Inuyasha, un anime con historias a través del tiempo

Indaguemos en las diferentes características que hacen de Inuyasha un anime digno para ver en tu tiempo libre o, debido a los tiempos, en cuarentena.

Escrito por Ally

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El shojo es un género que nos ha acompañado a muchos desde pequeños. Animes como Sakura Card-Captor, Sailor Moon, etc, han sido furor en sitios como Japón o hasta Latinoamérica. Esto no es solo porque sus tramas, canciones y personajes son entrañables, sino porque sus temáticas han sabido cautivar al público adolescente, mezclando la vida común de una chica normal con cosas sobrenaturales, fantásticas o dramas amorosos dignos de una teleserie latinoamericana. Inuyasha es el ejemplo perfecto de todas estas características, con muchos detalles admirables, y una mangaka –Rumiko Takahashi– que creó un imperio gracias a sus mangas y animes.

La historia comienza con la vida de Kagome, una chica de 15 años quien vive en un templo muy antiguo de Tokio. Debido a esto, hay muchas edificaciones antiguas en el terreno donde vive y, entre ellas, un pozo sellado. Un día, sin querer, Kagome cae a este pozo, trasladándose 500 años en el pasado a la Era Feudal de Japón. Allí conoce a quien terminaría siendo el amor de su vida: Inuyasha. Este chico tiene diferentes problemas debido a su pasado, siendo uno de ellos su raza: un hanyou, un demonio mitad humano. Debido a esto es rechazado por ambas razas, provocando un conflicto que se mantiene en toda la serie.

Un día, por distintas razones, Kagome termina destruyendo en pedazos una joya poderosa llamada la Perla de Shikon, la cual le da poderes a quien sea que la obtenga, por lo que su misión será recolectar todos los fragmentos distribuidos por toda la región, junto a Inuyasha.

La serie que cuenta con 193 capítulos (incluyendo la última temporada), además de 4 películas, llegó a Latinoamérica y no tardó en hacerse famosa. Con un humor contagioso, los personajes van mostrando sus historias en profundidad, para que luego, esos rostros que parecen ser secundarios al inicio, terminen siendo co-protagonistas. Sango, Miroku, Shippo, Sesshomaru, Koga, etc (podríamos nombrarlos a todos)… todos tienen sus diferentes objetivos y momentos del pasado que los impulsan.

El tríangulo amoroso entre Kikyo, Kagome e Inuyasha nos mantiene pendientes a cada momento e incluso Naraku, el villano, tiene sus razones de peso para querer destruir a Inuyasha, pero también para quedarse con la Perla de Shikon.

La cultura Nipona siempre presente

Sin dar mucho spoiler, hay muchas más cosas que cautivan de esta serie. Basándose en la mitología japonesa, y en la historia misma de Japón, cada capítulo va mostrando diferentes personajes e historias inspiradas en ella, mostrándonos la cultura de ese país desde la antigüedad hasta el presente. Takahashi se esfuerza en no sólo retratar a sus personajes, sino que también en movernos por Japón y mostrarnos lo que significa ser parte de ese territorio, las bases de su cultura, y el cómo el pasado está conectado con el presente constantemente.

Para ver series antiguas hay que tener un ojo crítico con las temáticas, pero siempre se debe tomar en cuenta el contexto: año, país, momento histórico

Pero, ¿cómo va a ser un shojo clásico si no tiene una historia de amor llena de altibajos? Pues es la relación de Kikyo e Inuyasha en el pasado lo que lo confunde constantemente durante la serie, ya que Kagome llega a su vida y le muestra cosas completamente diferentes a las que vivió con ella.

Sumado a lo anterior, Kagome es la reencarnación de Kikyo, lo que lo confunde aún más. ¡Incluso Naraku está entremedio de todo! Decir más sería spoilear demasiado, pero el pasado que une a Inuyasha, Naraku y Kikyo es una de las cosas que permite mantener la temática amorosa en cada capítulo, mostrándonos que, primero, el odio y el amor están más cerca de lo aparente y segundo, que este trasciende en el tiempo.

http://www.youtube.com/watch?v=MwyQf8BaOK4

La serie mantiene este tipo de conexión con todos sus personajes constantemente, dándole al espectador capítulos completos dedicado solo a ellos, permitiéndonos avanzar con la trama desde distintos puntos en el mapa, relacionándolos a todos naturalmente.

Ejemplo de esto es la temática del amor de Sango y Miroku; la relación que van formando de a poco está llena de altibajos. Muchos dirían hoy que podría ser hasta una relación tóxica. Miroku es alguien muy mujeriego, lo cual les genera problema tras problema, característica que varios chistes en la serie ocupan de recurso. Hoy, esto sería más cuestionado, pero pueden juzgar ustedes.

Para ver series antiguas hay que tener un ojo crítico con las temáticas, pero siempre se debe tomar en cuenta el contexto: año, país, momento histórico, etc. Algunas cosas de Inuyasha envejecieron mal, pero eso no quita que es una serie que te va a hacer reír constantemente, te conectará con sus personajes y te mantendrá pendiente con sus variadas historias hasta el final.

Mantiene el misterio de variados detalles, siempre integra nuevos personajes que aportan a la trama, los obstáculos de los personajes para llegar a su destino no parecen ser relleno innecesario, mientras que, para rematar, los openings y endings, junto con doblaje al español latino, son excelentes. La serie te hará pasar un buen rato, sin duda, además que probablemente encuentres personajes que quedarán siempre.