Reseña – Wolfenstein: The New Order

Tras años sin poder levantarse, MachineGames y Bethesda han decidido traer de vuelta al mítico Wolfenstein con Wolfenstein: The New Order.

Escrito por Rogher

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Actualmente la industria esta tomando la decisión de revivir antiguas franquicias que en su momento dejaron una huella en la historia de los videojuegos. Algunas de estas regresan con las ideas originales, pero con características modernas que llaman la atención a los jugadores tanto novatos como veteranos. Sin embargo, existen otras que han regresado a la palestra solo para quedarse en una pasada «sin pena ni gloria», y eso fue lo que pasó con una de las pioneras del género FPS: Wolfenstein.

Este juego (junto con DOOM) llevó al estudio id Software a ser uno de los referentes del género hasta el día de hoy, pero con el paso de los años estas entregas perdían su relevancia, y, al tratar de regresar, no lograban complacer al público. En el año 2014, MachineGames y Bethesda, decidieron volver a traer esta franquicia con un lavado de cara interesante. El resultado fue Wolfenstein: The New Order.

Este es el reinvento que necesitaba Wolfenstein, pues el estudio desarrollador logró mucho, con una jugabilidad sólida (con algún inconveniente) y una narrativa que es una verdadera sorpresa para la clase de juego que es este en particular. Pero mejor vamos de a poco, abarquemos todo en partes y empecemos con lo principal ¿De qué trata Wolfenstein: The New Order?

Soy Blazcowicz y nací para matar nazis

La historia de este juego nos pone en papel de William B.J. Blazkowicz durante la Segunda Guerra Mundial, en 1946; el conflicto ha llegado a un punto crítico y la Alemania Nazi debe ser detenida antes de una vez por todas. El objetivo de Blazkowicz es destruir la fortaleza de un científico llamado Wilhem Strasse o, como lo menciona nuestro héroe, Calavera.

Sin embargo, el plan fracasa y los nazis logran ganar la batalla gracias a la avanzada tecnología que tienen, obra de Calavera. Nuestro protagonista sufre una herida grave en la cabeza, termina en coma y despierta en un hospital psiquiátrico en el año 1960, en un mundo donde los nazis ganaron la guerra y lograron la dominación mundial. Blazcowicz decide buscar sus camaradas para rearmar la resistencia y derrotar a Calavera de una vez por todas.

Eso sería la trama de Wolfenstein: The New Order sin llegar a más spoilers. Esta clase de juegos no dependen mucho de la historia o narrativa, pues solo son justificaciones para que la parte principal (o sea, la jugabilidad) predomine. Sin embargo, los desarrolladores hicieron un increíble esfuerzo por entregar un producto que se podría definir como un «50/50»: la historia y la jugabilidad tienen un peso muy fuerte de manera independiente.

Aunque la historia puede llegar a ser absurda y ridícula, logra, de alguna manera, conectar con el jugador. Su punto fuerte son los personajes en la trama, carismáticos y llenos de energía; ninguno llega a ser plano o tener propósitos nulos, hasta los villanos son interesantes justamente por lo ridículos que son.

Una jugabilidad disfrutable, pero limitada

Como ocurre con todo buen FPS, la jugabilidad es el punto central de la experiencia, sobre todo la sensación de disparo que ejerce, y los de MachineGames se enfocaron en traer mecánicas modernas y antiguas a la vez. Al solo verlo se podría creer que será similar a Call of Duty, pero en realidad es una mezcla de la franquicia de Activision y otros juegos con mentalidad arcade. Necesitas recoger botiquines para recuperar tu salud y piezas de blindaje para tener armadura.

Las armas que llevaremos son típicas, pero muy pintorescas: pistolas, escopetas, rifles de asalto y de francotirador. Algo interesante sobre estas armas es que puedes llevar dos de cada una, aumentando el nivel de tiroteo; esto hace que la jugabilidad sea más divertida y le de el toque clásico que quiere entregar la desarrolladora. También hay un arma láser que funciona para abrir lugares específicos y encontrar secretos, además de ser el arma mas poderosa del juego, pudiendo hacer pedazos a los enemigos al punto de que exploten.

Lamentablemente, esta arma láser dura muy poco y necesita ser cargada en depósitos de energía que hay en el mapa, lo que limita su uso. Las limitaciones no acaban aquí, pues a la hora de obtener botiquines, armadura, municiones y armas necesitas pulsar un botón para recoger objetos. Este sistema, para un juego tan frenético como Wolfenstein, termina siendo un poco molesto, en especial en momentos donde la balacera esta en su máxima expresión.

Sin embargo, estos detalles no hacen que el juego sea un producto mediocre o ineficiente, pues su narrativa y aspectos jugables positivos, como llevar dos armas a la vez y la sensación de disparo, lo definen como un shooter de calidad. No será perfecto, pero jamás pierde su compromiso con el jugador. Incluso hay un sistema de sigilo opcional por si deseas completar algunos niveles de esa manera, ampliando la forma en que se puede terminar el juego.

Pero como la narrativa también toma fuerza durante el transcurso del juego, habrán momentos más calmados en donde no siempre tendrás que ir a matar nazis, sino que a encontrar objetos en la base principal de la resistencia; puede costar un poco hallarlos, pero no será imposible. Quizás esto frene un poco la naturaleza que nos entregan en las primeras horas de juego y sea algo aburrido, pero son momentos breves antes de que Blazkowicz regrese a dar justicia con sus armas.

Los enemigos que nos enfrentaremos obviamente son nazis. No son de lo mas variado, pero lo que ofrece el título está bastante bien, hay soldados más débiles o fuertes dependiendo del arma que estés llevando. Sin embargo, hay unos enemigos equivalentes a robots/mecha nazis contra los que necesitarás armas más pesadas, como ametralladoras o el arma láser, para poder vencerlos. Esto aplica también a los jefes, incluido el jefe final. Aquí es cuando las restricciones que se mencionaron anteriormente afectan la experiencia, volviéndola frustrante.

¿Vale la pena?

Es probable que al llegar hasta aquí puedan pensar que la experiencia no sea de lo mejor, por sus aspectos restringidos, y Wolfenstein: The New Order es un FPS que no puede divertir. La realidad es que no. A pesar de todo, su calidad es realmente buena y todo fan del género debería jugarlo, debido a sus excelentes esfuerzos narrativos y por tener una kinestesia bien construida, dando satisfacción al jugador.

Puedo asegurar que vas a querer volver a jugar varias veces debido a la libertad en su jugabilidad, que permite pasarlo de manera mas directa o yendo al sigilo. Además, el juego no es autoconclusivo. Su secuela, llamada The New Colossus, sigue los acontecimientos de esta primera entrega. Pero eso será para otra ocasión.