Cosas que deberías ver N°1: Alienoid Part 1

Aliens, armas de destrucción masiva, viajes en el tiempo, magia, artefactos antiguos, ¿y comedia? Eso y más con Alienoid: Part 1.

Escrito por White Usagi

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¿Aburrido de las recomendaciones usuales?, ¿buscas impresionar con tu extenso y súper complejo catálogo de películas domingueras?, ¿son las tres de la mañana de un martes y no sabes qué hacer con tu insomnio? No te preocupes, tu panita Usagi te trae una nueva sección de películas, series y otras recomendaciones extravagantes.

Y qué mejor que comenzar con Alienoid: Part 1, una película que mezcla magia, ciencia ficción, aliens, comedia y shipeos de telenovela.

Sin miedo al éxito

Estrenada en 2022 a manos de un director conocido, pero con poca presencia en las taquillas surcoreanas, Alienoid busca dar respuesta a uno de los debates más antiguos dentro del mundo geek: ¿qué es superior, la fantasía o la ciencia ficción? Y es que, no hablamos del súper quemado choque entre personajes contemporáneos de diferentes disciplinas, si no de dos líneas temporales en paralelo: una trama enfocada en el presente con extraterrestres, naves espaciales, robots, e inteligencia artificial. Y otra a mediados de la dinastía Goryeo; más o menos durante el siglo X, con poderosos hechiceros, espíritus protectores, portadores de armas legendarias, y peleas de artes marciales.

Fue esa extraña mezcla lo que causó una ola de opiniones mixtas, tanto en la crítica especializada como en el público. Y es que solo en Corea vendió 7.2 millones de tickets, entrando en el top 10 de las películas más taquilleras durante la transición post-covid. Medios como Kbizoom sostienen que, de no haber competido con otros super blockbusters como Hansan, Emergency Declaration, y Hunt, fácilmente hubiese llegado a ser top 3.

Desglosando Alienoid Part 1

En resumidas cuentas, Alienoid: Part 1 nos pone en un presente alternativo donde una raza alienígena usa nuestros cuerpos y mentes para encerrar a criminales, terroristas, y presos políticos de su planeta de origen. Su tecnología de punta ayuda a que las naves entren en la atmósfera terrestre sin ser detectados, mientras que su percepción diferente del espacio-tiempo les permite encerrar prisioneros en diferentes momentos de la historia terrestre; todos conectados entre sí y protegidos por cyborgs que ejercen de guardias penitenciaros.

Sin entrar en muchos spoilers, la historia comienza cuando Guard y Thunder, el carcelero y la inteligencia artificial que lo acompaña, cazan a un criminal de su planeta en un momento del pasado sin determinar. Entre los escombros de la villa encuentran a una bebé humana que será secuestrada por la IA, y criada por ambos en el presente contemporáneo.   

En paralelo, durante la dinastía Goryeo, el poderoso mago y maestro de los elementos Mu-Reuk, buscará la manera de robar un poderoso objeto antiguo codiciado por varias facciones en conflicto. Con la ayuda de los dos gatos cambiaforma que le acompañan y de una misteriosa asesina sin nombre, intentarán evitar que el conflicto entre líneas temporales, aliens, y magos, se salga de control.

Lo bueno: sci-fi y magia como iguales, no sobrepuestos

La mezcla es extraña, el comienzo es ambiguo, y cae en algunos clichés de los doramas románticos. Sin embargo, la forma en que ambas historias se van entrelazando está muy bien trabajada. Ambas tramas se centran en un objeto en particular con un fin que no puedo revelar, pero cada una lo define según el contexto de su periodo temporal sin irrespetar el otro arco. Para la línea contemporánea es un artefacto alienígena, y para la línea del pasado es un objeto mágico.

Lo que propone Alienoid no es algo nuevo, y uno de los principales errores en este tipo de historias, ya sea en libros, series, o películas, es perder consistencia y romper o ignorar las reglas creadas para darle forma a su universo. Eso, inevitablemente, termina por inclinar la balanza hacia un lado, restando importancia a todas las situaciones vividas por determinado grupo de personajes.

Sin embargo, esta película logra crear un equilibrio casi perfecto en la forma en que ambas tramas se comunican y se conectan. Ambas avanzan hacia un mismo horizonte, entrelazándose de forma natural antes de llegar al último tercio de la cinta.

Me gusta lo arriesgado de la historia. Me gusta que cada arco defina y defienda su propia personalidad sin depender de la otra, más allá de los pequeños guiños necesarios para que el espectador genere sus propias teorías antes del desenlace. Dejando de lado el artefacto, la magia no depende ni nace de la tecnología alienígena para funcionar, aferrándose a la rica cultura ancestral de Corea para definir sus bases. Mientras que los aliens y robots no intentan absorber, justificar, explicar, o desvalorar las artes mágicas.

Incluso en el conflicto final, ambas partes permanecen fieles a sus bases. Creando peleas extrañas, pero entretenidas de ver.  

Lo malo: un inicio confuso y disperso

Crear personalidades diferentes para cada arco, y defenderlas hasta el final, requiere hacer sacrificios en la primera mitad de la película que pueden generar rechazo o desinterés en los espectadores.

Literal, no hay relación alguna entre ambas tramas durante las primeras escenas combinadas. La película salta de un tiempo a otro sin transiciones que la relacionen. Es casi como ver dos películas totalmente diferentes, ni siquiera existen nombres o lugares similares que se puedan conectar. Fue esa decisión, esa apuesta arriesgada, lo que causó una ola de opiniones mixtas en la crítica y los espectadores.

Y aunque Alienoid nunca intentó ocultar su fórmula, cosa que queda clara en su material promocional, se puede percibir como un intento de hacer felices a todos sin una conexión obvia sobre la que sostenerse, como si alguien tomase de la mano a dos personas totalmente opuestas e incompatibles y los obligara a crear una relación estrecha sin contacto o comunicación previa.

Por otro lado, algo que también puede patear al espectador occidental, es el uso de clichés románticos y de comedia, muy comunes en los doramas de Corea. Desde esa música feliz y animada que rompe la seriedad del momento -incluso cuando la escena anterior fue una pelea o una secuencia peligrosa- hasta momentos de comedia física usados como transiciones algo forzadas.