Batman + Mignola + Lovecraft = La maldición que cayó sobre Gotham

Mike Mignola vierte todas sus obesesiones en La maldición que cayó sobre Gotham, un cómicque mezcla a Batman con Lovecraft.

Escrito por Ktlean

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Entre noviembre del 2000 a enero del 2001 se publicó La maldición que cayó sobre Gotham. Esta historia, perteneciente a la colección Elseworlds, tiene entre sus autores a Mike Mignola, Richard Pace y Troy Nixey.

Entre esos nombres, el de Mignola destaca, ya sea porque es el creador de Hellboy, o por estar a cargo del guion (junto a Pierce) en esta historia en particular. Su sola firma puede hacer que muchos decidan leer este tomo, como sucede con la autora de la presente reseña.

Portada a cargo de Mike Mignola

Para aquellos que lean La maldición que cayó sobre Gotham esperando encontrar las fascinaciones y fetiches de Mignola entre sus páginas, sin duda no se defraudarán.

Porque sí: esta historia logra mezclar muy bien la línea de los cómics de Hellboy y la AIDP con la mitología de Batman y su ciudad natal. Ah, y también tentáculos.

Mignola en su máxima expresión.

La historia

El año: 1928. El lugar: Gotham, una ciudad no solo corrumpta, sino también maldita.

Pero no comienza allí la acción, sino en la Antártida, donde Bruce Wayne, autoexiliado desde la muerte de su madre, busca junto a su tripulación a la perdida expedición del profesor Oswald Cobbelpot.

En compañía de Tim Drake, Jason Todd, Dick Grayson y el siempre fiel Alfred, Bruce logrará su cometido, pero con ello también se topará con cosas que no entiende: un hombre que murió hace días pero sigue caminando o un profesor que prefiere vivir con los pingüinos en vez de regresar a la civilización.

Lo que ve en una cueva en la Antártida empuja al joven millonario a regresar a Gotham después de veinte años. Tiene miedo, pero también curiosidad. Cree que puede hallar respuestas y no se equivoca. Pero los primeros problemas lo reciben en su propia casa y desde entonces no paran.

Hombres obsesionados con los murciélagos, un libro maldito, un demonio que al parecer quiere ayudar, una plaga de reptiles, un monstruo asesino. Todo eso y más irá apareciendo en el camino de Bruce Wayne, mientras revive sus propios fantasmas.

El fin será no solo descubrir a qué se debe la maldición que pesa sobre Gotham y qué papel tuve su padre en esa historia. El fin último será liberar a la ciudad de aquello que la pone en peligro, siempre transformando a sus habitantes en seres movidos por la ambición.

Mike Mignola y sus obsesiones

Antes de continuar, es necesario hacer un poco de historia, remontándose al año 1989, cuando Mignola ilustró Gotham a luz de gas, cómic que dio el puntapié inicial de toda la colección Elseworlds. No era la primera vez que el autor trabajaba en algo relacionado a Batman, ya que antes estuvo a cargo de algunas portadas de Batman: Una muerte en la familia, pero sin duda esto debió sentar un precedente.

El mensaje que entregó Gotham a luz de gas es claro: incluso usando la mitología del Caballero Nocturno y su eterno escenario, se puede hacer lo que sea. Volver en el tiempo, por ejemplo, para que el contexto remita a finales del siglo XIX o a principios del siglo XX. Para que Wayne se enfrente a Jack el Destripador o a un dios primigenio.

En el caso de La maldición que cayó sobre Gotham, todo, desde la época hasta los peligros que pueblan las páginas, grita el nombre de Mignola. Es tanto así, que a veces uno tiene la sensación de que el mismo Hellboy podría hacer una aparición, o Lobster Johnson, si queremos ser coherentes con la época.

Pero eso no sucede. Mignola logra escribir una historia con todos los elementos que le obsesionan y hacerlo calzar en un nuevo origen para Gotham. No solo eso, sino que a su forma altera la mitología de la ciudad y le da su participación a varios villanos y personajes del universo Batman: el ya mencionado Cobbelpot, Harvey Dent, Jim Gordon, Ra’s al Ghul y su hija Talia.

Todos tienen su momento, y lo tienen destacando entre los elementos que parecen sacados directamente de los archivos de la AIDP.

Dicho todo eso, no hay que olvidar al tercer ingrediente de este cómic: H. P. Lovecraft. Lo cierto es que no sorprende encontrar sus tentáculos metidos en un guion de Mignola. No sorprende para nada. Pero es interesante ver cómo sus tópicos infectan Gotham hasta lograr que la historia tenga un persistente tufo a terror cósmico.

Un dibujo que debió estar a cargo de Mignola

Probablemente debido a la gula del fan, uno quisiera que La maldición que cayó sobre Gotham no solo hubiera sido guionizado por Mike Migonola, sino también dibujado por él. Pero es Troy Nixey quien proporciona el soporte gráfico en este tomo.

Hay que ser justos: no es que el dibujo sea malo. Tal vez le falta más dinamismo en las peleas y peca de un exceso de rostros grotescos, incluso cuando no son necesarios. Pero funciona, sobre todo a nivel ambiental. Nunca se pierde ese aire ligeramente steampunk y lovecraftiano. El color también ayuda, y bastante, a potenciar lo que la historia nos dice a los gritos.

Mignola sabe encontrar dibujantes que se amoldan bien a sus fetiches, cosa que Nixey demuestra sobre todo en las escenas bajo el agua y en los detalles arquitectónicos. Pero aún así, uno no puede evitar preguntarse cuánto hubiera ganado el tomo con Mignola a cargo de los lápices.

La gula del fan, en definitiva.

Últimas palabras

Ya se dijo en párrafos anteriores: La maldición que cayó sobre Gotham podría pertenecer sin problemas a algún tomo de la AIDP. Tampoco desentonaría en una lista de obras inspiradas en Lovecraft. Es innegable la influencia que Mignola tomó de cuentos como La llamada de Cthulhu o de elementos como el Necronomicón.

Eso sí, queda verificar la perspectiva que un lector de Batman podría tener de este cómic. Quizás allí las opiniones sean más divididas, e incluso negativas.

Para una lectora de Hellboy, como lo es quien escribe estas palabras, este tomo cumple totalmente con las expectativas surgidas del simple vistazo de la portada. Sobre todo por un aspecto crucial…

Mignola logra algo muy propio de él: tranforma a Batman/Bruce Wayne en un monstruo y nos empuja a quererlo más por ello.