Especial Fattori Bros: La Plaga – El regreso de Anton

Segunda nota del especial Fattori Bros. En esta ocasión toca hablar de La Plaga: El regreso de Anton, cómic completamente diferente a lo visto en Le Plague.

Escrito por Yerko Soto

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Seguimos avanzando con este especial dedicado a los hermanos Fattori. En la nota anterior presentamos a Le Plague (2013), cómic que de alguna manera vendría siendo el final de la saga, al más puro estilo Star Wars.

En esta ocasión toca ver La Plaga: El regreso de Anton, cómic que intenta dar un orden al universo de La Plaga que se está formando. Los muchachos de San Antonio se alejan del “vomito artístico” que presentaron en el cómic del 2013, convirtiendo la obra en una secuencia más pausada y tranquila.

Comenzamos con un prólogo a dos páginas que nos pone en contexto anunciando de manera inmediata que lo que estamos a punto de leer corresponde a un pasado muy distante y mostrándonos el rol que jugó Paolo Anton y Ta-Hani en lo que se considera el fin del mundo en el año 1.364.

La plaga consistía en la destrucción total de la condición humana. La pérdida de la vergüenza, del respeto a la preservación de la vida y a la vez como un hambre de individualismo caníbal. De egoísmo puro, emocional e insaciable.

Abril de 1.353

La noche es oscura, un par de mercenarios tratan de calentar sus cuerpos frente a la llama de una hoguera. En medio de la oscuridad una pequeña figura de una niña indefensa destaca entre las tiendas de campaña que se instaló en el área.

Está sola, asustada, sólo busca ayuda y una manera de llegar a Villa Santa Nueva, su hogar, sin saber aun lo que estos mercenarios, junto al enorme escuadrón que le rodea, han hecho en su pequeño poblado.

Tras el encuentro con los mercenarios la chica huye, corre a través del bosque mientras uno de ellos va tras ella sin saber el trágico destino que le espera.

Ta-Hani es el nombre de la muchacha de cabello azul, quien tras huir de los mercenarios emprende un largo viaje hasta su pueblo, incrédula por las palabras anteriormente escuchadas. Cansada, hambrienta y con frío descubre la cruel verdad. Con una mirada profunda y vengativa parece haber tomado una decisión que podría traer nefastas consecuencias para el futuro.

Noviembre de 1.362, nueve años después

Paolo Anton, cronista real, es escoltado para el servicio de la corona de Feicon para escribir… corrijo, re-escribir la historia a gusto de la corona, dejando así su impronta para la eternidad.

¿Qué hacer? ¿Seguir las instrucciones para mantener a salvo a su familia o seguir sus instintos, aunque esto consista ser “borrados” del mapa?

Entre las murallas del castillo comienzan los rumores sobre la fertilidad de la reina. Engaños, mentiras, asesinatos… planes maquinados para un posible heredero podrían ser desbaratados.

Anton será una pieza fundamental para ir desentrañando los misterios que rodean todo el reino, ¿será capaz de mostrar la verdad al mundo?

Opinión

Nos encontramos ante una notoria evolución en su totalidad si la comparamos con Le Plague. Se ve claramente un avance bastante importante tanto a nivel de guion como de dibujo en los tres años de diferencia entre uno y otro. Bien ahí señor Edgar y señor Christopher.

Tenemos un cómic con tinte medieval bastante más sereno y ordenado, con un arte bastante más centrado y focalizado sin saturar las páginas con personajes. Estamos en una época de transición, aún nada pasará, por lo que se comprende que tenga un ritmo más calmado.

Los primeros planos son muy detallados y mantienen una proporción adecuada, sin embargo, en planos más abiertos (dónde hay rostros) tienden a perder definición y les restan detalles a ciertos elementos.

En muchas viñetas los fondos son inexistentes y sólo tienen una gradiente de color, cosa que ayuda a resaltar lo principal, pero que de todas formas da una sensación de vacío.

Existe un movimiento y una fluidez constante en la obra, nada parece estar estático y se agradece la pulcritud aplicada en cada página. Limpio y ordenado, muy de mi agrado personal.

La tonalidad escogida va perfectamente ligada a la historia que nos están contando, adaptándose de manera increíble a la incertidumbre que el cómic genera. Grises, café, tonos sepia y un rojo intenso marcan escenas que de seguro quedarán en tu retina.

La estructura está muy bien pensada, los globos de diálogo están muy bien ubicados y ningún texto está de más. Se vuelve una lectura muy rápida y ágil, además de entretenida.

Se agradecen enormemente las apariciones de Bardo Barraza, quien es finalmente el que nos está contando esta historia. Sus interrupciones son una perfecta pausa que nos ayuda a comprender de mejor manera lo que estamos leyendo.

Tanto él como nosotros nos iremos sorprendiendo en cada descubrimiento e iremos sacando nuestras propias conclusiones.

El final engancha perfectamente con La Plaga: La maldición de Ta-Hani, que prontamente reseñaremos.

La edición

El cómic, como producto, es muy, pero muy bonito. Es algo más pequeño que un cómic americano y cuenta con cerca de 60 páginas a todo color en un papel couche brillante con lomo cuadrado.

La portada es espectacular, el arte me encantó y los tonos usados están maravillosos, sin embargo, me causa algo de ruido que esos no se hayan usado en el interior.

Debo decir que es un muy precioso cómic editado por Bat Pro Ediciones. De seguro los hermanos Fattori están más que satisfechos con su segunda entrega.

Totalmente recomendado.