En 2016 se estrenó Rogue One, película antológica que retrata el robo de los planos de la primera «Estrella de la Muerte». Con un tono más cercano al género bélico, la cinta introdujo una nueva galería de personajes, entre los cuales destaca Cassian Andor (Diego Luna), quien da nombre a esta nota.
Luego de que Disney diera anuncio de varios proyectos live-action del universo Star Wars. El 2018 se realizó una serie enfocada en Andor. La propuesta estaría ambientada cinco años antes de lo ya visto y el equipo creativo de la serie, estaría a cargo de Tony Gilroy (Michael Clayton, 2007). Es importante recordar que Gilroy, fue una pieza clave en las regrabaciones de Rogue One.
Cassian Andor
Después del gusto amargo que dejaron series como la de Kenobi o Boba Fett, finalmente el 21 de septiembre de este año se estrenó Andor. Su lanzamiento constó de tres capítulos (si bien no me arriesgaría a decir que era muy esperada) y aunque el comienzo fue auspicioso, contaba con un pequeño contratiempo. Estábamos ante una película dividida en partes, que carecía de la estructura y ensamblaje propio de las series de TV. Los episodios, no se sentían como tal.
Sin embargo, esa tónica iría cambiando. A nivel estructural, la serie mantuvo la existencia de pequeños arcos argumentales entre cada capítulo, abrazando una construcción más episódica. Creando el ritmo perfecto para explorar personajes, mundos y acercarnos a la forma en que operan ambos bandos; rebeldes e imperio.
Imperio vs Rebeldes
Por un lado, tenemos al imperio asentando la expansión de su reciente régimen dictatorial, mientras que en la otra vereda están los rebeldes, la génesis de su agrupación que combate al imperio desde todos los frentes necesarios.
Todo lo anterior tiene lugar en Andor, pero no hay que perder de vista que en el centro del combate se encuentra el viaje de Cassian. La primera gran pregunta planteada es: ¿Cómo llegó Andor a convertirse en el revolucionario que vimos en Rogue One?
Para materializar la respuesta, se recurre a ciertos ecos propios de Rogue One a nivel temático. Pero en esta oportunidad, la serie opta por un tono más cercano al thriller político y de espionaje. Razón por la que vamos conociendo diferentes dimensiones del conflicto, gracias al rol de otros personajes más allá del que encabeza la propuesta.
Join the Rebellion por @critico.pobre
No podemos hablar en detalle sobre el recorrido de su personaje principal, pero sí exponer las virtudes que componen la serie. Un gran punto a favor, es el factor “Wars” de Star Wars. La mirada crítica apunta a la guerra, pero vinculada al polo más estratégico; el estudio táctico del enemigo y sus capacidades o límites. Aquí es donde se entra de lleno en un juego de espías, punto en el que por ejemplo, se hace de vital importancia la participación de un personaje como la senadora Mon Mothma (Genevieve O’Reilly).
Andor: El Despertar de la Rebelión
Desde los dos frentes, vamos obteniendo información para ir completando el gran esquema del «gato y el ratón«. Los rebeldes están a la espera de algún fallo en el actuar del imperio y viceversa.
La naturaleza de la rebelión, nos demuestra los costos que se generan al perseguir un ideal revolucionario en una lucha desigual. Mientras que desde el imperio, se presenta el actuar del “Buró de Seguridad Imperial” (BSI). Una agencia de inteligencia, que tiene la tarea de garantizar el cumplimiento de las leyes imperiales y diseminar la lealtad hacia el régimen.
Los rebeldes ponen todo en juego, son los que más arriesgan, lo que puede resonar en un poderoso dilema personal: ¿Hasta qué punto estoy comprometido con la causa?
Una pregunta que no acepta respuestas a medias, por eso aquí se le da lugar a una profunda reflexión sobre los procesos revolucionarios y la esencia de un guerrillero que combate la opresión entregando su vida.
Opinión
Todo lo mencionado, se ve elevado por los distintos componentes que conforman Andor como obra completa. En primer lugar es vital recalcar lo bien escrita que está la serie, cosa que corre para: personajes, planetas, diálogos, secuencias, etc.
En serio, la riqueza cultural de Ferrix como planeta central de la historia es increíble. Todo está tan bien alineado, que existen varios momentos para nunca olvidar y acá es donde se debe destacar otra labor, la de los/las intérpretes. Por ejemplo: Diego Luna, Genevieve O’Reilly, Adria Arjona (Bix), Stellan Skarsgård (Luthen Rael) y Andy Serkis (Kino Loy) están dándolo todo, al punto en que podemos sentirlo.
Me atrevo a decir que en todos los apartados técnicos, la propuesta le saca partido a lo mejor de Star Wars en su construcción de mundo. Pero elijo hacer un especial énfasis en la banda sonora, compuesta por Nicholas Britell (Succession, 2019) y que está completamente desatado. Es una locura el trabajo musical, porque le da una nueva dimensión sonora a la historia e incluso a toda «La Guerra de las Galaxias».
En medio de sangre, sudor y lágrimas Andor logró encender la chispa de un levantamiento, provocando así «El Despertar de la Rebelión«. Sin dudas la serie fue una grata sorpresa y lo que la saga necesitaba; demostrar que no es necesario atarse a lo mismo. Star Wars ofrece una posibilidad «galáctica» de diversas narrativas, objetivo al que se debería apuntar para ir cubriendo diferentes terrenos.
Es interesante y a la vez memorable, mencionar que los personajes aquí presentes no son quienes se llevan las medallas, son los que dieron la vida para que los héroes más reconocidos de la Galaxia pudieran disfrutar de un nuevo amanecer en libertad.
En fin, parece reveladora la forma en que esta serie dialoga con ciertos hitos de la historia reciente en nuestro país y el mundo, puntos que la vuelven todavía más relevante.
Ahora, solamente nos queda esperar por la segunda temporada.