros clásicos navideños, es una producción española. En 2020 se anunció su merecida nominación en los premios Oscar y su, para muchos, desmerecido fracaso en los mismos frente a Toy Story 4.

Jesper llega a Smeerenburg.

Sinopsis

Jesper es un joven de familia adinerada cuyo padre es dueño del servicio de correos. Al ver la irresponsabilidad de Jesper, su padre decide enviarlo a un lejano pueblo llamado  Smeerenburg, con la condición para regresar sin ser desheredado de procesar seis mil cartas en un año.

Las cosas se complican cuando descubre que el pueblo se encuentra regido por los Ellingboe y los Krum, dos clanes que se detestan entre sí y que hacen del trabajo de Jesper un verdadero martirio al verse envuelto en sus incesantes enfrentamientos inmaduros y sin sentido.

Todo cambia luego de conocer a Klaus, un intimidante ermitaño que lleva una solitaria vida en el bosque a las afueras del pueblo y quien posee una interesante colección de juguetes de la cual comienza a deshacerse después de leer una “carta” recogida por Jesper, en la que un niño se muestra infeliz por su estilo de vida lleno de soledad.

Klaus y Jesper entregan el primer regalo.

Luego de que el primer regalo es entregado, el rumor de que enviar cartas conlleva recibir juguetes a cambio incita a los niños del pueblo a escribir frenéticamente, impulsando la ambición de Jesper para lograr su objetivo y volver a su vida anterior.

Por desgracia para Jesper, el amor y la amistad llegan a él de forma inesperada, obligándolo a plantearse qué es lo que quiere realmente y a dónde pertenece.

El arte de la animación

Entre todas las cosas que se pueden destacar en esta cinta, los aspectos técnicos son parte de ello, pues Klaus cuenta con una particular animación que fascina al nivel de confundir en un buen sentido.

En apariencia, aparenta ser una película completamente animada en 2D, pero la naturalidad en los movimientos, las texturas y los ambientes gritan algo diferente pues, en efecto, el film está completamente hecho en 3D.

Jesper ve las cartas pendientes.

Es bien sabido que, en términos de producción, la animación en 2D es más cara que la animación en 3D (esto se debe principalmente a la dificultad de movimiento de la primera en comparación a la segunda). Aun así, la dedicación puesta en esta cinta hace que se transforme en una interesante quimera sin margen de error, convirtiéndose en una enorme motivación visual.

El verdadero espíritu navideño

Por necesidad narrativa, las películas suelen tener una evolución de personaje (usualmente enfatizado en el protagonista), pero rara vez encontramos evolución de mundo dentro del universo planteado.

En Klaus, no solo evoluciona su personaje principal, sino todos los que lo rodean: aliados, antagonistas y también personajes de tramas secundarias (relacionados con la vida que Jesper tuvo que dejar atrás).

Jesper se sincera con Margu.

Los aliados de Jesper no lo son desde un inicio, de hecho, su llegada a Smeerenburg es prácticamente una tragedia para él y su descarado carácter antipático.

Klaus no es el único que entabla una relación con Jesper; también conoce a Alva, profesora de la escuela del pueblo que ya no funciona como tal, pues al ser los niños de distintos clanes, no se les permite socializar en el ambiente educativo.

Siendo infeliz con su vida, el deseo de Alva es huir de Smeerenburg, pero la necesidad de aprender a escribir cartas para algunos niños la obliga a quedarse para enseñarles y, al mismo tiempo, la orillan a ver su vida de la forma en que siempre quiso que fuera.

Alba retoma la enseñanza.

Los mismos niños son otra importante parte de la evolución del universo, pues son un potente desencadenante. Una interesante secuencia dentro de la historia es el momento en que estos comienzan a convivir gracias al primero de los juguetes entregados por Klaus (y Jesper). Al verlos jugar, los adultos no pueden creerlo, pero poco a poco comienzan a ceder entre ellos también, lo cual desencadena la cólera de los líderes de ambos clanes.

Los líderes de Smeerenburg.

Poco a poco la rivalidad surgida generaciones atrás comienza a derribarse, marcando un antes y un después que arrasa con el odio, la violencia y la amargura de Smeerenburg.

Nadie nace odiando a otra persona por su color de piel, su origen o su religión.

Nelson Mandela

En este sentido, es una historia con un genuino espíritu navideño, uno que nace de las pequeñas acciones desinteresadas y se esparce en todas direcciones, abarcando más de lo posible.

Apreciación personal

El encanto que me impulsa a alabar a Klaus nace del inusual efecto de su historia en mí y en todas las personas.

Es un relato de navidad de tomo y lomo, de hecho, fue estrenada en noviembre de 2019, lo cual quiere decir que es parte de la entrega de films navideños de cada año, como ya he mencionado.

Los renos domesticados de Klaus.

Lo curioso es que no importa la época del año en que nos encontremos, podemos disfrutarla de la misma forma que se percibe en víspera de Navidad.

Es una película infantil, familiar y, en general, apta para todo público, sin discriminar edad, origen o cultura.

No he conocido aún a la persona que no haya derramado una lágrima al descubrir el origen de Klaus o al presenciar su maravilloso final. Esto hace que también se agregue a la breve lista de películas que nos hacen decir “siempre lloro con el final”, la frase que en el mundo del cine consideramos como el premio mayor, más que cualquier otro galardón de festivales o premiaciones, incluso más que el ambicionado Oscar (el cual, teorizo, es una talla menor para la magnificencia de esta película).

Jesper y Klaus ven a Margu recibir su regalo.

Klaus llegó a Netflix con la promesa de cumplir con los esquemas de una película navideña en su momento correspondiente, pero ha roto el molde y desbordado un cause difícil de sellar, sin duda un desafío complicado para los siguientes proyectos en su categoría.

http://www.youtube.com/watch?v=tmcNIcZSE2U
Tráiler de Klaus.