30 días de noche: El terror de la noche y los colmillos

Cuando un grupo de vampiros ataca un pueblo donde el sol se pone por 30 días para no salir, el terror y la sangre se hacen presente.

Escrito por Esteban Beaumont

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Los vampiros son, sin duda, uno de los grandes monstruos de la historia ficticia. La figura real de Vlas Tepes, príncipe de Valaquia entre 1456 y 1462, sirvió de inspiración para que Bram Stoker escribiera Drácula, obra que popularizó el mito folclórico europeo. La obra del irlandés fue llevada al cine en múltiples ocasiones, como lo visto en El Conde Drácula o con Edward Cullen en Crepúsculo. Pasando por Entrevista con un Vampiro hasta llegar a Hotel Transilvania. También podemos ir a los cómics y hablar de Morbius, I am Vampire o American Vampire; chupasangres hay por montones.

En mi proceso de cuarentena leí uno de mis pendientes: 30 Días de Noche. Esta es una trilogía escrita por Steve Niles y dibujada por Ben Templesmith, que es considerada como una de las mejores historias de terror que tiene el noveno arte para ofrecer.

Cada año en Barrow, Alaska, el invierno trae una noche de 30 días, debido a la inclinación de la tierra. Un grupo secreto de vampiros se entera de esto y decide hacer un festín en las lejanas tierras.

Pero ¿quiénes son los autores? Por un lado, tenemos a Steve Niles, adaptador de la obra Soy Leyenda y creador de otras como Criminal Macabre, además de aportar en la historia de Batman y Spawn. Pero, sin dudas, su mayor éxito es el cómic que revisamos en esta nota, 30 Días de noche, con los dibujos de Ben Templesmith, ganador de un Premio Eagle y un Spike TV Scream.

La primera entrega de esta trilogía vio la luz (o la oscuridad) en 2002 y es una obra maravillosa. El terror es directo, a la vena y lleno de misterio desde la segunda viñeta, cuando una mano ensangrentada trata de llamar a la policía. Quienes quieran leer este género apreciarán esto, ya que el miedo llega de inmediato, no empieza a la mitad de la historia.

«Pueblo chico, infierno grande», dice el dicho popular. Y son los habitantes de Barrow quienes lo sufren en esta ocasión. Desde la mirada de una pareja de policías vemos cómo los monstruos destruyen y matan sin piedad al pueblo completo. Observamos la brutalidad de un tipo de vampiro que deja de lado el estereotipo de los agujeros en el cuello, la religión y el estilo gótico, destrozando a sus víctimas para luego destriparlas. Pero, como contraparte, también vemos el amor de una pareja que tiene que dejar todo de lado para poder hacerle frente a este ataque.

Para la segunda parte seguimos a una sobreviviente del ataque a Barrow. Ella escribe un libro sobre este evento, el cual tiene la misma portada que el primer cómic (chúpate ese rompimiento de cuarta pared Deadpool). Pero, como era de esperar, nadie le cree. Mientras tanto, los vampiros buscan desesperadamente acabar con ella y su historia, porque esta arruinaría el ocultamiento que llevan hace años. “Si saben que existimos, dejan de tenernos miedos”, declara uno de los monstruos, ratificando la vieja premisa del terror; le tememos a lo desconocido.

Lo más interesante de la segunda parte es que vemos como protagonista a una heroína muy fuerte, distanciándose de lo común en el género, donde la mujer queda relegada al papel de correr con ropa muy escotada. Además, en esta entrega se dejan ver las divisiones entre vampiros, aspecto que también es bastante destacable.

Aquí quiero hablar de lo bien que lo hace Ben Templesmith. El dibujo logra reflejar de manera sublime la oscuridad, con trazos no muy bien definidos y espacios vacíos, el artista juega con el terror, la tenebrosidad y la sangre de manera fantástica. Nunca logramos ver con claridad el fondo y las manchas sangrientas salpican las paginas como si fueran manchas de café. Algo muy divertido es que sobre el fondo a veces aparecen frases indicando lo que el lector debe esperar. Gracias por avisarme que viene el momento de «darse de tortas”… me subió el hype. En definitiva, la obra posee un estilo abstracto que ayuda a identificar lo que ven los humanos atacados.

Para finalizar tenemos el cierre de la trilogía (aunque existen varios spin-off). En Regreso a Barrow, un nuevo sheriff llega nuevamente al pueblo de Alaska, el que está preparado para la invasión y la guerra fantástica que esta traerá. Lamentablemente es la historia más baja de las 3 y el final es un poco abrupto, aunque tiene un par de personajes sumamente interesantes y las escenas violentas son las mejores. Popcorn del bueno.

Hoy, gracias a la edición que hizo Norma, es más fácil encontrar la trilogía completa en las diversas comiquerías del país, a un precio no superior a los $40.000 pesos. Una historia genial, indispensable para los fanáticos del terror. Además, como la primera historia fue creada con el fin de hacer una película, el 2007 salió la adaptación para la gran pantalla con críticas mixtas… pero eso lo podemos hablar en otra reseña.