Splatterpunk: Definir un género pero no representarlo

En esta reseña de Splatterpunk, el nuevo libro de Ignacio Fritz con Aurea Ediciones, exploramos también el género homónimo que lo inspira.

Escrito por Nerd_Semiorco

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Áurea Ediciones nos ha traído en los últimos años muchos títulos de fantasía y ciencia ficción de autores chilenos. Con una de sus novedades, Splatterpunk, hay una cierta desviación en lo normalmente estilado por la editorial.

El autor, Ignacio Fritz (Eskizoides, Tribu, La Hermandad Halloween), trae una compilación de relatos que, si bien algunos toman algo de la ciencia ficción, se vinculan más al genero policial o de terror, lo que se aleja de los géneros por los que Áurea es reconocida.

Aurea Ediciones logo

Antes de entrar en detalle en el contenido del libro, es relevante llamar la atención sobre su título y lo que significa.

¿Qué es Splatterpunk?

Además de ser el titulo del libro, Splatterpunk es una forma de definir un movimiento dentro del cine y la literatura de los años 80s que se destacaba por su uso extremadamente gráfico y exagerado, a veces hasta el absurdo, de la violencia. Se considera un subgénero del Horror, aunque perfectamente puede expresarse en otros, como la comedia o la acción.

El término se originó en 1986 en la duodécima Convención Mundial de Fantasía en Rhode Island, EE.UU., acuñado por David J. Schow (guionista de The Crow, The Texas Chainsaw Massacre: The Beginning y The Hills Run Red, entre otros).

Hellraiser gore splatterpunk

Se considera que surge como contraparte del terror sutil, y expresa «el caos moral de nuestros tiempos» (Nutman, P., Inside the New Horror, 1988), con «gráficas descripciones en escenas de naturaleza extremadamente gore» (Clements, W., A quick course in Euro-surgery, 1996). Conjuga entonces temáticas de rebelión y cinismo ante la realidad con una estética violenta y grotesca, un reflejo en la materialidad de la violencia y fealdad simbólica de la sociedad.

Las historias

Splatterpunk es una colección de historias cortas de un mismo autor, nueve en total, unidas en teoría por estar contenidas dentro del género que da nombre al libro, aunque algunas tienen personajes compartidos y transcurren dentro de una misma línea de tiempo.

Splatterpunk libro portada Ignacio Fritz

A continuación se hace un breve resumen de cada historia, intentando no caer en spoilers innecesarios:

  • La suerte está echada: Un abogado y narcotraficante realiza una extensa introspección tratando de encontrar los motivos que lo llevaron a una situación extremadamente peligrosa.
  • La bala del revólver: La viuda de un Carabinero trata de recomponer su vida al tiempo que descubre los secretos detrás de la muerte de su marido.
  • Las células del caos: Una vampiresa criogenizada por milenios tiene una conversación filosófica con un androide. En Marte.
  • Interrogatorio del séptimo circulo: Interrogatorio a un escritor de novela negra en relación a varios crímenes brutales.
  • La luna bajo sospecha: Dos prófugos tratan de escapar de la policía refugiándose en una cabaña en medio de un cerro.
  • El llamado de la carne: Historia postapocaliptica de zombies donde dos sobrevivientes tratan de llegar a Ciudad Nacimiento, un supuesto oasis de seguridad ante la horda de no-muertos.
  • Reanimación-Total-Drácula: Un grupo de vampiros intenta revivir a Drácula, mientras otro grupo de violentos vigilantes hace lo posible por impedirlo.
  • Antinomia: En una conclusión de líneas argumentales iniciadas en otros relatos, se observa un breve intento de rebelión en un planeta infernal plagado de zombies y mutantes espaciales.

La ejecución

Probablemente al leer las síntesis de los relatos de Splatterpunk encuentres uno, o varios, que te hagan pensar «eso suena interesante». Es cierto, muchas de estas historias suenan prometedoras. Lamentablemente, la ejecución las arruina totalmente.

La narración es incoherente en partes, plagada de referencias y anglicismos innecesarios. Es comprensible el uso de referencias para ilustrar un punto o representar un personaje o situación. Pero aquí, las referencias sustituyen al relato; no son un medio para un fin, son el fin en sí mismo.

No hay historia, solo una sucesión de referencias vomitadas en monólogos eternos de personajes que no deciden si son «gente del pueblo como uno» o «eruditos de filosofía con amplios conocimientos de cultura norteamericana». Ese es otro punto, restando las historias que toman lugar en otro planeta, se supone que las demás transcurren en Chile, pero en realidad es una versión alterna y difusa de Chile fusionada con Estados Unidos, ambas y ninguna a la vez.

La impresión final es que el autor escribió estas historias para sí mismo, no para el disfrute de otros. La poca atención y preocupación en la narración da como resultado historias sin un hilo coherente, personajes sin identidad con la que se pueda empatizar y finales apresurados y poco claros.

Eso, dentro de todo, es algo respetable. Cada escritor tiene su estilo, y si (como en este caso), continua siendo publicado, es porque ha logrado captar un público que se identifica y disfruta lo que dice y cómo lo dice. El arte es subjetivo y cada quien puede disfrutar lo que quiera.

El problema objetivo es el título del libro.

Splatter o no Splatter, he ahí el dilema

Es un poco extraño titular un libro como el género en el cual se inscribe. Como si fuera un tomo definitivo que simboliza a todo el genero, a lo The Page Maester de 1994 (el redactor de esta nota también puede hacer referencias y hablar en inglés, la diferencia es que contextualiza para que esté justificado, como en este chiste). Pero más allá de lo extraño del título, lo problemático es que induce al error. Esto no es Splatterpunk.

Pagemaster El maestro de las palabras
Vení amigo, te voy a mostrar el capitulo de Dead Alive

Parece casi paródico que el libro se llame «Splatterpunk» y falle en demostrar en cualquiera de sus relatos las características básicas del género. Hay dos componentes, mencionados anteriormente: caos moral y violencia hipergráfica. De estos, solo tenemos la mitad. Se hizo demasiado foco en la parte de «caos moral», prestando nula atención a «las descripciones extremadamente gore».

Si algo, lo único que tuvo descripciones detalladas fueron los actos sexuales y el semen. Sin exagerar, en el libro hay, a lo sumo, dos, quizás tres actos de violencia descrita efectivamente, aunque no detallada. Los actos sexuales, por otro lado, abundan, y todo el foco evadido en la sangre o violencia recae en el semen. El libro debió llamarse Cumpunk.

La violencia grafica es, extrañamente, la parte «entretenida» del género Splatterpunk. Alivia, en cierta manera, la más seria y pesimista visión del mundo en que vivimos. Sin ese elemento, tenemos monólogos cínicos y divagantes (de hasta cuatro carillas en su peor momento), sin nada que los diluya. Eso aburre. Aunque no se sigan los preceptos, si el libro es disfrutable, se puede olvidar. Pero no lo es.

Braindead Dead Alive gore
¿Comentario social? Eeeehh…la sangre simboliza que vivimos en una sociedad.

Últimas palabras

No puedo recomendar, en buena conciencia, Splatterpunk, porque no encontré nada disfrutable en él. Pero eso no es una verdad universal. Ya decía Ramón de Campoamor: «Y es que en el mundo traidor / nada hay verdad ni mentira: / todo es según el color / del cristal con que se mira».

Así que, si habiendo leído la reseña te parece que Splatterpunk merece ser leído, adelante, que nada, mucho menos yo, te detenga. Si ya conoces al autor y su obra y te ha gustado, con más razón. Es solo que, claramente, este libro no era para mi.