Blonde: mucho más que una rubia debilidad

La polémica película de Andrew Dominik ha llegado al streaming y, tal como Marilyn, Blonde no ha dejado indiferente a nadie.

Escrito por Kari Navarrete

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Ha sido la película controversial de los últimos días, o la odias o la amas pero no quedas indiferente ante ella. Sin embargo, Blonde merece una oportunidad para seguir conversando sobre los vicios de Hollywood y, cómo no, para que Marilyn Monroe siga viva en nuestras mentes.

Estuve esperando este film desde hace un buen tiempo porque soy fan del Hollywood antiguo y porque Marilyn Monroe ha sido un ícono para mí desde siempre, así que aproveché una noche libre y me puse a ver la adaptación de Andrew Dominik y fue un charchazo. No me malinterpreten, la película es un deleite visual y Ana de Armas realiza una interpretación impecable (si la nominan a un premio de la academia no sería una sorpresa), pero sí es una historia controversial porque no nos muestra a esa Marilyn con su sonrisa característica y con sus ojitos chiquitos mirándole a la cámara. Nos enfrentamos a una Norma Jeane que sufre, que se equivoca y que trata de sobrellevar la pesada carga que es ser Marilyn Monroe.

La adaptación hecha mujer

Lo primero que se ha recalcado de esta historia es que no es una película biográfica, es la adaptación de la novela homónima escrita por Joyce Carol Oates y, por lo tanto, el director ha aprovechado esa libertad creativa para llevar a Ana de Armas por cuánto dolor y tortura se le pueda ocurrir. Son tres horas de una pesadilla en la cual la dualidad Norma Jeane Baker/Marilyn Monroe trata de sobrevivir al Hollywood que impone una idea casi onírica del ícono que crearon de ella, pero que también quiere buscar la felicidad en las cosas que hace.

la fotografía de la película es impecable.

La película es visualmente impactante. Hace transiciones bien interesantes, pasa del blanco y negro al color alternadamente, la narrativa no es lineal y su fotografía es impresionante. Nadie puede negar el parecido de la protagonista con Marilyn (gracias a los departamentos de maquillaje y vestuario). El casting también está muy bien escogido por lo que es muy difícil no prestarle atención a lo que está en pantalla.

En cuanto a dirección, el film está destinado a la tragedia. Influenciado vastamente por David Lynch, Andrew Dominik quiere mostrar a una Marilyn que solo es víctima de sus decisiones y circunstancias. Utiliza el viaje a través del abandono, el rechazo y los abusos que pudieron pasarle a Norma Jeane para ensalzar la imagen icónica de Marilyn que casi todos conocemos. La película no pretende ser un homenaje, sino todo lo contrario. Nos muestra la soledad a la que puedes llegar cuando eres una mega estrella hollywoodense y en parte nos culpa a nosotros. No escatima en recursos para decir Norma Jeane Baker nació sola, creció sola y la dejamos morir sola.

¿Todo vale en la ficción?

No es casualidad que la película comience con la famosa escena de «La tentación vive arriba» (The Seven Year Itch) de 1955, aquella de sonrisa ancha y el vestido blanco que se levanta gracias al metro que pasa por debajo de la calle. La tesis de Dominik es la que ya se ha planteado: todos desean a Marilyn Monroe y nadie quiere a Norma Jeane Baker, y se la juega hasta el hartazgo con esa carta para que a la audiencia le dé vergüenza lo manipulada y vapuleada que fue la actriz a lo largo de su vida.

Hay varias críticas negativas para esta película que dejan en segundo plano su calidad artística. La primera de ella es la que plantea que el director reduce tanto la imagen de Marilyn que solo muestra en pantalla a una pobre mujer que sufre a lo largo de su vida y que jamás tuvo el poder para decidir algo más allá de ser un objeto de deseo. Se dice que Dominik le quita todo rasgo de complejidad humana a Norma Jeane para decir que a Marilyn solo la querían porque era un sex symbol. Polémica que el director también ha alimentado con declaraciones como «nadie ve las películas de Marilyn Monroe».

También se ha dicho que como biopic deja mucho que desear, que por qué la historia de Norma Jeane la tiene que contar un hombre, que no se cuenta la película desde la perspectiva de la protagonista de la historia, sino de todos los demás que la vieron o estuvieron con ella, que la dejan como la rubia tonta cuando ella era mucho más que eso.

Por contrapartida, se ha dicho que el director ha hecho todo esto a propósito para que el espectador sienta que es responsable también del dolor que vivió Marilyn Monroe. Nosotros, al ser parte de esta industria (en el rol de consumidores) aceptamos que sea solo esa parte de ella la que queremos ver porque «quizás» solo queremos al ícono, no a la persona y que por eso la película es tan cruda, porque se están justificando las escenas de abuso ya que «ella así se debió sentir y nosotros no hicimos nada por ayudarla».

Entonces… ¿Quién mató a Marilyn?

Personalmente creo que es una buena película y hay que verla aunque no está destinada para todo el mundo. Contiene muchos temas que pueden ser incómodos de ver, pudiendo ser desagradables inclusive y no se viene con cuentos al mostrarte una versión cruda de los acontecimientos. Me gustó porque tengo en mente que esa Marilyn no es verídica; es mi responsabilidad saber que la bombshell fue mucho más que eso y que murió demasiado joven para lo que pudo ser. Eso sí, vivió lo suficiente para ser una leyenda. La industria cinematográfica es horrible y puede ser incluso maldita con sus íconos, nadie lo niega, pero, como espectadores, no podemos reducir a Marilyn Monroe a solo una víctima. Ella lo pasaba excelente en los sets y era bastante estudiosa.

Poco se puede decir de las actuaciones del casting, desde Ana de Armas, hasta Bobby Cannavale (Joe di Maggio) y Adrien Brody (el dramaturgo, aludiendo a Arthur Miller) hacen un trabajo impecable que puede darles nominaciones a premios fácilmente, a pesar que en el Festival de Venecia no ganó premio alguno.

En resumen, vean Blonde como lo que es, una versión de los hechos. Y no le demos la razón a Andrew Dominik, veamos más películas de Marilyn Monroe para no dejar morir el Old Hollywood y para darle el crédito que realmente merece Marilyn Monroe, así le damos también un poquito de amor a Norma Jeane Baker.